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lunes, 27 de febrero de 2023

Neuromancer: el origen del género cyberpunk

 

Si existen Ghost in the Shell, Cyberpunk: Edgerunners y Blade Runner es gracias a esta novela. Considerada una de las primeras y más conocidas obras del género cyberpunk, “Neuromancer” ganó los premios Nébula, Philip K. Dick y Hugo cuando se publicó en 1984.



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El cielo sobre el puerto era del color de la televisión, sintonizado en un canal muerto. Henry Dorsett Case está teniendo un pésimo día. En el pasado fue un talentoso hacker hasta que lo agarraron con la mano en un tarro de galletas que no le pertenecía.

Por esta razón, sus antiguos empleadores modificaron su cuerpo para que nunca más pudiera piratear una computadora. Ahora es un estafador de mala muerte en la ciudad de Chiba, Japón, donde le debe dinero a un narcotraficante local y toma misiones suicidas para llegar a fin de mes.

Cuando un hombre misterioso llamado Armitage le ofrece un trabajo y la oportunidad de volver a piratear dentro del ciber-espacio conocido como Matrix, Case acepta porque cualquier cosa es mejor que su presente. Un poco de esto va Neuromancer, si bien es sólo la punta del iceberg.

Por cierto, la Matrix es un mundo dentro del mundo, un consenso-alucinación global, la representación de cada byte de datos en el ciberespacio... les suena, ¿no?

William Gibson creó un vistazo a nuestro futuro digital. De hecho, se le atribuye haber acuñado el término ciberespacio. La novela explora el papel que juega la tecnología en la vida de los humanos en el presente y en el futuro. También muestra cómo los humanos lidian con las innovaciones tecnológicas que cambian rápidamente.

Por cierto, se viene hablando de una adaptación para la televisión de este libro (para Apple TV+) y existe un viejo videojuego para la Commodore 64 y DOS, pero esta nota se centrará únicamente en el libro original.


Mis impresiones de Neuromancer

Tenía pendiente la novela debut de Gibson desde hace muchos años. ¿Cómo podía faltarme la lectura de un clásico que se ubica al mismo nivel que 1984 (George Orwell) y Brave New World (Aldous Huxley) como una de las visiones más potentes del futuro del siglo XX?

Así que fue lo primero que agarré para mi ebook en este 2023. Lo primero que tengo que decir es que es una novela muy difícil de leer e interpretar. Honestamente, creo que me divirtió más analizarla o explorar cómo influyó al género del cyberpunk que la historia en sí misma, que puede llegar a ser muy confusa.

Se ha comparado a Neuromancer con la poesía Beat impresionista (también tengamos en cuenta que Gibson es un gran admirador de William S. Burroughs). Cuando se publicó por primera vez, muy poco de la jerga utilizada en la narración tenía sentido para el público objetivo.

El hecho de que sea algo más fácil para un lector moderno se debe, únicamente, a que tanto los escritores de ficción como los científicos luego comenzaron a usar las palabras de Gibson para cosas reales (si bien algunos significados se han ido modificando).

Si me tengo que poner en abogado del Diablo, Neuromancer no fue una lectura especialmente grata. La narración es medio un quilombo, es muy difícil entender qué es lo que está pasando todo el tiempo, los personajes son un poco planos y Gibson no es un narrador tan hábil como me habría gustado.



Es un libro innecesariamente enredado y –hay que decirlo– en gran parte aburrido. Gibson ocasionalmente te lanza algunas escenas o frases que tienen sentido y generan emoción o reflexiones, lo que te permite seguir adelante.

Sin embargo, el libro me resultó extrañamente discordante y abarrotado con jerga complicada. Es como leer mientras saltas en una cama elástica, tenés a uno de tus hijos llorando y al otro queriendo que juegues con él. Lo más interesante acá, me parece, es pensarlo en relación a su influencia en el cine, la literatura, el animé y los videojuegos.

Por ejemplo, Lean Neuromancer luego de ver la excelente Cyperpunk: Edgerunners y díganme si la influencia no se nota a flor de piel. Ambas ficciones cuentan con un humano con extensiones robóticas (Case en la novela, David Martínez en el animé) y pertenecen al bajo fondo distópico de una ciudad en ruinas.

En Neuromancer, Case intentó robar dinero a sus jefes y, como castigo, le inyectan una micotoxina que inhibe sus habilidades para conectarse al ciberespacio (a “la matriz”) y que, potencialmente, podría matarlo. David Martínez también utiliza una toxina en su cuerpo que le brinda habilidades especiales y que lo pone cada vez más al límite.

 

¿Qué es el cyberpunk?

Obras de la animación como Cyberpunk: Edgerunners, Akira y Ghost in the Shell se nutren principalmente de dos grandes géneros. El primero, claramente, es el cyberpunk. El segundo es el body-horror, pero no es el punto central de esta nota (para eso mejor pasen por acá)

El cyberpunk es un género de ciencia ficción especulativa centrado en los efectos transformadores de la ciencia avanzada, la tecnología de la información, las computadoras y las redes (de ahí el término “cyber”) junto con una ruptura o cambio radical en el orden social (ergo, “punk”).

Las tramas se desarrollan en un futuro no muy distante. Las ciudades tienden a estar marcadas por el crimen, el nihilismo cultural y el mal clima (lluvia, oscuridad, iluminación mediante luces de neón, etc). Son lugares donde todos sus habitantes abusan de la tecnología por el placer hedonista.

En este contexto, los protagonistas son antihéroes con conocimientos informáticos (a menudo hackers) o rebeldes. Son personajes criminales, marginados e inadaptados que recuerdan al detective privado de la novela negra.


Por otro lado, los principales villanos son casi inevitablemente estados policiales o conglomerados multinacionales dirigidos por poderosos hombres de negocios con una cantidad de hombres armados y políticos corruptos (o incluso una nación entera) a su disposición.

Philip K. Dick es un precursor notable del cyberpunk, y muchas adaptaciones de su trabajo encajan perfectamente en el género, siendo la más importante de ellas la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, que fue la inspiración para Blade Runner.

Sin embargo, se reconoce generalmente a William Gibson como el padre del género, si bien el término “cyberpunk” ya había aparecido unos años antes en un relato de 1980 de Bruce Bethke. Gibson amplió este concepto acuñando la palabra “ciberespacio” en su novela Neuromancer (1984), la primera parte de una trilogía considerada como el prototipo del género.

 

Literatura en contexto

A veces, la clave para entender algo es el contexto. Y en este libro el contexto es todavía más importante. Neuromancer es un libro sobre individuos que exploran y explotan el ciberespacio y, en menor medida, sobre los peligros de la inteligencia artificial.

Cuando se escribió la obra, la gran mayoría de las personas ni siquiera tenían una PC. Las pocas familias que tenían una, probablemente no tendría más de 64kb de RAM. Internet era aún un prototipo y el e-mail era prácticamente desconocido. 

La WWW llegaría 10 años más tarde. Por eso, pensar cómo sería el mundo con las computadoras era, realmente, hacer ciencia ficción. En este sentido, Neuromancer debe haber sido absolutamente impresionante.


Vale mencionar que William Gibson estudió Letras y tenía muy poca experiencia técnica en computadoras. Básicamente, mando mucha fruta en su libro y varios de los conceptos que crea para la historia hoy tienen un significado distinto, lo que dificulta todavía más la lectura.

El Ciberespacio de Gibson es mucho más que realidad aumentada y se acerca a lo que plantea Ernest Cline en su saga de Ready Player One (lean únicamente la primera, porque la secuela no vale la pena). Case navega por las redes informáticas como si fuera una proyección astral: ve la seguridad como “puertas”, desactiva las alarmas únicamente pensando en ello, etc.

Podríamos hacer varias analogías con el cine. Alfred Hitchcock y Orson Welles han concebido algunas de las mejores películas del mundo. Y, sin embargo, es muy posible que incluso alguien muy amante del cine encuentre estas producciones lentas y aburridas.

Sin contexto, Citizen Kane es una historia simple. Contextualmente, se aprecia porque no solo le enseñó a Hollywood cómo hacer películas, sino que le enseñó a la audiencia cómo ver películas. Incorpora una trama no lineal y flashbacks. Utiliza ángulos de cámara, primeros planos y sombras únicos, todo de formas completamente innovadoras e inauditas para la época.


Hoy ver Citizen Kane es medio una patada en los huevos. Esto es porque generaciones de cineastas (y espectadores) han sido influenciados por esta película y las producciones posteriores supieron mejorarla, evolucionar.

Algo similar me ocurrió con Neuromancer. La lectura se me hizo bastante tediosa, aunque creo que debe juzgarse por su importancia e influencia. Puede que no parezca la historia o el conjunto de ideas más originales, pero eso se debe a que esta novela fue una gran influencia en innumerables libros y películas por venir. 

Es como Seinfeld, que a muchos jóvenes irrespetuosos no les provoca risa porque ya vieron todas las sitcoms que la copiaron.

Si bien todo se crea en algún contexto, el contexto no siempre es tan crítico. Algunas obras son atemporales y se sostienen bastante bien por sí mismas. El Señor de los Anillos o El Principito, por mencionar dos ejemplos diametralmente opuestos, pueden ser disfrutados en gran medida por alguien sin necesitar conocer bajo qué circunstancias fueros escritos.

Neuromancer no fue la primera novela en explorar los temas y conceptos de inteligencia artificial, humanos interconectados con máquinas o el ciberespacio, pero popularizó una forma de pensar sobre el papel y el futuro de las computadoras y las redes informáticas como ninguna otra novela lo había hecho antes.

 

Palabras finales

Puede que disfrutes de leer Neuromancer o no (como ya dije, a mí me parece que es bastante confusa y chata en general), pero se potencia bastante al entender su importancia e influencia. Es muy loco pensar que, al leerlo hoy en día, el libro parece un rip-off de Matrix. Una hermosa ironía.

Me aburrí (o me perdí) durante varias páginas. Pero ocasionalmente el autor presenta algunos de los mejores párrafos sobre tecnología que he leído en mucho tiempo. Y sólo por eso creo que vale la pena tenerla en cuenta. Realmente, lo único que le faltó predecir a Gibson fueron los teléfonos celulares.


 

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=>> Otros posts sobre CIENCIA FICCIÓN en el blog: “Ready Player Two: la innecesaria secuela de Ernest Cline”; “Los crímenes del futuro de David Cronenberg”; “Análisis del documental A Glitch in the Matrix”; “Las puertas de la percepción de Aldous Huxley”.

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