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domingo, 4 de mayo de 2014

“La otra piedad”, un cuento de Laura Massolo


En el 2001, mientras Argentina se desmoronaba por completo, una mujer de Buenos Aires enviaba un cuento que le había gustado a siete concursos. Mes a mes, explica ella, fue tachando expectativas hasta que un día de diciembre un llamado cambió su vida para siempre.

Se trataba de Laura Massolo y su relato “La otra piedad”, que es absolutamente fascinante. ¿El premio? Nada más y nada menos que el Juan Rulfo. Al respecto, en el último número de La Balandra (donde leí la entrevista) comenta: “Escribimos regidos por un hábito, por un imperativo, y concursamos buscando un reconocimiento más allá del “qué lindo” de los amigos, una reafirmación, la ilusión de un premio que engrose por un tiempo el bolsillo.”

Hace un tiempito que tengo ganas de brindar mi opinión sobre los concursos literarios, pero  quedara para un próximo post. Hoy quiero, simplemente, recomendar la lectura de “La otra piedad”, un magistral relato de suspenso (si se quiere) que aborda una temática tan controversial como fascinante.


La Dra. Bárbara Muller recibe la carta de una madre que trabaja en un hospital psiquiátrico donde la muerte de Gonzalo Velázquez (un muchacho enfermo) ha generado debates y un juicio. No quiero arruinar más la trama, porque es deliciosamente compleja hasta la última palabra.

Pueden leer “La otra piedad” directamente desde el blog de la autora.

El cuento, seleccionado entre 6832 participantes, pertenece al género epistolar (que ya tuvo su post en ocasiones anteriores). En particular, disfruto mucho de esta forma de narrar porque nos convierte en cómplices del discurso del emisor. En este caso, vemos con un increíble realismo cómo viven aquellos encargados de cuidar a los enfermos. 


Por sobre todo, “La otra piedad” es un texto muy cuidado que trabaja varios aspectos con muchísima sutileza: desde el verdadero motivo de la carta (que se devela en las últimas líneas) hasta el día a día de una persona que ha dedicado su vida a ayudar a los enfermos. 

En ese sentido se diferencia de obras más “amenazadoras” como el genial cuento “Los grabados de Hogarth” (de Frank Sisk). En “La otra piedad” la carta tiene un objetivo preciso, único… pero se mantiene oculto e inasequible tanto para nosotros como para la Dra. Muller.

La trama me enganchó desde el momento cero y sorprende con una fluidez asombrosa. Justo cuando uno cree que está entendiendo para qué lado viene la mano, la autora hábilmente cambia la dirección. Cuando lo terminé tuve que leerlo de nuevo para poder apreciar mejor su correcto (aunque coloquial) vocabulario, los cambios de climas y los perturbadores testimonios que bien podrían suceder en realidad.

Realmente creo que Laura Massolo es una de las tantas (y brillantes) autoras argentinas a tener en cuenta hoy, y para aspirantes escritores como yo (y, seguramente, varios que me siguen en el blog) un verdadero modelo a seguir.

Tomen en cuenta mi consejo: lean “La otra piedad”, y después charlamos. ¡Nos vemos la próxima!

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=>> Otras notas relacionadas con el género epistolar en el BLOG: “Las ventajas de ser epistolar”, “De monstruos y otras historias. Frankenstein en la literatura” y uno de mis relatos preferidos: “Una espada para Manuel”. 

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