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lunes, 31 de diciembre de 2018

Eighth Grade y las fascinantes películas de A24


No quería terminar el año en el blog sin hablar de las películas de A24. La audiencia general no suele prestarle atención a las distribuidoras (a menos que se llamen “Disney”). Pero la mayoría de las distribuidoras tampoco son A24. Esta pequeña empresa, fundada en el 2012, se ha convertido rápidamente en sinónimo de calidad. Se caracterizan por ser films independientes con una fuerte marca de autor.




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Incomodar al público: las películas de A24

La política de A24 es contar con un catálogo que logre incomodar, hipnotizar y sacar al espectador del lugar común, en la tradición de directores como Brian de Palma o Stanley Kubrick. Así lo hizo la empresa con prácticamente todas sus propuestas.

Preparate para que te explote la cabeza: muchas de las historias más fascinantes, debatibles y extrañas de los últimos años fueron películas de A24.

¿Cuáles exactamente?

Veamos: Ex Machina, The Witch, A Ghost Story, Room, The Killing of Sacred Deer, Enemy, Under the Skin, Swiss Army Man, Free Fire, It Comes at Night, The Disaster Artist, The Lobster, The Florida Project. Y la lista sigue.


A Ghost Story. Una película que pide a gritas que se explique ESE final.

Hablamos de películas que van de muy buenas para arriba. Muchas de estas son de mis favoritas de todos los tiempos. En 2017, su película Moonlight (de Barry Jenkins) ganó el Oscar a Mejor Película. También el año pasado, Lady Bird fue alabada universalmente por la crítica.

Este año, las películas de A24 la vienen rompiendo.

Al menos tres son consideradas de lo mejor de lo que el 2018 tuvo para ofrecer: el atmosférico relato de terror que arrasó en Sundance 2018, Hereditary, Eighth Grade (de la que hablaré en detalle más adelante) y el drama First Reformed, del director Paul Schrader y protagonizada por Ethan Hawke.

A mí me gustó mucho Under the Silver Lake (si bien es mucho más divisiva) y todavía nos falta ver qué opina el público y la crítica especializada del debut en la silla de director de Jonah Hill (Mid90s).


Under the Silver Lake. Una de las películas más locas del año.

La primera gran característica de la distribuidora A24 es que respeta mucho a cada uno de los directores con quienes trabaja, les da la libertad de hacer su cine de autor. Así, el estudio mantiene intacta la esencia de cada historia y se permite romper con las reglas convencionales que, muchas veces, van a contrapelo de la tradicional fórmula hollywoodense.

¿Cómo son las películas de A24?

Esto es especialmente cierto, por ejemplo, dentro del cine de terror. Si bien la empresa ha sabido moverse con soltura en todos los géneros, es en el terror donde se destaca especialmente.

Sus propuestas de género son historias frescas, alabadas por la crítica y de narrativas atípicas. A24 no es Blumhouse, que sí tiene una fórmula para el terror más claramente definida y que pocas veces logra realmente destacarse (Get Out es su gran caso de éxito).

En una entrevista, Sofía Coppola (directora de The Blind Ring), dijo sobre A24: “Realmente me gustan esos chicos. No tienen la personalidad de ejecutivos de Hollywood”.

Barry Jenkins (Moonlight) comentó: “A24 es el tipo de compañía a la que no le importa de qué trata tu película… sino de cómo te hace sentir“.


Y la ganadora del oscar es La La... no, wait... Moonlight!

Es un estudio adelantado a su tiempo que está revolucionando la industria del cine con perfil bajo: apuesta por directores nuevos y primerizos, valora la calidad por sobre lo comercial y no tiene miedo de presentar films controversiales y polémicos. Uno de ellos es, justamente, Eighth Grade.

Un coming-of-age brutalmente honesto

Quiero detenerme un poco en Eighth Grade porque creo que es una de las grandes películas de este año. Se trata de la ópera prima del comediante y joven youtuber Bo Burnham. Kayla, una millenial de 13 años, tiene que lidiar con las complicaciones de la adolescencia antes de empezar la secundaria.

Que no los confunda el trailer: este es un drama hecho y derecho. De esos con los que terminás a lagrimones. Si alguna vez me reí, fue por la incomodidad de varias situaciones que se presentan. Es de una honestidad brutal respecto a la angustia de los adolescentes actuales.


Elsie Fisher está increíble trasmitiendo sentimientos y se muestra dolorosamente real. 

La relación con su padre (gran actuación de Josh Hamilton) es tan compleja como hermosa. Desde el aspecto técnico, el director maneja el relato con mucha elegancia, incluso logrando momentos muy tensos y crudos que logran perturbar al espectador sin llegar a ser manipuladores.

Si bien la trama es muy sencilla (de hecho, prácticamente es inexistente), es lo suficientemente intimista como para llevarnos directamente a la cotidianeidad de esta persona que busca definir quién es hoy y quién quiere ser en el futuro.

Una reflexión sobre la identidad y la tecnología

Eighth Grade tiene el potencial de convertirse en una de esas películas que sirven para enseñar a los más chicos en la escuela, aunque también es agradable para los adultos, quienes seguramente encontrarán puntos de conexión.

Especialmente si, como yo, se sintieron juzgados, raros o anormales (o que “nunca eran suficiente”) durante la adolescencia, esta película es obligatoria.

Es fundamental para reflexionar sobre el impacto de la tecnología en los jóvenes, la evolución de las costumbres y la búsqueda de la identidad. Dentro de las películas de A24, ésta es una de las que más recomiendo de este 2018.


La película no tiene estreno oficial en Argentina y, por su carácter independiente, es poco probable que lo tenga. Por eso, traten de no dejarla pasar si la encuentran en otro medio.

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