Escorpio
es una fascinante y agridulce novela de Mariano
Pereyra Esteban, un escritor argentino enorme a quien tuve la oportunidad
de entrevistar
hace unos años.
En esta trama tan absurda como ingeniosa, las vidas de un
periodista malhumorado y un empleado administrativo con delirios importantes se
entrecruzan mediante las enigmáticas palabras de un horóscopo.
***
Escorpio
resultó la ganadora (de entre quinientos manuscritos, vale aclarar) del XX
Premio de novela corta «Salvador García Aguilar», 2016.
El protagonista es Albano di Marco, un tipo grande, gordo y verdaderamente
desagradable. El conflicto se dispara con la muerte accidental de un gato, a
quien atropella y ni siquiera se digna a recuperar el cuerpo para darle un
entierro digno.
Esta primera escena, brutal, honesta, nos brinda el
primer pantallazo a una persona que quiere ser mejor, pero realmente no puede.
En un intento de ordenar sus pensamientos y sentimientos, compra una agenda
donde piensa llevar a cabo un “Cuaderno inmundo” con sus más íntimos y crudos
pensamientos.
Mientras tanto, todo en su vida está patas para
arriba: su mal carácter lo llevó a convertirse en un solitario, está
divorciado, hace tiempo que dejó de aguar el whisky, le están por rematar el
departamento y su trabajo (tipeando noticias intrascendentes) es
insoportablemente mecánico. ¿Qué más podría pasarle? Que le asignen la creación
del horóscopo diario, del signo que él prefiera.
Albano elige Escorpio y comienza a escribir lo
primero que se le viene a la cabeza, siempre manteniendo el estilo
necesariamente críptico de ellos. Del otro lado de la ciudad, el Dr. Teerán considera las palabras como
algo sagrado, y actua en base a lo que dicen. Sus vidas empiezan a cruzarse de
formas insospechadas. El resto mejor no revelarlo, porque es fabuloso.
Escorpio
derrocha estilo y calidad literaria desde su primera página hasta el final, ciento
treinta y seis páginas después. La novela utiliza un lenguaje coloquial,
desenfadado, que no deja de sorprender al lector más atento con algunos
planteos existenciales y referencias a la vida contemporánea argentina.
A partir de una premisa hermosamente ridícula (ya
dije en la entrevista a Mariano que
su temática narrativa es abarcar “lo sutil de lo absurdo”) se suceden
situaciones plagadas de comicidad que hacen que la obra se lea (y se disfrute)
prácticamente de un tirón. Ayudan los episodios particularmente cortos, de no
más de cuatro o cinco carillas.
Disfruté mucho de esta historia que atrapa a cada
vuelta de página por los giros argumentales divertidos que propone el autor.
Hasta las escenas más episódicas, que parecen estar colocadas ahí por el mero
hecho de divertir y desarrollar más a los dos personajes principales, tienen un
porqué cuando se avecina el final.
Para mí hay algo de alrtiano en Escorpio. Más allá del uso del lunfardo
y el tipo de humor sarcástico, burlesco, está el espacio de la ciudad similar a
un infierno, como espacio opuesto a la naturaleza, abadía del crimen, llena de
personajes nefastos y egoístas (un poco como es la Argentina, realmente, un lugar lleno de egoístas).
Sí, me parece que Roberto Arlt habría
disfrutado mucho de esta novela. Y capaz que hasta le habría gustado tomarse un
café con el protagonista Albano di Marco,
que además comparten el oficio del periodismo.
Di Marco tiene todos los signos de la depresión y –a
diferencia de su contraparte, el Dr. Teerán, que encuentra salvación y
seguridad en las palabras misteriosas del horóscopo– no tiene herramientas para
combatir su estado de constante dejadez.
Lo sentí muy real al personaje de Di Marco porque
conozco gente muy parecida a él. No me refiero a que sean igual de hijos de
puta (perdón por la expresión) pero sí que están pasando por cuestiones
similares.
En este sentido, la novela puede leerse en dos
grandes niveles. El primero es el externo, el más básico. Una historia
tragicómica de grandes casualidades, escenas graciosas (el capítulo donde tiene
que mostrar el departamento para el remate es único) y un desarrollo perspicaz a
lo largo de toda su duración.
El segundo nivel, la segunda capa, sería entender a
estos dos personajes como tipos desconectados del mundo y de las relaciones que
un ser humano más o menos normal logra formar. Dos personas desesperadas por
sentirse parte, por encontrar su lugar en el mundo y por darle sentido a una
vida que es, en esencia, desorden, caos y casualidades. Dos personas que
provienen de mundos opuestos, e incluso que practican terapias muy diferentes,
pero que –al final del día– no son tan distintas.
Repito: disfruté mucho de esta novela y la
recomiendo. Escorpio es una lectura
ágil y amena que queda dando vueltas en tu cabeza varios días después de
haberla finalizado.
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Para conocer más al autor, su blog: http://www.letrador.com/
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► OFF TOPIC: No es casual (o
quizás sí. Probablemente sí…) que justo me toque reseñar la excelente novela de
Mariano –ganadora de un primer premio en un concurso español– por la misma
época en la que me llegó una gran noticia literaria.
En un par de semanas se publica mi segunda novela, El Alma Dividida, en España. Una que
quedó en segundo lugar en
este concurso de Tarragona, España. Iré ampliando con novedades apenas
sepa.
Esta es la tapa oficial de la versión en papel.
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LITERARIOS en el blog: “La
bestia debe morir”; “Mundo
Anillo, una novela de Larry Niven”; “Mariano
Pereyra: la sutileza de lo absurdo”; “Flores
robadas en los jardines de Quilmes”.
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Luciano, muchas gracias por tu post. Es un verdadero orgullo ser leído y reseñado por un compañero escritor como vos. Gracias por la generosidad.
ResponderEliminarFelicitaciones por "El alma dividida" y espero poder leerla en breve.
Un gran abrazo.
Mariano
Por el contrario, un placer leer obras de este nivel. En algún momento (cuando termine varias lecturas pendientes) encaro 14-9 (si bien ya leí las primera páginas).
Eliminar¡Saludos!