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jueves, 10 de noviembre de 2016

Las tres clases de futuros de “Black Mirror”


Con la llegada de su tercera temporada (esta vez de la mano de Netflix) Black Mirror ya se instaló en la cultura popular como una de las producciones más interesantes sobre ciencia ficción y los usos (y abusos) de la tecnología.

Creada por Charlie Brooker, cada episodio cuenta con un universo propio (si bien se ha comprobado que hay varias conexiones entre capítulos que darían la idea de un “universo compartido”) y tiene argumentos auto-conclusivos donde se sigue la vida de diferentes personajes. 

El nombre (Black Mirror = Espejo Negro) hace alusión a lo que vemos frente a un monitor de computadora apagado.

Indudablemente, existen fuertes influencias de La Dimensión Desconocida (que ya reseñé en el blog). Particularmente en sus atrapantes tramas de suspenso y finales sorpresa. 

Recientemente terminé la última temporada y noté que, básicamente, hay dos grandes variables con la que Black Mirror juega.

La primera (y más obvia) es la tecnología. En algunos episodios (presuntamente situados en nuestros días) el nivel tecnológico es indistinguible del que tenemos hoy; en otros, es tan avanzado que parece magia.

Luego tenemos una variable que es ligeramente más sutil: de qué manera la cultura (y la forma de vida) cambia alrededor de esa nueva tecnología. Hay episodios donde los protagonistas reaccionan a la tecnología de formas más o menos esperables (en relación a cómo reaccionaríamos nosotros en una situación similar), pero también hay unos en los que la sociedad ha cambiado de formas definitivas debido a la existencia de algo nuevo.


► Si Black Mirror es un intento de mostrar diferentes futuros posibles para nuestra sociedad, hay quizás tres maneras en la que esto podría suceder. Veamos.

***

1) ¿Qué pasaría si tuviéramos demasiado de [inserte algo acá]?

Algunos de mis capítulos favoritos de esta serie trabajan esta clase de futuro: Fifteen Million Merits y The Entire History of You (ambos de la primera temporada), Nosedive (el de la tercera temporada que protagoniza Bryce Dallas Howard) y el perturbador White Bear (de la temporada 2).

Acá tenemos tecnologías muy cercanas a las actuales, pero algún elemento ha hecho que la cultura y las costumbres cambien de forma drástica. Nosedive (quizás uno de los más divertidos de la serie) presenta un mundo obsesionado con ser popular en las redes sociales, donde cada interacción (desde recibir una pizza hasta saludar a un amigo) tiene una calificación de 1 a 5 estrellas.

La vida de este loco mundo se basa en, literalmente, qué tan popular sos. Hay lugares a los que sólo podés entrar con cierta calificación, trabajos de los que te despiden si bajas de tal número, etc. Hasta existen consultores especializados que se dedican a trabajar tu imagen para subir tu “nivel de popularidad”.


Fifteen Million Merits evidentemente ocurre en una sociedad distópica, pero la tecnología es más o menos reconocible. Hay pantallas planas, juegos virtuales, reality shows en televisión, etc.  Acá el giro está en que la tecnología tomó el rol central en la sociedad.

White Bear habla de muchas cosas, pero especialmente se refiere a nuestra obsesión con la tecnología y con grabarlo todo. También habla de la necesidad que tiene nuestra sociedad por castigar al culpable (si bien este ya entra en terreno de spoilers). Claro: yéndonos al extremo.

En cualquier caso, este tipo de episodios nos muestran qué sucedería si una tecnología existente (o cerca de existir) tomara un control absoluto de nuestro día a día. Los resultados son, casi siempre, devastadores.

2) ¡Esto te puede pasar a vos!

Este tipo de escenarios muestran situaciones descomunales con tecnología que tenemos hoy. Si bien el súper hackeo del primer episodio (National Anthem) es un poquito exagerado, el de Shut up and Dance bien podría suceder en la vida real. Ya existen drones como los que se muestran en Hated in the Nation (temporada 3) y situaciones parecidas a las de The Waldo Moment (temporada 2).


Estos posibles futuros nos muestran qué podría sucederle a cualquiera (a vos o a mí) si abusamos de tecnología que hoy existe. En ese sentido, siempre tienen alguna especie de “mensaje” o moraleja. Algo del estilo “don´t be a dick”. No seas pedófilo, no seas idiota, no seas odiable. Acá el aspecto tecnológico es parte del paisaje y funcional a la historia; esencialmente vemos la oscuridad que surge de los protagonistas y las decisiones que toman.

3) La tecnología es magia (y, además, es maligna)

Para el final queda la categoría que muestra futuros de verdadera ciencia ficción, donde la tecnología alcanzó niveles tan altos que se confunde con magia.

Acá entran algunas de mis historias preferidas. Me refiero a episodios como el excelente Playtest (temporada 3), el interesante White Christmas (el especial de Navidad que protagoniza Jon Hamm), Be Right Back (fascinante capítulo de la segunda temporada, protagonizado por Domhnall Gleeson) o Men Against Fire (temporada 3).


Estos argumentos trabajan los conceptos de realidades alternativas o versiones simuladas de una personalidad individual. Si bien en última instancia son metáforas y parábolas de cuestiones humanas y psicológicas, aprovechan la tecnología para responder a interrogantes trascendentales.

Como ejemplo, en Be Right Back tenemos: ¿qué sucedería si pudiéramos crear una versión artificial (un robot) de nuestro esposo muerto?, pregunta que, en realidad, se refiere a una más profunda: ¿cómo podemos vivir luego de una tragedia?

Algo loco de esta clase de futuros es que terminan siendo los más filosóficos, ya que se inclinan hacia temáticas sobre la naturaleza del hombre y lo que significa ser humano.

San Junípero, el caso atípico

Ahora, no es que cada capítulo cae de forma rígida en una de estas clases de futuros. Men Against Fire es simultánemente una clase (3) (tecnología es mágica) y una clase (1) (¿qué sucedería si los drones comienzan a ser parte básica de nuestras vidas?).

Be Right Back no sólo habla del dolor, sino de la forma en la que los medios y la tecnología pueden interferir con el proceso del dolor. White Christmas reflexiona sobre el control, la culpa y el remordimiento, pero también hace eco sobre la manera en la que lidiamos con criminales.

En su esencia, Black Mirror es una vía para, simbólicamente, atacar grandes problemáticas filosóficas que tienen una correlación real con nuestro mundo.

Dentro de esta antología que suele ser bastante deprimente, San Junípero es un caso particular que no termina de cuadrar con el resto de la serie. Primero que nada, porque tiene un final sorprendentemente feliz.

No me resultó el mejor capítulo de la serie (como muchos están diciendo) quizás porque vi venir el giro de tuerca desde el principio. Pero sí tiene cuestiones muy interesantes. La estructura del episodio contiene elementos de la clase de futuro 3 (la tecnología es magia) pero tiene, además, algo más. 

El amor, la nostalgia, la muerte, las relaciones. San Junípero se convirtió en un favorito de los fans por sus ingeniosos comentarios sobre el acto de amar y el posible destino de las almas.


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Palabras finales

No hay demasiadas dudas de por qué Black Mirror es tan popular. Aprovechando temáticas llamativas como el abuso de la tecnología y el impacto sobre la cultura alrededor de ésta, la antológica serie explora un gran rango de historias y personajes.

¿Cuál es su episodio favorito? ¿A qué “clase de futuro” creen que corresponde? ¡Dejen sus comentarios!


«El espejo negro es lo que usted encontrará en cada pared, en cada escritorio, en la palma de cada mano: la pantalla fría y brillante de un televisor, un monitor, un teléfono inteligente

(Charlie Brooker)

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5 comentarios:

  1. Ya leí entradas sobre esta serie en otros blogs, lo que tiene mucho sentido.
    Parece interesante pero no puedo ver otra serie más. Ya estoy descuidando Once upo on time. Sí estoy viendo Mr. Robot.

    Saludos.

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  2. Amé (y amo) esta serie. Me gustó mucho la clasificación y el análisis que has hecho.. Me pasó lo mismo con San Junípero: el giro me pareció muy obvio desde el principio. Aunque sí me gustó que su final fuera atípicamente feliz. Un abrazo, tocayo.

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    1. Cuando uno vio demasiadas películas (particularmente de ciencia ficción) los capítulos de Black Mirror presentar argumentos bastante identificables. Por lo menos a mí me pasó eso. Pero no deja de ser menos disfrutable.

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  3. No veo series porque no tengo cable! Jaja... Pero me parece interesante la serie por su temática y por ser autoconclusiva... Me encantaba usar esta última palabra cuando iba a comprar comics ja 👍😏

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    1. Puf, no tengo cable desde hace 2 años (cuando vinieron los del cable a cortármelo porque estaba colgado). El futuro en series es Netflix.

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