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viernes, 14 de octubre de 2016

“Pierre Menard, autor del Quijote”, de Jorge Luis Borges


Este post viene a ser continuación directa de uno que escribí hace unas semanas sobre Roland Barthes y la Muerte del Autor (pueden leerlo acá). En esta oportunidad la idea es ejemplificar el concepto con un caso brindado por el artesano de las palabras Jorge Luis Borges.

Repasemos: la Muerte del Autor hace referencia a la idea de que las intenciones del autor y su rasgos biográficos (tendencias políticas, religión, ideas, valores) no deberían pesar a la hora de buscar interpretar un escrito. En otras palabras, la interpretación de un escritor sobre su propio trabajo es tan válida como la de cualquier lector. En la nota anterior hablé un poco más al respecto y busqué dar algunos ejemplos prácticos.

***

Un caso concreto de esta temática aparece en un trabajo de Jorge Luis Borges titulado Pierre Menard, autor del Quijote

Se trata de un análisis sobre un autor imaginario; una especie de ensayo literario respecto a Pierre Menard, escritor del siglo pasado que se puso como ambicioso proyecto escribir “El Quijote”, no como una copia del trabajo original, sino como un libro que coincida palabra por palabra con El Quijote de Cervantes.

Texto completo de “Pierre Menard, autor del Quijote”: LEER.

El narrador compara ambos trabajos a la luz de las experiencias vividas por cada autor y, así, un extracto del libro de Menard acaba teniendo una interpretación completamente diferente al mismo pedacito de texto (que es exactamente igual, letra por letra) del libro original de Cervantes.


Todo esto lleva a análisis totalmente absurdos pero consistentes, como encontrar influencias de Nietzsche en El Quijote escrito por Menard (mientras que el de Cervantes no las tiene porque, claro, Nietzsche ni existía en el siglo XVI).

El relato-ensayo de Borges finaliza con la propuesta de que atribuirle el libro La imitación de Cristo –un texto de devoción católica, y el más influyente después de la Biblia– a James Joyce podría empaparlo de todo un nuevo significado.

Lo divertido de la proposición borgeana es que el irlandés James Joyce, uno de los escritores más aclamados del siglo XX, se hizo famoso por sus vanguardistas, extrañas, polémicas y controvertidas novelas. De pronto establecerlo como el autor de un libro devoto que busca “instruir al alma en la perfección cristiana, proponiéndole como modelo al mismo Jesucristo” llevaría a análisis muy locos.

Dentro de los relatos de Borges, Pierre Menard, autor del Quijote, incluido en su antología Ficciones (1944), es indudablemente uno de los menos convencionales. No tiene ningún tipo de argumento o nudo, se asemeja enteramente a un ensayo serio de un anónimo crítico literario y, aunque corto, es denso para leerlo. 

Pero no por eso deja de ser fascinante.

Pierre Menard es un oscuro escritor francés recientemente fallecido, cuyo mayor logro fue escribir, en el siglo XX, los capítulos noveno y trigésimo octavo de la primera parte del Quijote, y un fragmento del capítulo veintidós.

En este universo bizarro que pinceló Borges, Pierre Menard (este “otro autor” del Quijote) no quería hacer una nueva versión de El Quijote, ni tampoco pretendía escribirlo tal y como lo hizo Cervantes. 

Directamente quería ser Miguel de Cervantes, pero en los años 30:

«saber el español, recuperar la fe católica, guerrear contra los moros o contra el turco,
olvidar la historia de Europa entre los años de 1602 y de 1918.»

Y lo gracioso es que el crítico encuentra que «el fragmentario Quijote de Menard es más sutil e infinitamente más rico que el de Cervantes». ¡Y el texto es exactamente el mismo!

Está en uno decidir si el texto de Borges es una ironía fina e ingeniosa o no (a mí me gusta pensar que sí) pero es sólo cuestión de que el lector decida si verdaderamente podemos atribuirle “Pierre Menard, autor del Quijote” a Borges (en lugar de al lector, a todos los lectores).

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Es muy conocida la anécdota de cómo llegó Borges a escribir este delirio. Resulta que cuando tenía 39 años (durante la Navidad de 1938), se lastimó la frente con el borde de una ventana abierta. La herida se le infectó a tal punto que los médicos creyeron que moriría

No murió, pero sí comenzó a temer haber perdido sus capacidades mentales. Hasta ese punto, Borges no había escrito mucho más que un puñado de poemas y reseñas literarias (sus más grandes obras literarias llegarían unos años después). Se le ocurrió pensar que si intentaba escribir una reseña y no lo lograba, se sentiría incapacitado para siempre. En cambio, si trataba de hacer algo nuevo, algo que nunca hubiera intentado antes, y fallaba, no vería la derrota como algo tan grave. Decidió escribir un cuento y el resultado fue "Pierre Menard".


Isaac Asimov frecuentemente relataba esta otra anécdota: una vez se sentó en una clase donde el tópico de discusión era uno de sus trabajos. Se sentó bien atrás, manteniéndose relativamente oculto. Luego de que la clase terminó,  se acercó al profesor y se presentó. Dijo que le pareció que la interpretación del profesor era muy llamativa, pero que no era ni cerca lo que Asimov había querido realmente decir con esa obra. 

El profesor respondió: 
“sólo por que la hayas escrito, ¿qué te hace pensar que tenés alguna idea sobre lo que está diciendo?”.

Brillante.

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4 comentarios:

  1. Hay algo curioso es que El Quijote de Pierre Menard es mencionado en El equilibrio, un capítulo de La Liga de la Justicia, por un villano llamado Felix Fausto. Quien lo incluye entre libros que son más siniestros que el Necronomicon. Lo cual es curioso porque Borges tenía admiración por Lovecraft.

    http://www.dailymotion.com/video/x2kx4g5

    en esta clase de ensayo ficticio. Que recuerda a otras ficciones de Borges, que reseñan libros inexistentes.
    Creo que hay una ambigüedad en ese texto de Borges, que se le atribuye a esa obra de Pierre Menard, como uno de sus hallazgos.

    Interesante la respuesta a Asimov.
    Interesante entrada.

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    Respuestas
    1. Buenísimo el capítulo. No habia visto nada de Justice League Unlimited. Capaz que tendría que agarrarlo. ¡Tremenda data tiraste, eh!

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  2. Ficciones es un libro imprescindible. La anécdota que contás del corte con el filo de la ventana forma parte la ficción del gran cuento "El Sur".
    Me sorprendió la anécdota de Asimov, concuerdo, es brillante
    Me parece perfecto un post sobre Borges, en estos días que aparece tácitamente por eso del Premio Nobel (bien entregado) a Bob Dylan.

    Abrazo!

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    Respuestas
    1. Sin duda, una de las grandes obras argentinas. Con cada cuento de Borges se puede hacer una clase entera. Durante un tiempo formé parte de un círculo de lectores de Borges. Habré ido a 5 o 6 reuniones nada más, en cada una se analizaba un cuento. Había mucha gente de letras y eruditas que hacían análisis muy interesantes. Lástima que era los sábados a la mañana... costaba.
      ¡Saludos!

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