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jueves, 6 de septiembre de 2018

Sobre las complicaciones de vivir para siempre


¿Así que te gustaría vivir eternamente? A lo mejor te conviene pensarlo mejor. Desde el eterno aburrimiento hasta la angustia existencial, pasando por todo tipo de torturas (como ver a tus seres queridos partir, uno a uno, mientras vos seguís ahí) la inmortalidad puede ser el peor destino posible. La ficción se ha encargado de trabajar esta temática con mucha elegancia y precisión.




***

Titono y Prometeo

El tópico es más viejo que el Feudalismo. Los primeros ejemplos los encontramos –como con casi todo– en la mitología griega.

Cuando la diosa Eos se enamoró del mortal Titono, le pidió a Zeus que le concediera la inmortalidad. Éste accedió pero (pequeño detalle) a la diosa se le olvidó también pedir la juventud eterna. Titono fue haciéndose cada vez más viejo, encogido y arrugado, hasta que se convirtió en cigarra (because reasons…)

Algo peor le pasó al pobre Prometeo, célebre por haber robado el fuego de los dioses para entregárselo a los hombres. Zeus, que al parecer era un viejo bastante rencoroso, lo castigó de muchas maneras, haciéndolo sufrir por toda la eternidad. Sí, viviría para siempre, pero en sufrimiento.


Prometeo pasándola como el orto...

El mortal inmortal de Mary Shelley

Hablando de Prometeo, Mary Shelley es famosa por su novela Frankenstein o el Moderno Prometeo. Publicada originalmente en 1818, la novela cuenta la fantástica historia del Dr. Víctor Frankenstein… el hombre que se atrevió a desafiar a Dios para crear una vida. Es, realmente, uno de los relatos epistolares de terror más profundos que he leído.

Pero Shelley escribió muchas otras cosas también. Tiene unos quince relatos, una novela gótica (Valperga, 1823), una obra de ciencia ficción futurista (The Last Man, 1826) y otras dos novelas románticas.


Ah, y Frankenstein es el personaje humano, no el monstruo...

Mención aparte merece Mathilda (1819), obra que permaneció inédita por cuatro décadas por su temática incestuosa (y autobiográfica) que era censurada por la época.

La cuestión es que entre sus relatos clásicos se encuentra El mortal inmortal, una historia en la que un hombre expresa su pesar luego de beber una poción que lo volvió eterno.
«Así he seguido viviendo año tras año... Solo, y cansado de mí mismo. Deseoso de morir, pero no muriendo nunca. Un mortal inmortal. Ni la ambición ni la avaricia pueden entrar en mi mente, y el ardiente amor que roe mi corazón jamás me será devuelto; nunca encontraré a un igual con quien compartirlo. La vida sólo está aquí para atormentarme.»

La inmortalidad cristiana

Para la religión cristiana, el hombre es hereditariamente inmortal, ya que al morir en la Tierra sigue “viviendo eternamente”. Pero hay una trampa: si vas a disfrutar o sufrir de dicha eternidad depende de cómo hayas vivido en la Tierra, qué tanto alabaste (temiste) a Dios, qué tanto pecaste, qué tanto te arrepentiste y un largo etcétera.

Si fuiste un santo a los ojos de la iglesia, tu destino es el Cielo, donde la inmortalidad significa disfrutar de todo lo que siempre deseaste y volver a ver a todos tus seres queridos. En cambio, si fuiste un pecador te vas derechito al Infierno, donde la vas a pasar bastante mal.


Heaven or hell... make your choice

La Biblia católica describe al Infierno como: “el lugar y el estado de castigo y destrucción, con fuego eterno en la segunda muerte, para los que rechazan a Dios y la salvación en Jesucristo”.

El evangelio según San Marcos (9:43-48) es bastante descriptivo:
«Y si tu mano te es ocasión de pecar, córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno, al fuego inextinguible, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecar, córtalo; te es mejor entrar cojo a la vida, que teniendo los dos pies ser echado al infierno.»

El caso vampírico

La incomodidad de ser inmortal está muy bien reflejada en la película Entrevista con un vampiro, que reseñé para el blog. Los vampiros obviamente tienen que lidiar con este atroz don por su naturaleza misma.

Anne Rice escribió ficción de vampiros que se seducen unos a otros mucho antes de que fuera cool. O (dicho de otra forma) Rice escribió ficción gótica y erótica antes de que los géneros colapsaran en el desastre que tenemos hoy.

La cosa es más o menos así. En el presente, el vampiro Louis de Pointe du Lac (Brad Pitt) le cuenta su vida a un joven reportero. Resulta que en 1791, Louis era dueño de una plantación al sur de Luisiana, América. Luego de la muerte de su esposa e hijo durante el parto, perdió todas sus ganas de vivir, llegando a considerar el suicidio.

Fue entonces cuando se topó con Lestat (Tom Cruise), un egocéntrico, agrandado y jocoso vampiro que lo transformó en uno de los suyos. Ambos inician una relación que atraviesa siglos enteros.


Los vampiros de Entrevista con un vampiro son extremadamente raros y parecen no estar psicológicamente preparados para asumir la inmortalidad por mucho tiempo. No logran adaptarse a los cambios del mundo, tienen depresiones existencialistas y pierden el impulso para seguir viviendo. El más viejo tiene apenas unos 400 años.
Angel: Buffy, be careful with this gift. A lot of things that seem strong, good and powerful, they can be painful.
Buffy: Like say... immortality?
Angel: Exactly. I'm dying to get rid of that.— Buffy the Vampire Slayer

La psicología de la eternidad (I)

Algunos estudios sugieren que, literalmente, experimentamos el tiempo pasar más rápidamente a medida que nos volvemos viejos. ¿Recuerdan cuando eran chicos y treinta minutos parecían durar para siempre? Es porque, en perspectiva, son treinta minutos de un total de siete años. El porcentaje relativo es muchísimo mayor a medida que envejecemos.

Un año es el 10% de la vida de un niño de diez años, el 1.25% de la vida de un viejo de ochenta años y 0.25% en la vida de un inmortal de 400 años. Cada compañía mortal de un inmortal va a durar (desde su perspectiva) apenas un instante.

Incluso si fuera posible ser un inmortal rodeado de amigos inmortales, tampoco es que haya tantos lugares por conocer y cosas para hacer. Eventualmente, todo comenzaría a parecer repetitivo y monótono.

En algún momento (que, de nuevo, parecerá un instante) toda la civilización va a morir, quedando vos –el inmortal– como una reliquia viva. Incluso la memoria del mundo que conociste podría desaparecer por mera capacidad cerebral (tenés inmortalidad, no capacidad de memoria ilimitada).

¿Por qué creemos que la inmortalidad equivale también a salud mental? Bien podrías volverte senil, olvidadizo y completamente loco.


Mientras tanto, el Sol va a irse apagando. En algunos pocos billones de años el planeta Tierra va a dejar de ser habitable. A lo mejor para esa época hay viajes low-cost a Marte. Pero, aun así, al morir el Sol va a devorar a la Tierra, a Marte y a prácticamente mitad del Sistema Solar.

Ya no es tan divertido ser inmortal, ¿no?

La inmortalidad en la ficción

Algo así le sucede a Haley Joel Osment en esa hermosa y triste película que es Inteligencia Artificial, famosa obra que Steven Spielberg terminó para su amigo Stanley Kubrick.


El protagonista (David), es un innovador robot programado con la habilidad de amar. Es adoptado por Henry y su esposa Mónica. Sin entender bien por qué, el robot desata una rivalidad entre hermanos con el hijo biológico de la pareja.

Al final de la película pasaron dos mil años y la humanidad está extinta. Una nueva generación de robots más evolucionados (y de aspecto alienígena humanoide) encuentran a David. Lo consideran especial porque conoció a los humanos. No digo más porque toda la última escena es tan hermosa que es para vivirla por uno mismo.

(Dis)enchanment, la nueva serie de Matt Groening, es bastante decepcionante. Pero en los últimos tres capítulos se redime al incorporar a la narrativa un conflicto interesante.

El capítulo 8 se llama “Los límites de la inmortalidad”. Bean y sus amigos van en busca del Colgante de la Eternidad, un artefacto que –combinado con sangre de elfo– le permitirá al rey finalmente alcanzar la inmortalidad que tanto anhelaba. 


A partir de acá el argumento se vuelve llamativo por una serie de giros de tuerca, pero no voy a spoilear más en esta nota.

La psicología de la eternidad (II)

Entonces, sos inmortal. En unos trillones de años, vos vas a seguir vivo, pero el Universo no. Antes de que te des cuenta vas a estar en un vacío infinito de partículas subatómicas que no pueden formar nada concreto. Y vos flotando ahí, sólo en el universo. Sin Netflix, claro.

Capaz te sacás la lotería cósmica y un nuevo Big Bang genera otro universo en unos pocos billones de años más, en cuyo caso podés volver a ver cómo la humanidad vuelve a comenzar desde cero.

En la genial A Ghost Story (cuyo final expliqué para el blog) sucede algo parecido con un fantasma que queda anclado a una casa y no tiene forma de escaparse. Ve pasar miles y miles de años hasta que el mundo se resetea. Si no vieron esa peli, háganlo. No tiene desperdicio.

Entonces, desear ser inmortal tiene sus inconvenientes. Pero si vas a pedirlo, al menos tené en cuenta estos detalles:

1. No tiene sentido ser inmortal si sos un viejo frágil y cansado para siempre. La ideal para pedirlo es a tus 25 años (hombre) y 20-21 años (mujer). Nunca vas a estar mejor físicamente. ¡Los inmortales no crecen! De esto mismo se queja Kirsten Dunst en Entrevista con un vampiro, ya que la convierten cuando tiene ocho años.

2. ¡Por el amor de Dios, no te olvides de pedir el paquete que incluye un factor de curación rápida! De lo contrario, te arriesgás a tener cicatrices y heridas para toda la vida. Imaginate ser inmortal pero romperte una rodilla. O ser inmortal pero agarrarte SIDA, tuberculosis, un resfrío tremendo. Todo mal.

3. Por más inmortal que seas, siempre te pueden encerrar en la cárcel, en un pozo o en cualquier lugar herméticamente cerrado. O cortarte la cabeza, como a los personajes de Highlander. No vas a morirte de hambre, pero probablemente termines bastante perturbado con siglos y siglos de encierro y sin cabeza.


No. Ser inmortal no está tan piola. Ciertamente no estuvo piola para el indonesio Mbah Ghoto. Fue el ser humano más longevo del mundo. Sobrevivió a sus cuatro esposas y diez hijos. Sus nietos terminaron cuidándolo hasta que falleció en abril de 2017, a los 146 años de edad.

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Yo no quiero alcanzar la inmortalidad por mi obra. Quiero conseguirla por no morir. No quiero vivir en la memoria de mis compatriotas. Preferiría vivir en mi apartamento.” (Woody Allen)

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11 comentarios:

  1. Muy linda nota.
    Personalmente, creo que los 30 son mejor edad para pedir la inmortalidad. Pero son guston. Llegado al caso, tampoco la pediría. No tanto por todas las cosas que mencionas, sino porque las series que tendria que ver y la musica que tendria que escuchar... me da miedo que vaya en desmedro, lo cual (un poco)... Imaginate vivir eteramente en un mundo donde el reggeaton es lo unico que se esuccha y alaban a los cumbieron a nivel Freddie Mercury... Aunque podria siempre cortarme las orejas, y desangrarme hasta que me desmaye por falta de sangre y quedaria ahí tirado hasta que la medula genere mas sangre... y me levantaría para volver a desmayarme por falta de alimento, y asi... para siempre!!!
    bueno, en fin. Saludos
    Buena nota. Como el personaje de futbol

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    1. Sí, entre los 25 y los 30 está ok pedir la inmortalidad. Pero posta que a los 30 ya estás medio viejo choto. Onda, estás medio al límite para ir a un hostel, ya los pendejos te tratan de ustedes y mantener una panza flaca es prácticamente imposible (especialmente si te gusta realmente la cerveza y realmente poco hacer ejercicio). A los 25 todo es más natural, hay una combinación más perfecta entre salud, estado físico e ingresos económicos (probablemente ya uno se recibió de algo, o le encontró alguna vuelta a la vida). A los 30 es como que ya empezaste la curva de la decepción de la vida (Life decepction curve, como dicen los expertos. Patent Pending). De ahí, todo va en picada.

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  2. Llegue aquí desde un comentario tuyo sobre Shklovski en otro blog 😁
    Me gusta la idea. A veces tengo mucha curiosidad en como terminaría el mundo, pero no al estilo apocalípsis (maybe zombies... tome nota en The Walking Dead), sino en la humanidad. Al menos tener la esperanza de que cosas como la violencia y el egoísmo con la otra persona, van a terminar en algún momento y vamos a "evolucionar", pero a cada paso (o noticia que escuchamos) parece que en vez de ir hacia adelante, vamos para atrás...
    Aún así, personalmente estudiaría todas las carreras que mis viejos consideran que no te llevan a ningún lado, y por alguna extraña razón, a mi me encantan. O leerme todos los libros y ver como concluyen las peliculas del UCM (aquí una fan de Marvel esperando a abril 2019 if you know what I mean 😏).
    Creo que solo por eso pediría la inmortalidad y siguiendo tu consejo, que sea a los 21 👍(falta un año todavía 🙃). Pero mientras tanto, supongo que deberíamos aprovechar cada minuto que tengamos y ser mejores personas en el camino.
    En fin, ¡me gustó mucho tu nota! Saludos.

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    1. ¡Gracias y bienvenida! Sé que cuesta escribir algún comentario en un blog, y por eso te agradezco mucho tus palabras.
      Por lo que comentás, vas a encontrar mucho contenido de tu interés en este espacio de vicios personales. Por ejemplo, tengo una nota sobre las formas en las que va a terminar el mundo (según el cine), un ranking de las 18 primeras películas del MCU y muchos artículos literarios variados.
      ¡Saludos!
      PD: Tenés 20. Qué envidia. =P

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  3. Parece que la elección entre inmortalidad y mortalidad es comparable a elegir entre Escila y Caridbis. Porque ambas opciones parecen tener grandes desventajas.

    La epopeya de Gilgamesh el Inmortal, la primera ficción escrita del mundo, presenta a la inmortalidad como algo deseable y reservado para los diosos y para algunos y escasos elegidos. Mientras que Gilgamesh el Inmortal, la historieta de Robin wood y Lucho Olivera, presenta la plantea como un regalo envenenado, según el marciano Uptapistim. Tanto que recurrió a quitarse la coraza de la inmortalidad, aunque al accidentarse deseó volver a tenerla.

    El tema es si es deseable ser el único inmortal.
    Un cuento de Asimov, Recuerdo perdido (también conocido como Los ojos hacen algo más que ver) presenta que aun teniendo esa compañía deseada, la inmortalidad puede ser tener rasgos indeseables al no tener un cuerpo frágil pero capaz de experimentar sensaciones.

    Ese concepto cristiano del más allá hace preguntarme si conviene ir al cielo con ascetas, luego de una vida de virtud o ir al infierno, como pecadoras como Thais, donde también haya intelectuales que se atrevieron a pensar distintos.

    Tal vez tiene cierto atractivo el vampirismo, siempre que no aparezca un Van Hellsing.

    Interesante entrada.

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    1. ¡Interesantes aportes, Demi! Me agendo ese cuento de Asimov, que no lo tenía. Por supuesto que el genio tenía que haber trabajado la inmortalidad en, por lo menos, uno de sus escritos.
      ¡Un saludo!

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  4. Mierda!
    (no me gusta arrancar así pero cada tanto tus entradas me empujan a esto).

    Muy completa entrada, aunque como sabemos siempre quedan cosas en el tintero -pienso en el Judío Errante o en el Coyote o en el Conde de Saint Germain-
    Me parece que sos un genio absoluto, dios tremendo de las notas a los pies de imágenes, necesito un asesor al respecto, deje su CV en el buzón.
    Por el final de la nota metiste un par de golazos en los cuales venía pensando mientras la leía: la mención a Highlander y a Woody (que ha mencionado estos temas tantas veces en sus films, recuerdo -no se en cual de sus películas- que aparecía el de niño diciéndole al psicopedagogo que no quería estudiar porque se había enterado que el universo se estaba expandiendo y que ya nada tenía sentido)

    Borges tiene un cuento llamado El Inmortal.
    Creo que otras civilizaciones como la hindú o la china deben tener algunos otros datos para darnos acerca de la inmortalidad... digo, en la necesidad desesperada de un 4to punto que venga a iluminarnos.

    Saludos de un mortal a otro conjeturable mortal!

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    1. PD: ¡¿ya viste la nueva serie de Matt?! No me jodas! vos venís del futuro o no tenés necesidad de dormir o mis conjeturas se confirman

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    2. ¡MIERDA! Para mí es la manera perfecta de iniciar cualquier frase o respuesta.
      Y es que una palabra tan simple tiene múltiples usos y significados. Desde un accidente ("Se hizo mierda") y una ubicación geográfica ("Nos estamos yendo a la mierda") hasta una demostración de impotencia sexual (¿"Por qué no se para esta mierda?") y una forma de expresar decepción ("¿Podés creer que no me regaló una mierda?").
      En fin: ¡cómo me olvidé de mencionar al gran Borges! Estaba cantada esa referencia, pero a veces a uno se le pasan... y a veces uno no quiere sonar monotemático (seamos sinceros, casi todos los temas del mundo fueron trabajos por Borges, Woody, Los Simpson y Seinfeld).
      ¡Abrazo!
      PD: Sí, la vi hace bastante, cuando se estrenó. Son 10 caps, no es una locura de tiempo. Los vi desde sentado en el baño hasta alimentando a mi niño. Incluso a alguno a las 4 am.

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  5. Excelente nota ! Y la frase correcta es: Mierda carajo ! Pero bueno.. es solo un aporte..

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  6. Yo sí aceptaría la inmortalidad sin dudarlo. Para quienes dicen que sería aburrido, eso depende de qué tan inteligente y creativa sea la persona que vivirá por siempre. Es absurdo preferir dejar de existir solo por pensar que te vayas a aburrir. El tema de la investigación sobre qué tan alcanzable es la inmortalidad y el del viaje en el tiempo son dos intereses míos que he tenido desde hace mucho tiempo.

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