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viernes, 17 de enero de 2020

El faro como símbolo en la ficción


The Lighthouse es una de las películas ninguneadas por los Oscars que representó una de mis favoritas del 2019. Mientras la veía recuerdo haber pensado en lo interesantes que son los faros como símbolos dentro de la ficción. Hoy toca hablar un poquito sobre eso.




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Hermosos pero inútiles

Los faros han existido por mucho tiempo. En un momento fueron invaluables para la industria de la navegación, asegurando que los barcos llegaran al puerto sin chocar contra los arrecifes o la costa.

Sin embargo, los avances tecnológicos han hecho que los faros sean, en su mayoría, obsoletos. El sistema de posicionamiento global (GPS) y la navegación de largo alcance (LORAN) prácticamente eliminaron su uso en el envío comercial debido a que las nuevas tecnologías son mucho más precisas y baratas de usar y operar.

Hoy los faros son sitios históricos y trampas para turistas. Los únicos lugares que quedan donde tienen un uso serio son aquellos donde la radio podría no funcionar, donde las condiciones del mar cambian radicalmente, o en lugares como puertos con entradas estrechas o montañas submarinas rodeadas de crestas.

A pesar de su inutilidad actual, se han utilizado como escenarios en historias desde la antigüedad… y vienen tomando empuje en la modernidad, a menudo dentro del género del terror.


Podría deberse a que la pequeña cantidad de personas necesarias para operar un faro conduce a relatos sobre reclusos que trabajan allí y van perdiendo el anclaje con la realidad, justamente como ocurre en la película de Robert Eggers.

The Lighthouse: paranoia y soledad

The Lighthouse es una producción definitivamente distinta a todo lo que se vio en 2019. No sólo en el aspecto visual (se filmó en locación, con condiciones climáticas súper adversas, una relación de aspecto de 1.19:1 y cámaras deliberadamente antiguas en blanco y negro) sino también respecto a su narrativa.

A finales del siglo XIX, dos fareros –un novato Robert Pattinson y un viejo experto interpretado por Willem Dafoe– trabajan juntos en una misteriosa isla perdida de Nueva Inglaterra, esperando a un relevo que podría nunca llegar.

Es muy común que, en la ficción, los faros se encuentran en una isla solitaria o en un acantilado distante que los hace aislados y espeluznantes. Si le agregamos un poquito de niebla siniestra rodando en la costa, tenemos la atmósfera ideal para un relato escalofriante.


Agregue sal, pimienta y niebla a gusto...

The Lighthouse no es una película especialmente terrorífica, si bien tiene algunos momentos perturbadores que van más por el lado del thriller psicológico. Tampoco tiene un guion complejo. El corazón está en la tensión acumulada por el dúo protagónico.

Lo que hace muy bien el director (que ya había tenido su primera gran incursión en el cine con La bruja en 2015) es aprovechar un montón de referencias históricas y literarias para llevar adelante la trama.

Está parcialmente basada en una historia real. Además, trata la relación del hombre con Dios, una latente dinámica de poder como filosofaba Foucalt, mucha locura estilo Edgar Allan Poe y una clara influencia de dos autores: Lovecraft e Ingmar Bergman.

H.P. Lovecraft es una inspiración en cuanto a la mitología que presenta el relato. Las criaturas con tentáculos y las sirenas que vemos indican que la isla podría ser el hogar de los Profundos, antiguos dioses marinos del autor que se aparean con los humanos para crear especies híbridas.

También está el cuento The White Ship, donde el narrador es un farero perdiendo la cordura. Aunque, al tratarse de Lovecraft, nos queda la duda de si su soledad no lo habrá hecho más sensible a lo sobrenatural.


Top 3 de lugares horribles para quedarse atrapado: un faro, un sótano y la sala de espera del Banco Francés...

Bergman está muy presente por los temas existenciales que trabaja. Si conocés algo de la filmografía del sueco, es inevitable no recordar obras como Persona (1966) o Through a glass darkly (1961), que tienen muchísimas similitudes.

Hay quienes han encontrado símbolos junguianos y temáticas homoeróticas en la película. El faro es, indudablemente, un símbolo fálico. Para otros cinéfilos (y el mismo director), The Lighthouse es una reinterpretación moderna de los mitos de Proteo y Prometeo. Como sea, reflexionar sobre los significados ocultos es un experimento fascinante.

Los faros en la ficción

La altura también hace que un faro sea un escenario ideal para un clímax de escalada… como ocurre en el desenlace de Shutter Island (2010), el intrigante thriller de Martin Scorsese con Leonardo Di Caprio.

Tanto el libro como la película tienen un faro en la isla donde se ubica el manicomio. Durante todo el argumento nos preguntamos si contiene el sistema séptico de la isla o si será un laboratorio secreto donde el personal realiza experimentos con los pacientes. En realidad es la oficina del médico jefe.

Poe tiene una historia no terminada llamada The Light-House que, como era de esperarse, trata sobre la creciente paranoia de un farero, obsesionado por creer que la estructura va a colapsar. Robert Bloch escribió su propia conclusión del relato, llevándolo en una dirección completamente diferente.

La sexta temporada de Lost revela un faro aleatorio donde hay elementos místicos (como un reloj que puede espiar a las personas). Está en un área aislada que aparentemente se encuentra a solo minutos de uno de los principales escenarios de la temporada 1.


Oh, Lost, cómo apestaste sobre el final...

Volver a encender un faro es una búsqueda común de héroes. Uno de los primeros episodios de Pokemon tenía a Ash y compañía visitando el faro de Bill, que inicialmente parecía embrujado. El capítulo mostraba la primera aparición de uno de los pokemones legendarios, Dragonite.

Por su parte, Aquaman es hijo de un farero, y generalmente se lo representa viviendo en el viejo faro cuando no está bajo las olas. Aparte de eso, es un faro común y corriente.

Shaggy realiza un divertido comentario meta en Scooby-Doo y la Maldición del Monstruo del Lago (2010):
Nuestro primer sospechoso resulta ser el guardián de un faro viejo y espeluznante. Sabes, solo una vez desearía haber encontrado un misterio que comenzó en una alegre sala de exhibición de futones”.

Sin embargo, los faros no necesariamente tienen que estar embrujados para ser buenos para un entorno. Pueden ser tan atmosféricos por sí solos, como ocurre en la serie The Affair, que mencioné como una de mis favoritas de la década.

El pequeño pueblo de Montauk, donde ocurre gran parte de la acción, tiene un faro que representa un lugar clave para Noah Solloway y Alison Lockhart.


El faro en Montauk, elemento clave en la serie The Affair

En los videojuegos y la vida real

Los videojuegos suelen utilizar los faros como locaciones. En BioShock (2007),  un faro en medio del Atlántico contiene una estación de batisfera que conduce a la utopía destruida.

Uno de las mejores secciones de Half-Life 2 es “Lighthouse Point”, donde el faro no es tan notable, excepto por el almacenamiento de una loca cantidad de misiles teledirigibles.

Diddy Kong Racing, para Nintendo 64, tiene uno de los mejores usos. Hay un faro en la playa de Timber´s Island que no parece hacer nada, hasta que le ganás a Wizpig y los 4 Trofeos del Gran Premio. Entonces el faro se convierte en un cohete que te lleva al quinto mundo secreto… ¡en el espacio!

El críptico pero simpático indie Fez (2012) tiene un nivel hermoso con un enorme faro. Es un juego súper interesante para analizar al que le debo algún post.


El faro en Fez (2012)

¿Y en la vida real? El faro de Alejandría es el más famoso del mundo, ya que fue considerado una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Durante varios años fue la estructura más alta hecha por el hombre, antes de que un terremoto y un incendio la destruyeran.

El término en español se lo debemos a Egipto, de hecho. Proviene del griego antiguo (pharos), haciendo referencia a la torre de señales de la isla de Faro, en Egipto.

Según el “Lighthouse Directory” –un  sitio web sobre faros de todo el mundo, mantenido por el matemático Russ Rowlett y alojado por la Universidad de Carolina del Norte … porque Internet is beautiful– actualmente hay más de 18,600 faros en todo el mundo. 71 de esos faros (un modesto 0.38%) estarían ubicados en Argentina.

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