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lunes, 14 de mayo de 2018

Animé recomendado: Violet Evergarden


A principios de 2018, Netflix anunció que estrenaría unos treinta animés en su plataforma, entre viejos conocidos y producciones originales. Uno de los nuevos (y de los más esperados) fue Violet Evergarden, que inició en enero del presente año y finalizó hace unas semanas.




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Cicatrices de la guerra

La corta serie de 13 episodios –brillantemente animada por Kyoto Animation, responsable de ese animé hermoso que es Hyouka– tiene como protagonista a Violet, una niña huérfana y soldado que ha dejado el campo de batalla de la Gran Guerra.

Sin un rumbo concreto, termina profundamente conmovida por el trabajo de las llamadas “Auto Memories Dolls”, chicas que deben trasladar los pensamientos de la gente y convertirlos en palabras. Comienza su viaje como una de ellas. Su objetivo es comprender qué le quiso decir su general y padre adoptivo antes de morir, unas curiosas palabras que ella no puede olvidar ni comprender.

A partir de ahí, Violet trabajará en la oficina de correo postal, viajando a diversos puntos del mapa y buscando el significado de palabras y sentimientos que no es capaz de procesar.


La novela original se concentraba más en el misterio de quién (o qué) es Violet. El animé, en cambio, revela aquel secreto en los primeros episodios (una huérfana convertida en un arma imparable del ejército) y dispara el conflicto a partir de algo mucho más humano: ¿cómo superar la pérdida de alguien cercano?

Y, por sobre todo, ¿cómo adaptarse a la vida después de la guerra?

La sutileza de las palabras

Esta adaptación en formato animé de la aclamada novela de Kana Akatsuki no es lo que muchos en principio esperarían.

Si bien hay algo de acción esparcida (concentrada especialmente en el clímax), y la protagonista tiene todas las condiciones para ser una heroína tradicional –velocidad, fuerza, un poderoso brazo de metal– la historia se configura más como un drama cocido a fuego lento y con capítulos autoconclusivos de relativa autonomía.

Este detalle es el que quizás pueda alejar a muchos espectadores. De hecho, la atmósfera recuerda más a una combinación de una película tierna del estudio Ghibli con una novelita romántica de Jane Austen.


En esencia se trata de un animé muy charlado donde Violet Evergarden va conociendo a alguien nuevo en cada aventura episódica. Sin embargo, les aseguro que si le dan una oportunidad pueden llegar a conmoverse de una forma bastante especial. Hay varios episodios preparados para hacerte emocionar en serio.

Violet Evergarden: un colorido mundo

Si este tipo de argumentos no llama tu atención, al menos Violet Evergarden se ve increíble. No me refiero únicamente a los sobrios colores o a la calidad de la animación. Si ponés pausa en prácticamente cualquier escena de la serie tenés una pequeña obra de arte, llena de detalles y lista para poner de fondo de escritorio. Los planos, la fluidez, los colores elegidos… todo recuerda a una producción cinematográfica del más alto presupuesto.

Esta calidad no es casual. 

Todo es gracias a Taichi Ishidate, animador jefe en la película de Una Voz Silenciosa que se estrenó el año pasado (si no la vieron ya la tienen como tarea para el hogar) y a su equipo de trabajo que puso especial énfasis en los diseños de personajes, colores y fondos.


Conclusión

Violet Evergarden es uno de los grandes estrenos de animé del 2018, aunque puede no apelar al público que busca más acción, tiros y explosiones. No es una serie perfecta, pero tiene los méritos suficientes para destacar dentro del montón de animé que se suele encontrar en cada temporada.

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