Cualquier persona que, como yo, disfruta debatir el
cine, discutirlo, interpelando o realizar críticas por escrito, seguramente
escuchó el nombre “Roger Ebert”. El periodista americano (que falleció en el
año 2013) es universalmente
considerado uno de los más importantes críticos de cine de la historia.
En esta nota quiero resaltar un par de enseñanzas
claves que dejó sobre cómo hacer críticas de cine, algunas que me parecen
fundamentales a la hora de buscar argumentar sobre la calidad de una película.
***
Un cacho de
historia
Roger
Ebert fue historiador de cine, guionista, escritor y periodista. En 1975 se convirtió en el primer crítico
de cine en llevarse un Premio Pulitzer.
Era una eminencia y su voto pesaba, a tal punto que podía balancear el éxito de
una producción cinematográfica.
Con la llegada de Internet, comenzó a colgar sus
reviews en su página personal (http://www.rogerebert.com/) pero sus opiniones eran también
llevadas a más de 200 diarios de Estados Unidos y el exterior.
Es muy loco
pensar que cada nuevo estreno se medía ante la opinión de Ebert.
En cuanto a sus influencias tempranas de la crítica
de cine, en una de sus biografías (Mad
About the Movies, 1998) él
describe que aprendió a ser crítico leyendo la revista Mad. Mad se hizo
famosa por sus parodias de la cultura pop, y Ebert comenta que eso lo hizo consciente
de “la máquina dentro de la piel”, es decir, la forma en la que un largometraje
puede verse original desde afuera, mientras que internamente está reciclando
las mismas viejas y aburridas fórmulas.
Un
acercamiento relativo
Lo que siempre me resultó rescatable de Roger Ebert
es que se acercaba a las películas de forma relativa, no absoluta. Cuando uno
se pregunta si Hellboy (2004) es buena, es un error gravísimo
compararla con Río
Místico (que salió por la misma época). En todo caso hay que preguntarse si
Hellboy es buena en comparación a The Punisher (2004), las películas de Batman o las de
Superman. Comparar Hellboy con Belleza Americana es tan improductivo
como decidir si es mejor una pizza o una milanesa.
Las críticas tienen que ser relativas al género al
que pertenecen. Ebert también explica que tienen que ser relativas a lo que buscan
mostrar (a sus intenciones, expectativas, a su público) y también al momento
en el que uno ve la película. Existe el derecho a cambiar de opinión, porque
uno también madura en diferentes cuestiones, se sigue replanteando cosas y,
últimamente, continúa repensando las películas en relación a otras.
Mis lectores saben que tengo una fan-page con reviews
que considero mis "apreciaciones personales" y comentarios breves
sobre una película. En estas “críticas express” busco no arruinar demasiado la trama y rescatar lo más
relevante. Más que un "me gustó" o "no me gustó", mi objetivo
es poder argumentar "vale la pena por esto y lo otro", "es
memorable porque…" "me hizo sentir tal cosa".
Así y todo, hay veces que he cambiado mi pensamiento
completamente con respecto a mi review inicial. En
esta nota ya comenté que me pasó exactamente eso con Cabin in the Woods, una producción que odié la primera vez que la
vi y hoy la considero una puta obra maestra.
Roger Ebert también tenía la (buena) práctica de
revisitar y revisar sus opiniones. Con el paso del tiempo, por ejemplo, el
crítico fue haciendo reevaluaciones de sus primeras impresiones de producciones
como E.T., Raiders of the Lost
Ark y Pulp
Fiction, que luego consideró de lo mejor que le había pasado al cine.
Su sistema
de cuatro estrellas
El crítico daba una calificación de cuatro
estrellas a las cintas que considerada de máxima calidad, media estrella a las
de menos calidad y cero estrellas a películas “artísticamente ineptas” o
“moralmente repugnantes”. Un ejemplo notable fue su crítica
de The Human Centipide. Esta fue su
conclusión:
«I
am required to award stars to movies I review. This time, I refuse to do it.
The star rating system is unsuited to this film. Is the movie good? Is it bad?
Does it matter? It is what it is and occupies a world where the stars don't
shine.»
De todas maneras, Ebert enfatizó que su sistema de
cuatro estrellas tenía poco sentido si uno no leía sus palabras al respecto.
Que colocara tres estrellas a una película no necesariamente significaba
que la recomendaba o que la hubiese disfrutado especialmente.
Tomemos el caso de su opinión de The Longest Yard (2005), con Adam Sandler. Inicialmente
le dio 3/4 estrellas explicando que:
«"The Longest Yard" more or less achieves what most of the people attending it will expect. Most of its audiences will be satisfied enough when they leave the theater, although few will feel compelled to rent it on video to share with their friends. So, yes, it's a fair example of what it is.»
Es decir: la película “cumple” aquello para lo que
fue concebida (un entretenimiento pasajero). Sin embargo, Ebert recomendó a sus
lectores no ver la película porque podían acceder a experiencias
cinematográficas mucho más ricas. De hecho, luego agrega (en ese mismo review):
«I would however be filled with remorse if I did not urge you to consider the underlying melancholy of this review and seek out a movie you could have an interesting conversation about. I have just come from 12 days at Cannes during which several times each day I was reminded that movies can enrich our lives, instead of just helping us get through them.»
Un crítico
polémico
Una de las cosas más maravillosas del cine es la
amplísima variedad de debates que puede generar. No todos amamos los mismos
géneros ni disfrutamos de la misma forma una historia. Algunas nos llegan de
forma personal por la temática que exploran, otras nos resultan meramente
pasajeras. A mí hay películas que me han cambiado mi forma de ver la vida
(literalmente) y que, sin embargo, nadie conoce. Para algunos el cine es escapismo,
y para otros es un arte que puede enriquecer la experiencia de estar vivos.
Así que (es obvio) Roger Ebert tuvo tantos
seguidores como enemigos, y muchas veces se encontró en el centro de la
controversia. Un caso llamativo es el de las películas de terror. Muchas veces
acusado por fans por ser “elitista”, por considerar que todas las
películas de adolescentes semidesnudas que mueren a manos de asesinos seriales
o fantasmas eran nefastas.
A The Master (2012) le dio sólo 2 estrellas y media,
dijo que los “videojuegos nunca van a ser una forma de arte”, calificó a La
amenaza fantasma (1999) con su
puntuación máxima, twitteó que preferiría ser llamado “negro” que “esclavo” y
le dio sólo una estrella a cintas maravillosas como The Raid
(2011), Blue Velvet (1986) y Kick Ass (2010).
Hablamos de un tipo que ama el cine, ama ver
películas y nunca se vendió. Me parece perfecto que haya odiado largometrajes
que a mí me parecen de mucho valor. Hay que tener huevos para hacerlo y, al
final del día, no deja de ser una opinión subjetiva sobre su experiencia personal.
Lo importante, creo, está en el argumento.
Es decir: decime que Blue Velvet te pareció malísima, pero dame tu punto de vista,
profundizá el análisis, dejame entender qué sentiste mientras la veías, qué
sentiste después. Argumentá, convenceme de que tu punto es válido.
Me pasa muy seguido con amigos, conocidos y
compañeros del laburo. Se sucede más o menos este diálogo:
—Vi [Inserte cualquier película acá]. No me gustó.
—Ah, mirá vos. Contame por qué exactamente.
—No sé. No me atrapó, me aburrió. Qué se yo. No me gustó.
—(-.-)
Al respecto, Ebert decía:
«The best literary critic is not the one whose judgments are always right but the one whose essays compel you to read and reread the works he discusses; even when he is hostile, you feel that the work attacked is important enough to be worth the effort. There are other critics who, even when they praise a book, cancel any desire you might have to read it”»
***
► Entonces:
¿por qué fue Roger Ebert uno de los más
grandes críticos de cine de la historia?
No sólo porque le importaban las películas y nos
decía qué pensaba al respecto, sino porque además las trataba de forma
relativa, argumentando claramente sus pensamientos, y porque con sus reviews
nos brindaban apenas lo justo y necesario para interesarnos y para que pudieramos
formar nuestra opinión nosotros mismos.
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=>> Otros posts sobre CINE en el blog: “Branded:
cuando los trailers mienten”; “Mulholland
Drive: ¿la mejor película del siglo XXI?”; “History
of film: an Oddisey, un documental de Mark Cousins”; “El
sci-fi argentino en el cine”; “Juan
de los muertos: zombies en Cuba”.
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Es valioso el cambiar de opinión.
ResponderEliminarCreo que no comparto el criterio de ese crítico. Me gustan películas de mujeres semidesnudas asesinadas por asesino seriales o seres sobrenaturales. Lo único que critico que no están completamente desnudas. ¿Que le cuesta al villano arrancarles la ropa?
Es valioso el como evaluaba las películas.
Y entiendo eso de tener gustos distintos. A mí me gusta Tomb Raider, con Angelina Jolie como Lara Croft.
Y me aburrió una película que gusta mucho, 28 días después. Tiene un buen comienzo pero luego la historia decae. Y el final alternativo es menos interesantes.
Buena entrada.
Hay villanos muy desconsiderados con su audiciencia. En serio, no les cuesta nada.
EliminarBuena entrada, como me gusta la critica conocía el nombre pero creo recordar que tampoco comparto su punto de vista...
ResponderEliminarOdiaba a Kubrick o algo asi? Mmm ves? Ja... Creo, no recuerdo bien... 👌😉
Lecciones de vida en películas https://alexanderstrauffon.blogspot.com/2009/06/lecciones-de-vida-en-peliculas.html
ResponderEliminarJa, leí la nota. Muy entretenida.
EliminarBuena nota Lupa.. Todos somos críticos de cine.. Todos somos hijos de Ragnar..
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