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martes, 28 de mayo de 2013

“A puerta cerrada” (obra dramática, 1944)



Autor: Jean Paul Sartre (Francia)
Género: teatro / obra dramática en un acto
Leído: última vez en Bahía Blanca, 2013

"El infierno son los otros" es quizás una de las frases más populares (y más incomprendidas) de Jean-Paul Sartre. Sartre siempre fue uno de mis filósofos preferidos, y su existencialismo es –para mí– una forma de vivir. Pero de eso hablaré en otra nota.

Hoy es el turno de una de sus obras de teatro más interesantes y que personalmente me encanta: “A puerta cerrada” (No Exit).

Sartre fue soldado en la Segunda Guerra Mundial. Esa experiencia lo escandalizó y forjó varias de sus posturas filosóficas. Luego se hizo académico e intercaló sus ensayos con obras de ficción que hacían de “excusa” para exponer sus teorías. Así, en “A puerta cerrada”, el filósofo ofrece una idea diferente: el infierno como una habitación donde tres desconocidos son condenados a vivir eternamente bajo la mirada del otro, sin poder dejar de escuchar lo que el otro dice por más que tapen sus oídos.  

No hay torturas ni verdugos, solo ellos obligados a permanecer allí por toda la eternidad. Mientras tanto, presencian cómo el mundo los va olvidando más rápido de lo que creen.

Quien no lo haya leído, les dejo el link. Les aseguro que es excelente: http://bit.ly/117FcHZ

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#SpoilerAlert: ¡Aclaro que mi pequeño análisis puede llegar a arruinar partes de la trama a un lector desconocedor de la obra!

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Inés, Estelle y Garcín son las almas condenadas a esta sala sin salidas, y pronto se convierten en meros símbolos de algo más universal. A través de ellos, Sartre muestra la condición de la sociedad en la que vivimos inmersos. Ellos han cometido horribles pecados (que la obra revela poco a poco) pero la verdadera causa es más profunda y definitiva: Garcin es un canalla y un cobarde, Inés es sádica y manipuladora, Estelle es netamente egoísta.

Hay muchísima tela para cortar en las pocas páginas de esta historia. “La mirada del otro” es quizás uno de los elementos más interesantes. Se parte de la idea de que la mirada del otro es aquella que desnuda, muestra la realidad del ser. A partir de ésta, el individuo es juzgado o condenado. No poder pestañar, no poder dormir… y ser constantemente juzgado por la mirada del otro, aquel es el verdadero infierno que cada uno vive día a día.

… Y sin embargo, cuando en un momento de la historia se abre la puerta, ninguno se anima a irse sin el otro. No quieren o no pueden. Es ahí cuando descubren porque el verdugo nunca apareció. El verdugo ES el otro.

“El Infierno en sus miradas, su presión implícita, en esas pupilas vibrantes…”

Es genial cómo se molestan hasta límites inimaginables. Es recién al final donde se llega a la icónica frase (que resume el leitmotiv de la obra): “El infierno son los otros”. Y además es sorprendente, gracias a algunos elementos de suspenso y narrativos bien logrados (una muy interesante “Pistola de Chejov”, entre otros).

Inés es definitivamente mi personaje preferido. Una trabajadora postal lesbiana cuyo pecado es la manipulación. Ella parece ser el único personaje capaz de entender el poder de la opinión y el único personaje honesto con relación al mal que ella misma, Garcín y Estelle han hecho. 

De todas formas, el pecado “Sartriano” de Inés está impregnado en su esencia: ella se reconoce como un ser “maligno”, y bajo esa excusa decide no tomar decisiones.

Hay muchísimo simbolismo plagado en la obra. El espejo (o mejor dicho, la falta de uno) es uno particular. Estelle no dejaba de mirarse cada mañana, incluso para confirmar que existía. 

En el infierno de cuatro paredes, los tres tienen solo al otro como peculiar forma de reflejarse. Otro gran elemento simbólico es el Infierno. En el pensamiento existencial de Sartre la vida es un Infierno lleno de absurdos y de “la nada”.

 “A puerta cerrada” funciona como un comentario social y filosófico de la sociedad que nos rodea (y en particular de París durante la Segunda Guerra Mundial). El escenario es el laboratorio perfecto para estudiar a tres individuos separados  del mundo. Sartre brillantemente revela que el infierno es un estado mental y no un lugar específico. 

El concepto de “los otros” como reflejo indispensable en nuestra vida, nos confronta revoltosamente a contextos poco conocidos de nosotros mismos. No hay lugar más aterrador que aquel que nos desnuda, nos enfrenta con nuestras debilidades.

“One always dies too soon - or too late. And yet one's whole life is complete at that moment,
with a line drawn neatly under it, ready for the summing up. You are - your life, and nothing else.” 

(Inés en “No Exit” –Jean Paul Sartre)

8 comentarios:

  1. Quizá sea eso de que el entusiasmo nos hace ridículos, pero me he llevado un pequeño fiasco. No sé, se me hace raro que alguien se desviva tanto en alabanzas y haga tanto autobombo ("Hay muchísima tela para cortar") y luego caiga en tópicos, no profundice y no de una visión personal y particular del asunto. Es como si fuera de pega, nomás que una pose. Me justificare para no caer en malentendidos:

    Empiezas citando la máxima de la obra y comentando su popularidad e incomprensión, pero no veo que profundices en ningún momento en el hondo concepto del Otro (que han tratado tantísimos autores, empezando por Rimbaud), ni que des una interpretación particular del mismo: sale a relucir varias veces en tu "análisis", pero siempre de manera superficial, y siempre muy ligado a las escenas de la obra (como si las parafrasearas o describieras; he tenido esa sensación todo el rato, no sólo en lo referente al Otro): da la sensación de que tienes miedo de salirte del guion, de reflexionar y ver cuales son los limites. Me ha parecido muy impersonal en contraste con tanta alabanza.

    Pondré un ejemplo más concreto: dices que "la verdadera causa es más profunda y definitiva: Garcin es un canalla y un cobarde, Inés es sádica y manipuladora, Estelle es netamente egoísta." (por cierto, que al principio creí que eso ultimo en cuersiva estaba sacado de una sinopsis xD). En mi opinión, suena más de lo que es, pues, ¿acaso una causa no es siempre "más profunda y definitiva"? Esta clase de trucos formales (que se aprovechan de ciertos prejuicios cognitivos y sesgos varios de nuestro torpe cerebro) son usados a menudo por vendedores de humo para que el otro asuma no un juicio relativo (es mejor que lo anterior, que no necesariamente bueno), sino absoluto. Y si esa era la intención, disiento: no me parece que esa sea la causa profunda y ultima por la cual van (o se va, en caso de que existiera y blablabla). De hecho, si tanto admiras a Sartre y su existencialismo, ya habrás dado cuenta de ello.
    (y como este ejemplo muchos más; he tenido la constante sensación de estar leyendo un collage de fragmentos de textos que ya había leído. Y cada vez que parecía que ibas a entrar en materia cortabas abruptamente, como cuando comentas lo de la pistola de Chejov, que, la verdad, ni recuerdo (o no me di cuenta de ella; creo que leí la obra con bastante desidia, en su día). O cuando hablas de Ines y la describes, pero no llegas a concretar porque te interesa en especial ese personaje; asumo que la causa esta en la descripción que haces de ella, pero me falta un nexo)

    Y hablando de tu admiración: ¿así le honras? ¿Citando la obra en ingles cuando fue publicada originalmente en francés? xD Ese anglocentrismo no justificado me ha traumado completamente.

    Reconozco que el planteamiento de la obra es original y esta bien pensado, pero creo que esta sobrevalorada; es bastante llana, a mi parecer. En otras de sus obras desarrolla mucho más sus ideas, y de manera más angustiante, más viva.

    Perdona si mi comentario es un poco vago y desordenado (y algo negativista), pero es que tu post no me resulta demasiado motivador. Sin mala fe, ¿eh?

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    1. Sekioz: tu comentario es un aporte muy interesante y te lo agradezco profundamente. A pesar de que has sido rudo, considero tu opinión como algo muy constructivo. Este tipo de feedbacks son siempre positivos para mí, y alimentan todo tipo de blogs.

      En realidad, la finalidad de mi escritura no es desarrollar una “tesis” o generar análisis demasiado formales y extensos de una obra o de algún tema en particular, sino mencionar aquello que he leído y me ha gustado. Uno de mis grandes objetivos es incentivar a la lectura e invitar al público al fascinante universo de los libros. Por eso trato de crear posts “sencillos” (en la medida de lo posible), amenos y divertidos. Por sobre todo eso: divertidos.

      Mis análisis, críticas y opiniones nunca pueden (ni deben) ser tomadas como estudios formales sobre un tema en particular. Para eso existe gente erudita que ha estudiado el tema. Para eso existen papers y ensayos publicados. Mi intención es brindar un pantallazo de ciertos tópicos pero darle un giro emocionante, llamar la atención del lector, sorprenderlo. Hacerlo notar que la literatura tiene muchísimas cosas interesantes. Por eso relaciono la literatura con cosas de la vida cotidiana con las que uno puede identificarse (por ejemplo: el cine).

      Si analizás mi blog como un conjunto vas a descubrir que es justamente eso: un espacio que apela a varios temas diferentes, pero siempre con la literatura como hilo conductor. Hablo de cine, filosofía, experiencias de vida, etc… pero como quien podría contarte lo mismo a través de una charla con café o cerveza.

      Te agradezco mucho que hayas visitado mi espacio, y te agradezco también tu comentario. Todo tipo de lectores son bienvenidos al blog, y espero que puedas seguir dando vueltas por mis notas.

      Un saludo grande!

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    2. Después de hacerte este comentario estuve ojeando otras de tus reseñas (como la de Borges y la de Dick, en la cual te pasabas la mayor parte hablando de sus adaptaciones al cine y dedicabas solamente un párrafo al cuento en cuestión xD). Creo que el "problema" está en que las reseñas las haces para animar a la lectura, en plan divulgativo (como tu mismo aclaras con lo de "incentivar a la lectura e invitar al público "), como los folletines/resúmenes del Reader's Digest, o las columnas sobre literatura y reseña de libros de los periódicos y las revistas generalistas. Respeto esa manera de hacer (dirigida a un target concreto, y con una intención muy especifica), pero nunca me gusto; para eso (y más en textos breves), prefiero leerlo directamente. De ahí que quizá allá sido algo basto (no es algo personal; seguro que te aceptarían en más de un periódico).

      Aun así, creo que hay un (o varias gradaciones de) nicho(s) a medio camino entre esto y los estudios de especialistas. Por ejemplo, yo no contaría seguramente de ninguna de estas dos formas un libro en "una charla con café", sino que me centraría en cosas o escenas más concretas que me hayan gustado, ignorando el resto. De hecho, suelo utilizar la literatura a modo de almacén de ejemplos, ideas y nexos para ilustrar mis propios pensamientos (como hago, p.e., en el enlace de Alicia que te pase en el otro post). Supongo que esto dependerá más de la manera de ser, percibir, explicar,... de cada uno que no otra cosa, así que tampoco creo que tenga mayor importancia. Como se suele decir, "para gustos, colores", que "cada sapo tiene su sapa"

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    3. osea que sermón que diste no osea ubikt

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    4. Que flojera con tu respuesta

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  2. Comparto tu opinión.Al igual que tú, el personaje que me cautivó fue el de Inés, muy intrigante.

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