Hace no mucho tiempo me contactó José
Antonio Hervás, un señor español que lleva adelante un proyecto muy interesante.
Se trata de la página “Matemáticas y Poesía”, donde se comparten temas de matemática, monografías, pasatiempos, humor y otros muy valiosos recursos para estudiantes.
Se trata de la página “Matemáticas y Poesía”, donde se comparten temas de matemática, monografías, pasatiempos, humor y otros muy valiosos recursos para estudiantes.
Es un sitio muy bien trabajado,
con mucho material y más de 50.000 visitas al mes.
Otra de las secciones de la página es “Colaboraciones Literarias” y ahí es donde entro yo. El administrador
del proyecto me ofreció colaborar con su página con un cuento y, por supuesto,
así lo hice. Quiero compartirlo con ustedes porque es un relato de suspenso muy lindo que me emocionó. Quizás no sea
brillante, pero tiene un buen grado de originalidad.
Haciendo click acá pueden encontrar una mini-biografía mía preparada por la página. La misma expresa: “El joven escritor argentino Luciano Sívori
es uno de los autores que en esta ocasión se asoman a las páginas de Matemáticas y Poesía para dejar una
aureola de prestigio y belleza literaria en los contenidos del sitio”.
SOBRE EL RELATO: en el cuento de suspenso que les obsequié (“El reloj de pared”), una pareja de
ancianos recuerda su infancia y sus desencuentros a lo largo de 30 años, mientras aguardan la llegada de un
misterioso visitante.
Puede leerlo directamente de la página, haciendo click acá.
¡Espero que puedan leerlo y comentarlo!
Por sobre todo ojalá logre
sorprender y emocionar con estas pocas palabras. Les dejo un pequeño fragmento de la historia como cierre de este post:
“– ¿A qué hora dijo que venía?
Alberto la siguió observando con expresión de lejanía y dobló su cuello para observar un reloj de pared que colgaba detrás de la puerta de entrada a la casa. Marcaba la hora exacta con unas finas agujas de oro (…) y tenía más de cien años en la familia
Alberto la siguió observando con expresión de lejanía y dobló su cuello para observar un reloj de pared que colgaba detrás de la puerta de entrada a la casa. Marcaba la hora exacta con unas finas agujas de oro (…) y tenía más de cien años en la familia
– Dentro de diez minutos, más o menos – respondió él.
– ¿Creés que va a venir a tiempo?
Alberto asintió y balanceó su cabeza de manera insegura sobre su cuello delgado.
– Siempre llega a tiempo – fue la vaga respuesta.”
– ¿Creés que va a venir a tiempo?
Alberto asintió y balanceó su cabeza de manera insegura sobre su cuello delgado.
– Siempre llega a tiempo – fue la vaga respuesta.”
Otros cuentos de mi autoría publicados en el blog:
=> ¡Seguime en mi página para tener más novedades! ¡Comentar y
compartir no cuesta nada! =)
Me siento muy honrado, Luciano, con el hecho de que un joven y prometedor autor como tú, haga tan elogiosa reseña de una muy humilde y personal página web. Te deseo toda clase de éxitos en tu vida profesional y artística.
ResponderEliminarJosé Antonio