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viernes, 24 de enero de 2014

El perro era la mente maestra: los misterios de Agatha Christie.


Es el truco más antiguo del mundo. La trama te va llevando –guiando cual hoja en el viento– hacia un inevitable final; entonces (en el último minuto) algo sucede que cambia absolutamente todo. Es lo que se conoce como un twist-ending. Ya saben: Bruce Willis estaba muerto, Snape mata a Dumbledore o “Luke, soy tu padre”.

Pero los twist endings (o, como me gusta llamarlos, “giros de tuerca”) tienen variantes, todo tipo de variantes. Recientemente recordé una de ellas: “El perro era la mente maestra”, también conocida como “El asesino era el mayordomo”. ¿De qué se trata? Es simple: te estás acercando al desenlace, las pistas comienzan a tener sentido, se va armando el rompecabezas… estás cerca de saber quién es el Hombre detrás del Hombre, el verdadero villano. Y entonces descubrís que era la persona de quien menos sospechabas (o alguien que ni siquiera tenías en tu radar), un hombre tirado en el suelo durante toda la película, un caballo (como en una de las historias de Sherlock Holmes) o un adorable conejo (como en la genial “Hoodwinked”). ¡La verdadera mente maestra era el maldito perro!

Es un tema delicado. Si el verdadero villano es alguien que NUNCA viste antes, el final resulta un terrible Deus Ex Machina, mediocre, imperfecto, defectuoso. 

... Si, por otro lado, el villano aparece sutilmente aunque con cierta obviedad… nos encontramos ante un final absolutamente decepcionante por ser predecible.

Lo ideal es encontrar un elegante  punto medio. Que el mayordomo sea el asesino es cliché, pero clásico. Es un sirviente que está en todos lados, en segundo plano, ve y escucha todo. Lo vemos no una, sino varias veces a lo largo del desarrollo de la trama. Un ejemplo perfecto es que brinda cada novela de Harry Potter, que utilizan eficientemente varias Pistolas de Chejov para sorprender con mentes maestras en cada final. Pensemos en el profesor Quirrel de la primera parte o en Scabbers (la rata de Ron) en “El prisionero de Azkaban”. La primera entrega de “Saw: el juego del miedo” es igualmente fascinante por ese motivo. John Kramer se lo ve en flashbacks, y hay una serie de pistas que nos llevan a pensar que quien está en el suelo no se suicidó realmente (ejemplo: el revolver estaba vacío).

Y, por supuesto, cómo olvidar el único capítulo doble de los Simpson: “¿Quién le disparó al Sr. Burns”?, cuando se revela que la culpable era Maggie.



En cuanto a la literatura, hace poco terminé de leer “El asesinato de Roger Ackroyd” (1926), la novela de misterio que catapultó a la fama a la Sra. Agatha Christie (de quien ya he hablado varias veces en el blog). Tranquilos, no pienso revelar ningún tipo de spoiler, así que este post es #SpoilerFree.

Les comparto “El asesinato de Roger Ackroyd” (1926) para descargar en versión PDF: http://bit.ly/1dUYaJN

Aún hoy, el twist-ending de esta notable novela de Christie se mantiene altamente controversial. La Sra. Ferrars –una rica viuda de un tranquilo pueblo inglés– aparentemente se ha quitado su propia vida. El industrialista Roger Ackroyd, con quien estaba involucrada sentimentalmente, expone que ella estaba siendo chantajeada. Cuando Roger está a punto de revelarlo, aparece muerto en su propio living.


La historia es narrada a partir de las notas del médico del pueblo (el Dr. Sheppard), que hace de Watson para Hércules Poirot (el famoso detective de Christie) quien se ha retirado del oficio pero regresa para un último trabajo.


Todos –y me refiero literalmente a todos– son sospechosos en este complejo policial de tipo whodunnit que se asemeja al conocido juego de mesa “Clue”: ¿Quién mato Roger Ackroyd… con qué arma… y en dónde? Las cosas se complican a medida que (con suspenso hábilmente dosificado) cada sospechoso exhibe un muerto en su placard. Lo más interesante de la novela es que el estilo de escritura necesariamente esconde un gran, gran secreto. Especialmente luego de conocer el final es posible releerlo para descubrir la calidad literaria de la autora, que planteó la respuesta a lo largo de la historia, pero con tanta sutileza que pasa desapercibida.


Un ejemplo literario excepcional de esos momentos en los que el perro es la mente maestra detrás de todo. ¡Hasta la próxima!

DE YAPA: el capítulo de los Simpson que da nombre a este post: http://www.simpsonizados.com/simpsons-online-temporada-11/capitulo-1/homero-va-a-hollywood

4 comentarios:

  1. Hola! encontré el post que me mecionabas sobre Roger Ackroyd. Yo no había leído esa novela, pero me dejaste con ganas. Amo a Agatha Christie, a Poirot y al Clue. Así que debo leerla. Me gustó tu manera de explicarnos el twist ending:
    Es lo que se conoce como un twist-ending. Ya saben: Bruce Willis estaba muerto, Snape mata a Dumbledore o “Luke, soy tu padre”.

    Se ve que eres fan de Harry Potter, o al menos lo conoces bien... a mi me encanta.
    Saludos!

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    1. Hey! Gracias por pasarte! No sé si soy fan de H.P (de hecho, estoy seguro que no) pero sí he leído los libros. Escribí una nota sobre la autora en el blog también, que quizás te interese:

      http://viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2012/12/las-5-claves-del-exito-de-jk-rowling.html

      Saludos!!

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  2. Muy bueno tu post. ¡Qué grande es el capítulo del Sr Burns de los Simpsons! En cuanto al libro que recomiendas de Agatha Christie tengo poco que añadir, adoro a esta escritora y para mí ese es uno de sus mejores libros.

    Saludos.

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