El crepúsculo de un héroe: el ocaso de Bruce Willis

 

Bruce Willis aparece en el imaginario popular como una de las más grandes estrellas de Hollywood. Sin embargo, ¿cuál es su última buena película que recuerdan? (la respuesta correcta es Looper… hace 7 años). En serio: ¿qué le pasó a este actor que supo tener el mundo a sus pies y hoy solo hace películas mediocres directo para video?

El ocaso de Bruce Willis

La reciente Huérfanos de Brooklyn, un drama policial escrito y dirigido por Edward Norton en su segunda incursión detrás de cámara, tiene entre su interesante elenco a Bruce Wilis, quien solo en 2019 participó en unas ¿seis producciones cinematográficas?

Sí, así es. Y no es raro que nadie las reconozca a excepción de Glass, el final de una trilogía que nadie vio venir. La secuela de Split (2017) y Unbreakable seguía los pasos de David Dunn (Bruce Willis) en su búsqueda de “La Bestia” (James McAvoy). Mientras tanto, Elijah Price (Samuel L. Jackson) emergía como la figura conocedora de ambos secretos.

Yo banco a Glass, aunque me parece que acá me quedo medio solo. Tenía 13 años cuando, en el 2000, fui con mi viejo a ver Unbreakable al cine de Coronel Pringles. Quedé completamente enamorado del mundo creado por Shyamalan. Con el tiempo me seguí encontrando con esa historia y mi amor por ella creció al punto que creo que es una de las 10 películas más influyentes en mi vida.

En general me pareció que el argumento de Glass era decente y que era la manera en la que se tenía que contar este desenlace. El tema es que el factor sorpresa de las dos primeras ya no estaba presente. Lo que quedó fue la interacción entre los personajes y la psiquiatra Ellie Staple (Sarah Paulson) para brindar el contexto psicológico del conflicto. Eso para mí funcionó.

Una de las críticas generalizadas fue que Willis “sigue actuando en modo automático”. Y lo cierto es que su carrera viene a pique desde hace años (con prácticamente todas sus películas siendo bochornos de clase B). ¿Qué le pasó a nuestro adorado John McClane?

 

2012: el último gran año

Bruce Willis siempre será asociado con la franquicia de Die Hard. Esa no es una opinión, es un hecho. También es un hecho que, si le pegás una mirada rápida a su página de IMDB, los últimos trabajos del actor están hechos de películas olvidables y directas a video. Casi todas sus películas reciben críticas negativas y, en gran medida, son ignoradas por el público.

Creo que su último gran año fue 2012, donde lo vimos como Old Joe en la genial Looper, como Church en esa fiesta pochoclera que fue The Expendables 2 y en el rol de Captain Sharp en la que sigue siendo mi favorita de Wes Anderson, Moonrise Kingdom.

¿Qué vino después? Nada bueno. O, por lo menos, nada memorable… ni siquiera Sin City: A Dame to Kill For (2014) o A Good Day to Die Hard (2013).

Bruce Willis iba a estar en The Expendables 3, pero se terminó alejando porque Stallone (productor ejecutivo y creador de la trilogía) se negó a satisfacer su demanda de un millón de USD por día en el set. Furioso por las demandas de Willis, Stallone lo llamó “codicioso y perezoso” y lo sacó del guion.

A partir de 2013, Bruce Willis protagonizó casi exclusivamente películas de acción de bajo presupuesto. Una excepción fue Rock the Kasbah (2015), dirigida por Barry Levinson. Una comedia musical que fue un fracaso crítico y comercial y donde Willis solo tenía un pequeño rol.

 

El futuro de Bruce Willis

El caso de Bruce Willis es interesante por lo alto que había llegado el intérprete. Lejos (muy lejos) nos quedó el actor que nos hizo emocionar con Mi encuentro conmigo (2000), las dos primeras películas de Shyamalan, Twelve Monkeys (1995) y –permítanme agregar a la lista– Armageddon (1998).

Es verdad que algunos actores pasan por momentos difíciles, y los directores de casting siguen las tendencias del público para adaptarse a lo que sea que haga click, por lo que tiene sentido que Bruce Willis (que ha tenido un éxito considerable desde finales de los años 80 hasta principios de los años 2000) hoy aproveche lo que encuentre para mantenerse en el trabajo tomando algunos papeles que paguen las cuentas.

Las películas de Robert De Niro han sido bastante terribles durante un buen tiempo, pero al menos parece que se está divirtiendo con las comedias que hace. Y no olvidemos que, cada tanto, saca una obrita maestra. No podemos decir lo mismo de Willis, quien viene actuando en modo piloto desde hace ya casi una década. Muchas veces tiene participaciones mínimas para vender más entradas.

En The Prince (2014), la familia de Bruce es asesinada horriblemente en una explosión de automóvil y luego él desaparece por un largo tiempo. Definitivamente hay un patrón de cómo está cobrando estos cheques: se dedica unos días al trabajo, en una sesión no más de 20 o 30 días, y el distribuidor puede vender la película con su nombre en el poster, posicionándolo como el personaje principal en otro thriller explosivo.

Para cuando llegás al final de la película y te das cuenta de que fuiste engañado, ¿a quién le importa? Ya te sacaron tu tiempo y dinero. Es un pequeño sistema que se viene reproduciendo desde hace varios años. En The Assassination of a High School President (2008), Catch 44 (2011) y Precious Cargo (2016) pasaba lo mismo.

 

Bruce Willis sobreviviendo…

Quizás lo más rescatable de los últimos años sea Survive the night (Amazon Prime, 2020). Se filmó en unos 10 días aproximadamente. Y se nota. Se siente como un trabajo apurado por salir en la primera plataforma de streaming que la tome y robar con la única cara conocida del reparto, que tampoco tiene un rol predominante.

La casa de un doctor caído en desgracia es invadida por dos criminales que acaban de dar un golpe y pretenden huir a México. Uno de ellos recibió un disparo durante el robo. Aunque el doctor trata de ayudarlo, su conocimiento no es suficiente para detener la hemorragia.

En sí, este es un ejemplo particularmente olvidable de un subgénero agotado como es el home-invasion. Los tiroteos son bastante berretas, los villanos son muy villanos y las actuaciones apenas zafan. Lo que tenemos entre manos es una historia muy directa que no ofrece nada nuevo ni emocionante. Pero al menos Willis tiene una participación más relevante.

Una teoría conocida en el medio sobre el caso de Bruce Willis es que tiene cero actitud dentro del set. Según se ha informado, frecuentemente discute con los directores e insulta a todo el staff, llegando incluso a hacer comentarios raciales.

En todo caso, se lo nota aburrido de todo. Si a esto le sumamos que pide montos exuberantes, el resultado está más que claro: los grandes estudios ya no quieren perder tiempo con él. Su actitud y su ego definitivamente lastimaron su carrera.

¿Qué opinan sobre el ocaso de Bruce Willis? ¿Sus malas producciones son el resultado de que sea una persona difícil con la que trabajar o simplemente ya no le interesa perseguir una carrera?

Nota originalmente publicada para Alta Peli.

 

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