Páginas

jueves, 25 de febrero de 2021

El sistema anti-frustración en The Messenger

 

Desafiante y lleno de puzzles inesperados, The Messenger es un gran homenaje a los plataformeros retro que, además, presenta numerosas características “anti-frustración” para sus jugadores.

 



***


Gran aventura en envase chico

Cuando un ejército de demonios asedia su aldea, un joven ninja es encomendado para viajar a través de una tierra maldita. Su objetivo es entregar un pergamino fundamental para la supervivencia de su clan.

The Messenger es una experiencia absolutamente fascinante para todos los amantes de los plataformeros tipo Ninja Gaiden. Su influencia es muy evidente, no solo por tener un ninja como personaje principal, sino también por sus niveles cuidadosamente planeados con sólidos controles y atractivos desafíos.

Este juego hace todo bien: diseño de niveles, banda sonora, jefes, historia,  personajes… Es un viaje hermoso y súper entretenido que presenta los retos justos para el jugador casual y mucho más para los completionists o speedrunners.


No solo cuenta con algunas mecánicas muy originales, sino que además logra mezclar varios géneros en un único y pequeño paquete.

Las primeras tres o cuatro horas comprenden un juego lineal, completo con varios niveles y jefes copados. A partir de ahí, se abre en un estilo metroidvania que va intercalando un estilo de 8 bits con una gloriosa aventura en 16 bits, todo mediante un dispositivo de viajes en el tiempo.


Las características “anti-frustración”

Será que me estoy poniendo viejo, pero ya no banco mucho esos juegos que son difíciles o crípticos al pedo… solo para estirar más su duración.

Por ejemplo, en la Play 4 estoy terminando Batman Arkham Knight y, pese a ser un buen juego, no está ni cerca de sus dos predecesores. El gran problema son todos esos infumables momentos con el batimovil que tornan al juego en algo largo, aburrido e innecesariamente complejo. Un bodrio.

Me gusta un buen desafío, pero al jugar videojuegos también me gusta poder relajarme. No quiero que me genere más estrés del que vivo cotidiamente. The Messenger logra este balance gracias a una serie de elementos que vuelven a la experiencia lo menos frustrante possible.


El caso más claro lo encontramos antes de las peleas con jefes. Siempre encontraremos un conveniente checkpoint con su respective tienda y una linterna a cada lado que contienen: un relleno de salud y un relleno de ki. Dentro de la tienda, el shopkeeper (sin duda el personaje más gracioso del juego) nos puede tirar algunos tips o algunos chistes para relajar la tension previa.

En el área de Bamboo Creek ocurre algo divertido. El comerciante nos dice que aquella es una área alegre, por lo cual no hay jefe. También insinúa que el Ninja es un loco que ve patrones donde no existen. Naturalmente, el patrón sí existe y continúa repitiéndose durante el resto del juego. ¿Y aquella vez en Bamboo Creek? Realmente no hay nada ahí. Sin pelea de jefe.


¿Un juego sin muertes?

Perdí más de 200 veces en las trece horas que me tomó completar la campaña principal. Sin embargo, técnicamente en realidad nunca morimos. Un pequeño demonio llamado Quarble ha sido contratado para usar su anillo de manipulación del tiempo y rescatarnos de la muerte en el último segundo, devolviéndonos al último punto de control.

Pero hay un catch. El avaricioso demonio espera que le paguen por su trabajo, por lo que cada vez que “nos morimos”, nos sigue por un tiempo y va robando los fragmentos recolectados por nosotros (que se utilizan para los upgrades de la tienda). Se va una vez que la tarifa fue pagada, cuando se aburre o si aparece un jefe final.


Más adelante podemos comprar un update clave en la tienda que reduce su tarifa a la mitad. Además, aunque la “muerte” puede ser un abrir y cerrar de ojos, todo el proceso aparentemente hace que el Mensajero mismo sufra un dolor agonizante cada vez.


Navegando el laberinto

El mayor gimmick del juego es que pasa de ser un plataformero clásico (durante el primer acto) hacia una aventura más abierta luego de completer el Inframundo, pero aún mantiene la estructura general de los juegos que rinde homenaje.

Durante esta segunda parte, debemos recolectar varios ítems para progresar que están escondidos a lo largo de las áreas que ya visitamos, ahora conectadas por portales, nuevos caminos y la mecánica de viajes en el tiempo.

Así, por ejemplo, debemos llevar unas semillas hasta un monte, plantarlas, viajar al futuro, recolectar una planta, con ella hacer un té astral y lograr que nuestro Maestro se tome un rico energizante. Como recompensa nos da una linterna que precisamos para ingresar a una caverna.


Hay algunos personajes para rescatar que arreglarán un puente, notas musicales para ingresar a una misteriosa caja musical y otro set de jefes para combatir.

Si nos sentimos perdidos, tenemos a disposición un sistema de pistas (otra característica “anti-frustración”) que funciona en dos niveles.

En primer lugar, contamos con los vagos mensajes del Profeta sobre a dónde ir a continuación, que dan una idea sobre un objetivo que debemos completar. Si no puede entender un joraca (que es lo más probable) es posible pagarle 300 fragmentos de tiempo al comerciante para que nos diga directamente qué hacer a continuación.

Recolectar los 45 Sellos de Poder no es una tarea sencilla. Se encuentran en salas bien escondidas y que requieren de todo nuestro arsenal y técnicas de movimiento. Afortunadamente, algunos upgrades nos permiten ver su ubicación en el mapa, lo cual hace rastraerlos mucho menos complicado.

El juego hace un excelente trabajo al brindar a los jugadores la oportunidad de aprender a usar sus nuevos juguetes o mostrar ciertos peligros sin golpes bajos. Cada vez que aparece una mecánica nueva y exclusiva del área, The Messenger nos asegura de tener algunas zonas seguras para adaptarse y aprender cómo funcionan realmente. Son los detalles lindos que se agradecen.


Palabras finales

The Messenger es tremendo juego. Es super divertido de jugar, todo el tiempo te está cambiando la historia y el estilo para mantenerse atractivo y presenta numerosos elementos que ayudan a que uno nunca se enoje demasiado.

Sí, perdí unas 200 veces y tuve que aprender patrones de varios jefes hasta finalmente vencerlos. Pero del mismo modo que me pasó en Celeste o Into the Breach, todo está armado de tal manera que perder hasta sea satisfactorio (especialmente por los hilarantes comentarios que te hace el demonio Quarble cada vez).

Lo que termina por redondear el título es su excelente humor que, por momentos, me hacía acordar a Undertale. Un tipo de humor medio sonso y definitivamente autorreferencial.


El shopkeeper, por ejemplo, sin duda sabe que está en un videojuego, y se la pasa haciendo meta-bromas sobre varios juegos o comentarios del estilo “si creés que el juego está por terminar… es porque no viste el trailer”.

Quarble también hace muchísimo de esto, cuestionando nuestras habilidades como jugadores, sugiriendo que culpes de tu muerte al lag para evitar la vergüenza (si alguien te está mirando jugar) e incluso preguntándote si estás muriendo a propósito solo para ver cuándo comienzan a repetirse sus frases.

En resumen, una muy grata sorpresa que me tomó desprevenido. Los diálogos y la historia son tan dinámicos como divertidos. Hay entornos variados, notable música e increíbles batallas. Amantes del retro a lo Ninja Gaiden y los primeros Castlevanias, no se lo pierdan.

……………………………………………………………

=>> Otras NOTAS GAMER en el blog: “ADN GAMER: 10 juegos que definieron mi vida”; “Celeste y la asistencia al jugador”; “Journey: juntos es más fácil”; “El fascinante mundo subterráneo de Hollow Knight”; “Into the Breach y el arte de perder”.

……………………………………………………………

 Podés seguir las nuevas notas y novedades (además de humor y críticas de cine) en mi fan-page: http://www.facebook.com/sivoriluciano. Si te gustó, ¡compartilo o dejá un comentario!

4 comentarios:

  1. realmente es un juego que aprecio bastante, y gran trabajo por cierto, leere otras reseñas, lo unico que odie fue la parte"metroidvania" realmente se sintio un poco alargado, y el final, relamnete parece un juego incompleto y ese"continuara" no me hace sentir que vendra una secuela si no que no pudireon terminar el juego , lo que destaco mas que nada y que me recuerda a nija gaiden es el hefcho que sea rapido, el gnahcoi , el doble salto que obliga golpear y saltar, que puedes planear y demas aportan a una jugabilidad rapida que hace sentirtye como un nija veloz y cauteloso. cool

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias por el aporte! Más allá de algunas cuestiones, creo que The Messenger logra realmente que te sientas un ninja. Cuando le agarrás la mano a sus diferentes habilidades, hasta es posible avanzar a gran velocidad y sin tocar el piso.
      ¡Saludos!

      Eliminar
  2. Vengo de Face book interesante tu blog
    saludos

    ResponderEliminar
  3. Tremendo juegazo me has hecho descubrir. Muchas gracias, lo comparto con mis amigos por FacebookMessenger.

    ResponderEliminar