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viernes, 12 de agosto de 2022

Station Eleven: el teatro como salvación


2022 llegó recargado con un montón de series que fueron demoradas por la pandemia. Entre ellas una de las mejores (y quizás menos conocidas) fue Station Eleven, de HBO. En esta nota, una exploración de este misterioso drama pos-apocalíptico.




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Mis series de 2022 (hasta ahora)

Es verdad que apenas pasamos la mitad del año, pero yo ya me voy armando un pequeño listadito de algunas series destacables de 2022.

Entre ellas sin duda estarán Barry (temporada 3), la excelente Severance, The Boys (temporada 3), Archive 81 y Better Call Saul (sexta y última temporada). Quizás incluya Westworld temporada 4, no lo decidí todavía.

En el medio tuvimos otras muy buenas y algunas aberraciones olvidables (Obi-Wan Kenobi… cough… cough). Por ejemplo, disfruté de la última temporada de Ozark (si bien sentí que se desinfló un toque) y ponele que Moon Knight se dejaba ver, aunque tampoco fue la gran cosa.

Seguramente más cerca de fin de año haga un post detallando el podio de series. Hay muchas que tengo en proceso (como Atlanta y The Sandman) o que todavía no pude arrancar por falta de tiempo, como la nueva temporada de Stranger Things, Shining Girls, Peacemaker o The Lincoln Lawyer.



Por lo pronto tenía ganas de recomendar una producción de la que no se habló tanto (y que yo recontra banqué): Station Eleven. Es una miniserie post apocalíptica basada en la novela de 2014 del mismo nombre. La historia se cuenta en orden anacrónico y va mezclando varias narrativas y tiempos.

 

I remember damage…

Quizás no haya serie de TV más fácil y más difícil de recomendar a la gente este año. Si querés hacerla fácil, podés decir que tiene bocha de misterios a lo Lost. Pero también hay un trasfondo existencial que se acerca más a dramas intimistas como The Leftovers (una de mis series favoritas de todos los tiempos).

Station Eleven presenta a un puñado de personajes atravesando una pandemia mortal y descubriendo cómo es la vida “después”. Todo puede sonar muy COVID-19 pero recordemos que el material fuente tiene un par de años más. Sí es verdad que los creadores quisieron aprovechar el zeitgest del momento.

Un problema con Station Eleven es que su primer episodio no engancha automáticamente. Pensándolo bien, a mí me fue atrayendo progresivamente; definitivamente no fue un amor a primera vista. Sin embargo, a medida que avanza es posible notar el cuidado en la escritura y lo estratégico de su narrativa.



La serie arranca mostrándonos la vida de un actor llamado Arthur Leander (Gael García Bernal), quien muere el primer día de una peste que mata a miles de millones y envía a la humanidad de vuelta a la edad oscura.

En este contexto, la joven Kirsten Raymonde –una de las coprotagonistas en el teatro de Arthur– es protegida por un hombre llamado Jeevan (Himesh Patel) durante la caída de la sociedad y desarrolla una amistad intergeneracional con él.

A medida que pasan los episodios, vamos conociendo a más personajes en el antes y el después de La Caída. Por ejemplo, el mejor amigo de Arthur (Clark), la segunda ex esposa Elizabeth y su hijo Tyler luchan por sobrevivir mientras están encerrados en un aeropuerto.

En el futuro, una Kirsten adulta (impresionante Mackenzie Davis, ¡cómo me encanta esta actriz!) viaja con un grupo de artistas teatrales. Están marchando hacia la colonia que Clark ha fundado y se encuentran amenazados por un líder de un culto ambiguamente malvado.

Por último, tenemos a Miranda Carroll, una solitaria ex amante de Arthur que crea una novela gráfica llamada “Estación 11”. Este libro termina teniendo un impacto sorprendente en el post-apocalipsis y conecta con todos los personajes, de una forma u otra.

 

Sobrevivir no alcanza

El relato está buenísimo y se va armando pieza por pieza. Los interrogantes planteados se van resolviendo de manera muy pausada, por lo que hay que tener un poquito de paciencia.

Station Eleven es una de esas raras obras que nos dejó la pandemia. Sin embargo, no se centra en el heroísmo de una solución al virus ni en la emoción de ver a la humanidad caer. El eje está puesto en la idea de cómo una comunidad puede persistir gracias a la existencia del arte.

Sobrevivir no alcanza… hay que buscar motivos para seguir con vida. Y el teatro (o el arte en general) puede ser uno de ellos. De hecho, la actuación –shakeaspearena en este caso particular  atraviesa a toda la obra y funciona como un poderoso leitmotiv.



No es casual que haya referencias a Shakespeare en cada episodio. Para empezar, varios personajes de vez en cuando lanzan citas del dramaturgo inglés, incluso cuando no están discutiendo su propia producción de Hamlet.

Algunos de estos guiños son un tanto oscuros y yo los leí en el éter porque no soy un enorme conocedor de la obra de William Shakespeare. Sí pude detectar algunos, como que Kirsten de pequeña está mirando el episodio de Star Trek “La conciencia del rey”, que hace referencia a Hamlet.

 

Palabras finales

A Station Eleven hay que darle tiempo para que cumpla con su visión audaz, pero si te mantenés firme en ese slow-burn inicial, y luchás contra la repulsión inicial, terminás siendo recompensado con una serie que tiene muchísimas cosas interesantes para decir.

Es un relato sobre la importancia de la familia (sea real o heredada) y sobre el legado del trauma compartido. Por sobre todo, es una muestra brillante sobre el arte como refugio. En un mundo donde estamos muchas veces solos con nuestro propio dolor y sufrimiento, Station Eleven puede ser una forma de abrirnos hacia algo diferente. A mí me conmovió mucho y por eso la festejo.

No quiero decir mucho más porque entraría en la categoría de spoilers. Sí mencionar que las sorpresas argumentales que tiene preparadas son muy sutiles y están a la altura de las mejores revelaciones de Game of Thrones (cuando era una buena serie).



No es fácil de ver por el orden anacrónico que sostiene. Hay que estar atento y con una participación activa. La cantidad de personajes y relaciones que maneja tampoco la hacen fácilmente digerible. A veces era un quilombito al mejor estilo Dark. Y, sin embargo, es una serie muy gratificante y hermosa que no puedo dejar de recomendar.

 

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=>> Otros posts sobre SERIES DE TV y POSTS RELACIONADOS en el blog: “Todo el mundo ama a Shakespeare”; “Mis series favoritas de la última década”; “Archive 81 y el auge de la cultura podcastera”; “Razones por las que tenés que ver Always Shine”.

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1 comentario:

  1. Si.. de acuerdo.. no es facil de ver. Excelente la nota Lu.

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