No es la primera vez que me contactan autores para
reseñar una obra en el blog. La última vez fue con Guido Barsi y su cómic de ciencia ficción “Ahogo” (del
que hablé en este post). Otras veces recibí material pero le faltaba
pulirse demasiado como para que me anime a dar una crítica constructiva. Otras
tantas (tengo que admitirlo) leí obras que me enviaron y no me interesaron en
lo más mínimo.
Por suerte, no me ocurrió lo mismo con esta obra de
Juan Patrick (pseudónimo del
uruguayo Juan Ignacio Pita). Más allá de que tiene algunas debilidades,
principalmente desde los aspectos formales, pude sentirme muy identificado con
esta obra / diario de viaje que relata las aventuras de un uruguayo residiendo
en Dublín, Irlanda.
Yo durante el 2012 viví en Panamá y viaje por Centroamérica (en Viajeros.com
están todos mis diarios de viaje) y en febrero de este año viajé un mes
de mochilero por Europa (solapa
"EUROPA 2015"). Por eso la historia de Juan me pegó tan fuerte.
Él hizo lo que yo (y el mismo año) pero eligió quedarse, mientras que yo elegí
volver. Sin embargo, ambos entendemos lo que es dejarlo todo para vivir en un
país lejano.
El libro de Juan presenta pequeñas historias sobre
viajes y el día a día de su primer año solo en el exterior. Me hizo llegar una
copia y la devoré en una semanita. La verdad es que es muy llevadero y retrata
a la perfección la nostalgia y el
distanciamiento que siente uno al tomar la decisión de irse lejos de su
hogar y familia.
Su historia es fascinante. Originariamente de
Montevideo, en el 2012 se fue a vivir a Irlanda para aprender inglés,
investigar sobre sus raíces europeas y salir de su zona de incómodo confort.
Comenzó su blog (http://juanpatrick7.blogspot.com.ar/)
y poco a poco esas entradas dieron forma al libro “Con el espíritu inquieto”, que distribuye electrónicamente por Amazon y en formato papel.
Luego de unos años, se puso de novio con una
irlandesa y terminó yéndose a vivir a Hong
Kong. Ambos volvieron a Europa, luego a Uruguay, y finalmente terminaron en
Hungría, donde están planeando el
casamiento.
Su libro solo comenta un pequeño fragmento de toda esta historia, con episodios de relativa autonomía donde se van vivenciando los preparativos para el viaje y sus primeros meses en el país irlandés. Hay parrafos muy íntimos y fascinantes, no especialmente por cómo estén escritos, sino por lo que Juan cuenta, por la experiencia de vida, por cómo se desnuda ante su público.
Eso sí: la mayoría de las historias son
desaciertos, como una suerte de tragicomedia. Algunas de las anécdotas que narra
son terriblemente desalentadoras (como cuando fue a Manchester y Liverpool
por unos días). Pero siempre las adorna con mucho humor y una frescura
alentadora. Al fin y al cabo, la vida es así: tenemos días buenos y días malos.
El libro representa esto con mucha fidelidad.
El aspecto formal del texto literario es quizás (y
lamentablemente) el punto más flojo. Al estilo le falta un afinado, hay un par
de errores de ortografía, de gramática y acentos mal colocados. Lo charlé con
él y me pareció una pena que no lo haya pasado por un corrector de estilo
previo a su publicación.
Sin embargo –más allá de estos detalles– como obra
de diario de viaje es muy satisfactoria y se deja leer con facilidad. Como una
suerte de slice-of-life, el libro
presenta el estilo de vida de un extranjero que se arremangó para trabajar en
lo que fue necesario, que hizo amistades, tuvo peleas y ¡hasta conoció a fans de su blog! (épico el episodio donde se
relata esta anécdota):
“Estaba en el centro, dando las
últimas vueltas, cuando una mujer me paró y me dijo:
–Ese mate te vende.
–¿Sos uruguaya? –le pregunté
sorprendido entre risas.
–Sí, pero vivo en Irlanda.
–¡Ah mirá, yo también!
–¿Vos no serás Juan Patrick, el
que tiene un blog?
En ese momento se me transformó
la cara, me asusté y empecé a pensar: “¿Quién sos?”, pero no la reconocía de mi
lista de acreedores.
–Eh… sí –le contesté con miedo.
–¡Ah! Vos sos el que está más
loco que una cabra.
–¿Y vos quién sos? –le pregunté
muerto de la risa.
–Fefi.”
Eso sí: el
final es abrupto. Y eso es porque Juan Patrick está planeando la
continuación que, como indica en la última página, incluirá como conoció al
amor de su vida, su euroviaje junto a su madre, el día que perdió 10.000 euros
(¡ouch!) y su viaje a China, entre
otras cosas.
► COMO CIERRE DEL POST: les comparto esta
entrevista virtual que tuve con él
(le envié las preguntas y él las contesto). Es extensa pero, les aseguro, vale
mucho la pena. A través de ella van a poder entrever la personalidad del autor,
sus motivaciones para el viaje y algunas notas de color sobre la creación de “Con el espíritu inquieto”.
Sin más preámbulos, acá va:
***
Entrevista
a Juan Patrick
(sobre
su obra “Con el espíritu inquieto”)
1) Como para comenzar a conocerte un poquito
más allá del libro. ¿De qué trabajabas en Uruguay cuando decidiste “dejarlo
todo”? ¿Qué estudios tenés?
Mi último trabajo en Uruguay fue en una
empresa de seguros, trabajaba en el call
center aunque hacía tareas para otros tres departamentos. Me encanta y
necesito estar en mucho al mismo tiempo; algunos dicen que menos es más, pero
para mí siempre más ha sido más.
Al mes de haber terminado un Bachillerato
Tecnológico en Administración de Empresas, empecé a trabajar en el Banco de
Previsión Social de Uruguay. Me renovaron la pasantía por rendimiento, pero
luego de dos años no hubo más extensión. De ahí me fui a una fábrica a guardar
medias en estanterías, porque no conseguía otra cosa. Fue bravo pasar de
calcular impuestos y asesorar contribuyentes, a guardar medias por color; las
rojas en el segundo estante y las azules en el tercero. A los dos días me salió
una oportunidad para trabajar como cadete en una financiera y trabajé ahí por
poco más de un año, pero como había aprendido dactilografía y me sobraba la
energía (con 20 años uno tiene cuerda para rato) me puse a buscar otra cosa y
así fue que salió lo de los seguros. Siempre recuerdo que mi primer sueldo con
18 años fueron USD 120, 6 años más tarde estaba ganando casi mil dólares por
mes.
2) En tu libro mencionás varias veces que
viajar a Irlanda era para vos un “sueño”, pero sin brindar un motivo concreto.
¿De donde salió esa fascinanción por un lugar tan frío y remoto? ¿Qué te atraía
de Dublín? En pocas palabras: ¿Por qué?
En realidad mi sueño era irme a vivir al
exterior. De chico empecé a jugar al básquetbol y con 15 años me fui solo hasta
una agencia que organizaba becas en EE.UU. para jóvenes que quisieran jugar al
básquetbol y aprender inglés. No sé si esto fue porque siempre me gustaron los
retos, porque sentía que era la única manera que podía tener de mejorar mi
nivel (con los años me di cuenta que no tenía talento) o simplemente por cosas
de adolescente, por no saber qué hacer de mi vida. Siempre he buscado
alternativas poco convencionales cuando me siento inquieto.
Cuando fui a la entrevista me dijeron que les
tenía que pagar contado USD 5.000 como seña por el trámite. Eso fue en 2002, en
plena crisis uruguaya.
En casa comíamos arroz todos los días porque la mano
venía muy mal. Pero después de haber salido de esa entrevista me quedó la
espina, algo me molestaba, no podía dejar que una barrera económica me quitara
esta oportunidad y algo que me había llamado la atención pasó a ser mi único
desafío a alcanzar.
Con los años (ya desalentado con la idea del
básquetbol) averigüe que la mejor manera de pasar varios meses en el exterior
era aprendiendo inglés y entre las opciones estaba Irlanda; por descarte elegí
esta isla sin saber todo lo que significaría para mí a futuro.
3) ¿Como fue la preparación del viaje? Por las
anécdotas que contás, parece más bien un viaje improvisado, espontáneo, casi
hasta repentino. ¡Hasta fuiste sin saber inglés! ¿Planificaste algo de
antemano? ¿Investigaste? ¿O te dejaste llevar por el momento?
Me preparé y no a la misma vez. Intenté
averiguar algunas cosas de ante mano; los temas legales siempre son lo más
importante, con eso no se juega; la seguridad es lo segundo, busqué información
sobre los barrios de Dublín para saber dónde no meterme. Además, me escribí
algo en un papel y lo pegué con cinta autoadhesiva. Sabía que en algún momento
me iba a deprimir e iba a querer tirar todo por la borda, así que en mi mejor
momento, antes de viajar, cuanto estaba feliz y lleno de energía, me hice una
nota motivacional explicándome a mí mismo porque no podía renunciar y pegar la
vuelta.
Con respecto al inglés fui durante 6 meses una
vez por semana a un curso pensando que con eso me iba a arreglar, que llegaría
con un nivel 5 si hiciéramos una escala de inglés del 1 al 10, pero a los pocos
días de haber aterrizado en Dublín me di cuenta que estaba en un muy generoso
3.
Todo lo demás se dio como se dio, quería eso,
que la vida me sorprendiera desde que me bajara del avión. Y así fue.
4) A pesar de que quisiste salir de tu
Uruguay, de tu mundo, tus costumbres, en el relato parecés imperiosamente
buscando la cercanía de argentinos, uruguayos y otros latinoamericanos con
quienes compartir e intercambiar experiencias. ¿Creés que es imposible que uno
se desarraigue completamente de sus raíces? ¿Qué te impulsó a buscar ese afecto
local durante tus días en Irlanda?
Sé que se puede porque en este momento vivo en
Hungría y no tengo casi contacto con ningún latinoamericano. Incluso en Hong
Kong fue peor, porque ahí ni siquiera podía cruzar ni una palabra en el
supermercado.
Pero en Irlanda fue diferente, cuando me fui
de Uruguay yo vivía con mis padres y mi hermano, tenía mis amigos y
actividades. Incluso en la calle tenía la costumbre (como creo que muchos
tenemos) de cruzar alguna palabra con alguien, pero en Dublín fue todo
diferente. Yo me fui y dejé celular, computadora y hasta la tarjeta de crédito,
quería “desenchufarme” completamente. Incluso me fui a vivir solo porque quería
aprender a ser completamente independiente; pero todo eso junto me pesó. Me
sentí muy solo, cada vez que hablaba con algún amigo me decía “¡qué fenómeno
que sos!, la debés estar pasando genial” y no, la pasaba mal, “porque vos
querés” me dijo mi padre acertadamente una vez. Fue una mezcla de obligarme a
poder, a sufrir para crecer, pero de tener a alguien cerca una vez cada tanto
para no volverme loco.
Con el tiempo me he dado cuenta que uno no
puede desarraigar del todo lo que uno es sino que se adapta, se acostumbra al
lugar y combinando las viejas costumbres con las nuevas crea unas a medida.
Lo más complicado de vivir en el exterior no
es extrañar mi país o mis cosas, sino que es la nostalgia por lo viejos
momentos que se siente mucho más. Cuando uno se da cuenta que la angustia que
siente es nostalgia por algo que nunca volverá a tener, el camino emocional es
menos difícil.
5) Me llamó la atención que el libro contiene
violencia, alcohol y “mal lenguaje” (por llamar de alguna manera al “cursing”),
sin embargo no hay sexo (casi ni siquiera implicito) en la obra. Ponés en claro
tu heterosexualidad desde el primer momento, mencionás encuentros y charlas con
chicas, pero las anécdotas quedan “ahí”. ¿A qué se debe ese recorte abrupto?
¿Elegiste “dejar material afuera”? ¿Preferiste “no hablar de ciertos temas”?
Desde que comencé a escribir este diario de
viaje hubo dos temas que preferí omitir: situaciones ilícitas y sexo.
El primer tema porque no fui más que un mero
espectador, no me parecía que aportara a la experiencia y no me interesaba
involucrar a terceros en algo que podría llegar a afectarlos públicamente. El
tema sexo lo dejé implícito en determinados momentos de mis historias, pero
hasta ahí nomás. Mis relatos se caracterizan por ser auténticos fracasos,
intentos fallidos y una lucha constante por alcanzar metas en el exterior, pero
muy pocas veces por mis logros y victorias. Contar con quién tuve sexo a viva
voz y/o vanagloriarme por haberlo tenido, no forma parte de mí.
6) Un poco de la mano de la pregunta anterior…
por momentos parece que los relatos están empapados de una honestidad brutal,
como si no te importara lo que un lector anónimo vaya a pensar de vos cuando lo
lea. Y a veces se distingue un relato más cuidado, buscando no revelar quizás
toda la historia o no herir susceptibilidades. ¿Lo sentiste así? ¿El libro
cuenta solo una parte de las historias? ¿Qué tanto de tu vida personal y
pensamientos más profundos sentís que volcaste en “Con el espíritu inquieto”?
Suelo ser una persona de honestidad bruta cómo
lo mencionás, aunque también mido mucho mis comentarios. En esa necesidad de
querer contar todo siempre de la manera más honesta posible, he creado un libro
con historias que tienen comentarios muy directos y muy reservados.
“Con el
espíritu inquieto” son tres años de mi vida, me sentí muy solo en varios
momentos y mi blog terminó siendo un confidente que no sabía guardar secretos.
Por ese motivo fue que en la necesidad imperiosa por expresarme, por contar
como me sentía y que pasaba en mi vida, me obligué varias veces a contenerme
porque todo quedaba expuesto en Internet y muchas veces las cosas se mal
interpretan al leerlas, más allá de la verdadera intención.
7) ¿Qué personalidad tiene la persona con
"espíritu inquieto" frente a una que solo quiere salir de su casa 15
días al año para hacer turismo y volver?
Una vez conocí a un muchacho que mirándose la
mano me dijo: “fijate en la medialuna de tu dedo índice, mirate la uña, observá
todo el dedo, ahora la mano. La mano es el mundo y la medialuna es Montevideo,
has vivido casi 20 años y conocido sólo un pedacito de toda esa enormidad que
es el mundo”.
Cuando me dijo eso me brillaron los ojos, lo recuerdo como si lo
tuviese ahora mismo al lado mío señalándose la mano. Yo creo que tiene el
espíritu inquieto todo aquel que necesita cambiar, que necesita mucho
movimiento, que se aburre de tareas repetitivas (creo que ese es el motivo por
el cuál comencé y nunca fui regular en 2 idiomas, casi 10 deportes, actuación,
violín, una carrera universitaria y el motivo por el cual me cuesta
establecerme en un país).
Muchas veces me he cuestionado qué me pasa, por qué
no puedo parar de pensar en irme a vivir a otro país, realmente no me gusta el
turismo de 15 días, sino más bien el desafío de construir una vida, casa,
trabajo, relaciones, rutinas y cuando lo tengo todo, dejarlo y comenzar de cero
otra vez.
Respeto mucho a las personas perseverantes que
pueden conseguir un título universitario luego de 5 o más años, permanecer en
un trabajo por casi una vida o ir a entrenar todos los días. Yo no puedo,
necesito el sabor de lo nuevo, del cambio constante, del miedo a lo
desconocido, de enfrentar experiencias fuera de mi zona de confort.
8) En Irlanda hiciste de todo: levantar
carteles en la calle, de extra en películas, en pizzerías, en cocinas, lavando
copas. Dejar un laburo y ciertas comodidades en un país conocido para ir a
lavar los pisos en el extranjero no es para cualquiera y muchos podrían llegar
a rechazarlo. ¿Te molestó tener que rebuscártelas? ¿Creés que un extranjero en
Irlanda tiene que arrancar de esa forma para ir ganando el derecho de piso?
Cada vez que pienso en todo lo que hice me
sorprendo porque sigo considerando que podría haber intentado más, que había
otros más buscas que yo. Lo único que me contrarió muchísimo fue no haber
tenido la misma suerte que siempre tuve en mi país para conseguir trabajo, en
Uruguay desde los 18 años hasta que me fui, estuve sólo 3 semanas sin trabajar
y cambié 4 veces de trabajo.
Cuando llegué, como tenía más de 5000 euros ni
se me pasó por la cabeza tener que aceptar un trabajo limpiando pisos o baños,
pero cuando fue volverme o arrremangarme la camisa ni lo pensé. A tal punto
“bajé la cabeza” que en mi segundo año en Irlanda, mi compañero lava platos,
irlandés, en una discusión me dijo: “volvete para tu país, extranjero”. Esa es
brava, cuando te hacen sentir que sos un intruso. Más de una vez pensé “dejé
todo, mi familia, mis amigos, un trabajo cómodo, para que me basureen mientras
lavo platos”, pero para un momento como ese me había escrito la nota antes de
viajar.
9) Habiendo vivido todo esto ya: ¿qué consejo
le darías a alguien que tiene ganas de hacer lo mismo que vos, pero que no se
anima a dar ese “salto de fe”?
Muchas veces uno sueña con alcanzar objetivos
o imitar logros de otras personas, porque al verlos desde afuera nos parecen
más interesantes. Sin embargo lo más importante no es hacer lo que los demás
hacen, lo que nos dicen que tenemos que hacer o lo que supuestamente deberíamos
hacer, sino que no dejar de hacer lo que a futuro nos pueda generar la duda de
saber cómo podría haber sido intentarlo.
Antes de viajar a Irlanda me imaginaba la
experiencia de una manera completamente diferente a lo que fue, y hoy me alegro
de haberlo hecho a pesar de que no lo disfruté como me lo había imaginado y no
haberme quedado con una cuenta pendiente, porque hubiese sido horrible vivir
con esa duda para toda la vida, ¿cómo habría sido vivir en Irlanda?
Lo primero es saber que queremos y necesitamos
hacer, lo segundo, es simplemente intentarlo.
10) Por último, Juan. Con el final (abrupto,
hay que decirlo) se deja entrever que se viene una segunda parte. Incluso
comentás los “titulares” más importantes en la última página. ¿Cómo avanza eso?
¿Qué proyectos tenés para más adelante?
Exactamente, la intención es escribir una
segunda parte con el desenlace de mi estadía en Irlanda y con todo lo que viví
después, dando casi dos veces la vuelta al mundo en 15 meses en busca de un
hogar.
En estos momentos me encuentro escribiendo una
segunda guía para ir a vivir al exterior, la primera fue Moving to Hong Kong y ésta será Moving
to Uruguay. Para el año que viene planeo escribir otras dos guías, Irlanda
y Hungría, y un libro biográfico sobre mi bisabuelo, Jorge Hoffman, que peleó
en la primera guerra mundial por Hungría, fue sospechoso de un ataque al
emperador austrohúngaro, luego preso político, exiliado y tuvo una vida
bastante complicada, triste e interesante a la misma vez.
11) ¿Algo más que quieras aprovechar a
comentarnos?
Te quiero agradecer muchísimo por la
entrevista (me encantaron las preguntas) y por tu buena onda. A todos tus lectores invitarlos a leer “Con el espíritu inquieto” y a que me
contacten directamente (nachopita7@hotmail.com) para
dejarme sus comentarios sobre el libro o por cualquier pregunta que me quieran
hacer sobre vivir en el exterior.
Si al menos a una persona le robo una sonrisa
y a otra la motivo a viajar, mi libro habrá cumplido con su cometido.
► ¿Cómo contactar a Juan Patrick?
Su libro en Amazon: link acá.
E-mail: nachopita127@hotmail.com
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en el blog: “Diario de viaje -
[Europa 2015]”, “Un médico rural, de
Franz Kafka”, “La insoportable
levedad del ser, de Milan Kundera”, “El adelantado Julio
Verne”.
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Gracias por compartir, me ha emocionado. Así parece que vale la pena Vivir la vida, con aciertos y sin sabores... sin dejar cosas pendientes! Eligiendo!! Que sigan las historias!! Un abrazo Marian
ResponderEliminarMe alegro. Fue una nota muy personal para mí también.
EliminarCreo que el mejor libro que estudié en mi vida (63) fue el Ulysses de James Joyce. Digo estudié y no leí, pues no hay manera de abordar ese libro sin un tutor. En realidad Joyce, que tenía un espíritu inquieto y crítico, odiaba a los irlandeses. No me interesó conocer Irlanda. Creeme que Ulysses es una obra maestra.
ResponderEliminarUn saludo desde Montevideo, Ricardo, el ex - ingeniero.
Te juro que es uno de los que más tengo pendientes para leer. Espero poder encararlo el año que viene. ¡Saludos!
EliminarIncreíble tu aventura. Es muy inspiradora a mi me encantaría viajar. Es el segundo sitio donde leo sobre Irlanda y veo lo hermoso que es.
ResponderEliminarMe encantaron tus fotos, ¿las sacaste vos?
Sí, las saqué yo, pero ahora son propiedad de Google.
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