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miércoles, 19 de julio de 2023

El final de Atlanta explicado

 

Ésta es la única comedia afro-surrealista que necesitamos. Atlanta, el magnum opus de Donald Glover, llegó a su fin con su cuarta temporada. Análisis del desenlace de esta tremenda serie.

 



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Twin Peaks con raperos sureños

La mejor forma de describir Atlanta sería: Seinfeld + Twin Peaks. Traté de convencerlos de su excelencia allá por 2019. Me habían vuelto loco las primeras dos temporadas (que están disponibles en Netflix) y particularmente aquel mítico episodio de Teddy Perkins de la “Robbin´ Season”. Desde entonces, la serie sólo mejoró.

Es cierto que, en retrospectiva, la tercera temporada –filmada en parte en Europa durante la pandemia de COVID-19– es la más floja de todas, sólo porque es la que tiene más cantidad de episodios poco memorables.

Sin embargo, la cuarta y última temporada (que finalizó en noviembre de 2022) me parece que levanta un montón y funciona como una conclusión muy satisfactoria a una obra que supo cuándo terminar e irse a casa.

La cuarta temporada combina todo lo mejor que ha sabido hacer Atlanta: avanzar las historias personales de cada personaje, mechar con momentos absolutamente bizarros y surrealistas e incluir algún que otro episodio stand-alone dedicado a historias que no incluyen a Earn, Alfred o Darius.



Atlanta nunca ha tratado de llevar al espectador de la manito o, siquiera, darle lo que quiere. Básicamente, la serie trata sobre un rapero (Alfred) que se vuelve exitoso y su primo/gerente Earn navegando en la industria del rap, con su homie siempre drogado Darius y la ex novia de Earn, Van, siempre al lado de ellos. Esa es la idea original, pero también es mucho más.

 

¿De qué va “Atlanta”?

Para quienes no saben de lo que estoy hablando, vayamos más despacio. Atlanta es una serie de FX creada y protagonizada por Donald Glover, ambientada en la ciudad homónima, una de las principales para jóvenes raperos que buscan hacerse un nombre en el negocio.

Entre esos prometedores se encuentra Alfred Miles (Brian Tyree Henry), un artista nuevo que se hace llamar Paper Boi y está tratando de entender la vida en la calle. Su manager es su primo, Earnest "Earn" Marks (Glover), quien queda atrapado en la escena del rap local y en la carrera de su primo después de regresar a Atlanta.

Darius Epps (Lakeith Stanfield), la mano derecha y visionario del rapero, también forma parte del séquito de Alfred. En este trío freudiano: Darius es el “Superyó” (con conexión a tierra, pasivo, más que un poco extraño), Alfred es el “Ello” (pero más por necesidad en su papel de rapero cada vez más famoso) y Earn media entre ellos como el “Ego”.

Cuando Earn no está ocupado manejando la carrera de su primo, pasa gran parte de su tiempo con su ex novia Vanessa Keefer (Zazie Beetz), quien también es la madre de su hija.



Si bien Atlanta comienza mostrando las luchas de Earn para mantener a su hija y demostrar su valía como gerente de Paper Boi, a menudo recibimos capítulos donde Darius o Van son el foco principal. Durante la temporada 3, incluso hay episodios completos que no presentan a ninguno de los personajes principales. Por cierto: el capítulo final indicaría, fuertemente, que el protagonista siempre fue Darius (pero ya llegaremos a eso).

 

Experimentación y surrealismo

Pese a que nominalmente es una comedia, Atlanta podría describirse mejor como "Twin Peaks con raperos negros", ya que combina drama, realismo mágico y terror en una mezcla tan compleja como la ciudad en la que se desarrolla.

La serie es SÚPER experimental; a menudo tiene episodios con tramas muy extrañas o interacciones altamente simbólicas que contrastan con personajes extravagantes. Al mismo tiempo, se las ingenia para llenarse de comentarios sociales sobre el racismo, la cultura negra y la escena del rap en general.

Cada temporada de Atlanta es súper distinta a su predecesora. Por ejemplo, la segunda, aunque mantiene la apariencia de un tono más extravagante, es notablemente más oscura e intensa que la primera. Esto solo empeora (o mejora) con la inclusión de no solo uno, sino dos episodios excepcionalmente oscuros (“Teddy Perkins” y “Woods”).



Por su parte, la temporada 3 tiene seis de los diez episodios desarrollados en Europa y otros cuatro que son como piezas de antología con argumentos que no presentan a ninguno de los personajes principales.

 

El final de Atlanta explicado

Antes comparé a Atlanta con Seinfeld y me parece que hay una influencia muy notable, especialmente en la cuarta temporada donde todos los argumentos son muy seinfeldeanos en su concepción. Otro punto en común es que en Atlanta nunca hay abrazos ni enseñanzas. A eso: a partir de ahora, #Spoilers.

También, fiel a esta naturaleza, el capítulo final de la serie no presenta grandes despedidas ni eventos. Es simplemente una desventura estándar para Earn, Alfred, Van y Darius que involucra un restaurante de sushi y tanques de privación sensorial.

Eventualmente, los cuatro terminan cenando juntos en lo de Alfred, fumando y disfrutando de la compañía. Fin. Eso es todo. Váyanse a su casa. Bueno, podríamos agregar que se da a entender que parte o la totalidad de la serie podría ser una alucinación de Darius...

El final deliberadamente no responde a la pregunta de si Atlanta es realmente un sueño que Darius está teniendo mientras realiza una sesión de privación sensorial. 

Habiendo mencionado anteriormente que la forma en que él se ancla a sí mismo y determina si está en medio de un sueño o no, es ver a Judge Judy en la televisión y determinar si ella es “gruesa” (thick, dice en realidad… que podría tener varias connotaciones).



Mientras los demás salen al patio, Darius enciende la televisión y ve un episodio de Judge Judy. Luego, la cámara muestra un primer plano de Darius, quien reacciona a algo que el espectador no puede ver, y –en un gran momento a la Inception de Nolan– comienzan los créditos. Me encantó.

 

¿Cómo saber si estamos soñando?

Yo diría que tenemos todas las razones para creer que, cuando Darius sugiere que sus amigos "siempre han sido" productos de su imaginación salvaje durante una sesión de privación sensorial, en realidad podría estar en lo cierto.

De hecho, si uno mira hacia atrás a los mejores episodios de Atlanta, todos están unificados por esta atmósfera onírica complementada con algunos momentos realmente absurdos que van desde limusinas invisibles hasta bosques embrujados (y mucho más).

Es más, Darius hasta podría ser una entidad divina o un viajero en el tiempo, por la cantidad de veces que menciona cosas rarísimas o es capaz de predecir cosas que aún no han sucedido.

Independientemente de cómo debamos interpretar el final Atlanta, creo que pinta el retrato definitivo de por qué los fans vamos a extrañar esta gran serie. Siento que podría haber continuado varias temporadas más, pero, al mismo tiempo, me alegro de que decidan cerrar cuando el producto está en su momento más alto (otro punto de comparación con Seinfeld).




Palabras finales

La obra maestra de Donald Glover fue un tipo diferente de televisión de prestigio. Nunca se explicaba por sí misma, y era mucho mejor gracias a ello. Su final no fue diferente. Concluye con un episodio que tiene el potencial de cambiar la forma en que los espectadores consideran todo lo que vino antes. O también podría decir lo más banal que viste en tu vida.

Sus personajes maravillosamente únicos, su impresionante surrealismo y sus profundos comentarios sociales la hicieron diferente a cualquier otra serie de televisión durante su emisión. De hecho, hasta tendría sentido si una serie tan buena realmente resultara ser todo un sueño; pero supongo que, como todos los sueños, en algún momento hay que despertar de ellos.

 

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