Debido al blog, todos
los años me llegan obras literarias a mi casa por parte de colegas escritores y
editoriales. La mayoría las leo y las reseño. Otras no porque, en honor a la
verdad, me parecieron horribles o directamente mal escritas. En algunos casos
son demasiado simples como para poder decir algo sobre ellas.
Madagascar,
del argentino Luis Benítez, fue un
caso particular en este sentido.
Me llegó desde la editorial Vestales sin previo aviso, y
cuando la estudié por arriba para enterarme de que era ficción histórica, me
dio mucha vagancia encararla. Estuvo juntando polvo sobre mi estantería durante
una buena cantidad de días hasta que me animé a tomarla.
Todo cambió apenas
leí los primeros capítulos. Sorpresivamente, me terminé enganchando muchísimo
con esta historia que me parece brillante.
La novela recupera
el sentido de aventura de los relatos sobre piratas que leíamos de chicos, si
bien lo hace con un tono adulto. Un capitán
de quince años (de Julio Verne)
y La isla del tesoro (de Stevenson) son novelas favoritas de mi
infancia.
Madagascar le debe mucho a
esas obras.
De hecho, la trama
denota influencias de Alexandre Dumas, Daniel Defoe, Julio Verne y Robert Louis
Stevenson, autores que el mismo Benítez
dice admirar. En una entrevista realizada por la misma editorial Vestales (que pueden
leer acá) él se explaya respecto a éstas y otras cuestiones.
La obra combina un
relato de piratas con uno de conspiraciones políticas. Si bien yo no conocía
nada sobre la supuesta Libertatia,
habría sido un hecho real. Según la historia, Libertatia fue una colonia
utópica establecida en la costa norte de Madagascar a finales del siglo XVII.
Existe una única
fuente conocida sobre este asentamiento: el libro del capitán Charles Johnson (un personaje que, se
sospecha, podría haber sido el mismísimo escritor Daniel Defoe), Historia general de los robos y asesinatos
de los más famosos piratas, publicado en Londres en 1728.
Fue este libro el
que inspiró a Luis Benítez a escribir la novela.
«La historia, real o no, me fascinó de inmediato y me puse a investigar al respecto, encontrando poco y nada, más allá de la fuente referida. Eso me gustó más todavía, pues hay que entender que en la llamada “novela histórica” la historia cierta y comprobable debe ser comprendida como escenografía y soporte de la ficción. Si la historia condiciona a la ficción, estamos ante un obstáculo. Esto es: que la historia aporte tiempo y espacio, vestuario, modos de ver el mundo de los hombres de esa época, pero que no le ponga trabas a la imaginación.»
***
Pasando al ámbito de
la novela, la isla en medio del océano Índico (Libertatia) es una república
igualitaria fundada por piratas liderados por el capitán Olivier Masson y el
extravagante fraile Antonuzzi. A ellos luego se les suma un socio en quien
pueden confiar: el joven y enérgico Thomas
Taylor (en mi opinión, el mejor personaje).
La obra está formada
por capítulos más o menos breves que van intercalando dos tramas. La más
interesante consta de fragmentos de un diario que escribió Masson respecto a la
fundación de Libertatia. Es el costado más aventurero, si bien consta también
de un entramado político y filósófico.
Las narracciones de Olivier Masson, sus finas descripciones
de las batallas, sus charlas con Taylor y Antonuzzi hasta largas horas de la
noche y sus propias deliberaciones mentales son el plato fuerte de la historia.
Imposible no sentirse atraído por las anécdotas de este marino.
El autor no sólo
investigó muchísimo para crear una trama muy realista (maneras de hablar,
vestimenta, ambiente, formas de pensar, etc) sino que además le incorporó los
elementos fundamentales para cualquier buen relato de piratas: aventuras, peligros,
peleas de espadas, enfrentamientos entre barcos, traiciones, bebidas, mujeres,
saqueos.
Los otros capítulos
componen un trama política sobre la disputa entre protestantes y católicos en
Francia en el presente (año 1693). Allí se encuentra un ya adulto Tom Taylor,
encerrado en una prisión y esperando a ser juzgado por sus actos.
En mi opinión, si
bien esos episodios tienen su atractivo, no están a la altura del diario de
Masson. Me animo a agregar que se vuelven un poco densos en su sección media.
No podía esperar a terminar estos capítulos para volver a los piratas.
Más allá de esto, Madagascar no deja de ser una obra
absolutamente recomendable para amantes del género.
Benítez sabe
administrar el suspenso y la acción, sumando temáticas políticas y filosóficas
en el medio. La idea de un estado alternativo con hombres libres (una
concepción absolutamente revolucionaria para aquella época, e incluso para
nuestros días) está muy bien trabajada.
Uno llega bien a conocer a Thomas
Taylor (una especie de pirata a lo “Tom Sawyer”, sagaz, entrador, carismático),
a Olivier Masson, un lider natural, y al mal llevado Antonuzzi, quien es el
encargado de generar la mayor parte de los conflictos interpersonales, pero
quien también es el que organiza toda la cuestión administrativa del nuevo asentamiento.
La narración de
Benítez no sólo es muy amena, sino además envolvente. Arrancás los capítulos
sintiendo apenas curiosidad, mero interés, y sin darte cuenta estás tan metido
en la historia que no querés abandonarla. Es un libro que no quería que
termine, y rara vez me pasan esas cosas.
Disfruté mucho de la
lectura y la recomiendo. Normalmente le esquivo a la ficción histórica (éste no
es un libro que yo habría buscado activamente) pero resultó ser una muy grata
sorpresa.
Un último punto que
destaco es que Madagascar
tranquilamente puede tener dos grandes lecturas. Hay quienes, como yo, lo
encontrarán una simple diversión –un relato atrapante que se sostiene gracias a
personajes deliciosamente caracterizados, suspenso constante, atracticas
temáticas políticas y buenas dosis de acción.
Otros quizás puedan
indagar un poco más para reflexionar acerca de las posibilidades concretas de
fundar una república libre, una verdadera utopía. En ese sentido, esta novela
ofrece un material fuente de valor incalculable.
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posts sobre REVIEW
LITERARIOS en el blog:
“El hombre hueco”; “La Torre Oscura (II): la llegada de los tres”; “Escorpio, de Mariano Pereyra”; “La cena: Cesar Aira y los zombies en Pringles”; “La ruta a Trascendencia”.
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El que se algo historico, puede alejar de la lectura. Eso lo entiendo.
ResponderEliminarPero hay personajes históricos que parecen de ficción, como el corsario Hipolito Bouchard.
Y los intentos de fundar una colonia utópica son atrayentes. Proyectos que han tenido algunos piratas.
Saludos.
La harán peli ? Qui lo sa ?
ResponderEliminarApreciado Luciano: te escribo para agradecerte muy personalmente tu generosa reseña de mi novela "Madagascar". Apoyos como el tuyo son los que permiten que las obras de los autores nacionales sean conocidas y valoradas. Aprecio mucho tu atenta lectura, el buen criterio con el que sopesaste cada sección y personaje y, fundamentalmente, me causa una gran alegría que mi libro te haya brindado unas horas de placer, algo de aquello que Jorge Luis Borges llamó, refiriéndose a la literatura, "otra de las formas de la felicidad". Eso que buscamos los lectores, al abrir un libro. ¡Muchas gracias, Luciano! Cordialmente, Luis Benítez
ResponderEliminar¡Hola, Luis! Nunca habría esperado recibir un mensaje del autor en el blog. Es una alegría inmensa. La reseña fue absolutamente honesta, como todo lo que trato de hacer por acá. Disfruté muchísimo de tu obra y la considero una de las lecturas más placenteras del año.
EliminarDe nuevo: felicitaciones.
Mil gracias, Luciano! Vos también sos autor y sabés muy bien cuán necesarias son palabras como las tuyas y las de los que visitan tu blog, para que uno cobre ánimos y se anime a seguir en este "oficio sombrío", como lo llamaba Dylan Thomas. La gran satisfacción es saber que lo que escribimos le brindó a los lectores eso que vos sentiste y que tan minuciosamente registraste en tu generosa reseña.
EliminarEditorial Vestales ya subió en sus redes sociales su agradecimiento hacia vos: https://twitter.com/vestaleseditora
Un gran abrazo y de nuevo gracias! Cordialmente, Luis Benítez
Me convencieron. Lo voy a comprar.
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