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jueves, 29 de octubre de 2015

Mariano Pereyra: la sutileza de lo absurdo


Conocí a Mariano leyendo varios cuentos ganadores del premio Rulfo (al igual que me pasó con la genial Samanta Schweblin). Sin querer, y como suele pasar, me topé con uno de sus cuentos: “El metro llano”, ganador del Rulfo en el año 2009.

Hablar de ese cuento implicaría realizar toda una nota dedicada exclusivamente a éste. Es magistral desde donde se lo mire: una forma impecable enlazada con un contenido absolutamente original. El argumento nos habla de una peculiar carrera donde el ganador es, paradójicamente, el menos rápido.

Lo leí de esta fuente, aunque al parecer (y según el autor) no se trata de la versión final. Maravillado por el relato, le escribí a Mariano. Me pasó una de sus antologías para leer (“Los ferrodontes y otros cuentos”, 2011) y concertamos realizar una entrevista virtual para este blog. Una que resultó ser de las más interesantes que tuve la posibilidad de hacer.

Pereyra se considera un “letrador” (en lugar de un escritor); sin embargo, detrás de su humildad se esconde un narrador hábil para escapar de los lugares comunes y sus textos son tan creativos como novedosos en su contenido.

Los ferrodontes y otros cuentos” es una brillante antología de 14 cuentos –la mayoría cortos y el último, que da nombre al libro, más extenso– que disfruté muchísimo. El leit motiv de las historias, si es que puede considerarse como tal, es el absurdo. En Marketing Taurino, por ejemplo, un dueño de una cristaleria le enseña –mediante condicionamiento de Pavlov– a un salvaje toro a ser fino, sutil y refinado. Es un relato tragicómico donde el autor aplica mucha sutileza y ejecuta un sistema de “premios y castigos” en el animal para desarrollar un cuento deliciosamente cómico que sorprende en su desenlace.

Otro cuento, El encerrista, nos narra las aventuras de un hombre con la inservible habilidad de “enredarse” (literalmente) en cualquier cosa que encuentra. Gracias a ello logra alcanzar la fama como una parodia de Harry Houdini (para terminar “extinguiéndose en el reino de un neptuno cruel”).


"El metro llano": un relato donde gana el menos rápido. 

En sus cuentos aparece siempre una situación absurda, imposible bajo nuestras reglas mundanas, que quiebra lo ordinario en un instante. Así, aparecen la ironía y la parodía. Aunque Pereyra también es un maestro de la sutileza (ya lo dije) y por eso ese absurdo no se presenta de forma hiperbólica… es una mentira creíble que nos invita a una suspensión de la incredulidad. Cosas raras suceden en sus textos, y nosotros las aceptamos sin chistar.

Sicarios en huelga fue otro de mis cuentos favoritos de su antología. Allí se relata el caos al que sucumbió el mundo cuando el Sindicato de Asesinos a Sueldo realiza la primera y más silenciosa huelga mundial. Es un cuento muy policial (quizás el más policial de todos junto a Los ferrodontes) que me recordó mucho a “Las muertes concentricas”, un maravilloso cuento de Jack London. En Sicarios en Huelga me encontré con una de las formas de matar más originales que, seguramente, habrían puesto envidioso al mismo Arthur Conan Doyle. Sólo voy a decir que involucró a un gato y a un escorpión.


En “Los ferrodontes y otros cuentos” también prima la cotidianedidad, el día a día en el barrio. Carozos, por ejemplo, es una historia fatídica donde dos amigos con diferentes filosofías de vida (Osuna y Suarez) se baten a duelo por culpa de una aceituna. Al natural trata del primer desembalsamador del mundo y Lectura infantil cuenta como un niño, inadvertido por sus padres y maestros, aprende a leer con el libro Mein Kamp (“Mi lucha”) que alguien dejó en la bilbioteca sin cuidado. ¡Las ideas del hombre más nefasto de la Tierra se le impregnan y de formas inimaginables!

Otro relato marcado por lo cotidiano (y, simultáneamente, por lo irracional) es Un punto de menos. Es un muy divertido relato con el que los aspirantes a escritores (como yo) podemos sentirnos identificados. Sus temáticas son el bloqueo de escritor y el proceso creativo de escritura. Un narrador intenta escribir un cuento mientras su mujer limpia la casa. Ambas situaciones comienzan a entremezclarse con resultados inesperados.

Creo firmemente que Mariano Pereyra es una de las lecturas más imprescindibles de los cuentistas argentinos contemporáneos, y recomiendo ampliamente “Los ferrodontes y otros cuentos”. Acá está la entrevista que humildemente le realicé y, por supuesto, sus respuestas (que son infinitamente más interesantes que mis preguntas).

***

Entrevista a Mariano Pereyra

1.- Es probable que escribas durante gran parte de tu tiempo libre, pero seguramente haya lugar para algo más. ¿Qué hobbies mantenés aparte de la escritura? ¿Qué otras cosas te apasionan?

En mi caso la literatura no cumple con los requisitos de hobbie. Escribo por necesidad, porque es lo que hice siempre, me gusta contar historias, escribirlas, pero esta actividad no siempre tiene que ver con el entretenimiento y la diversión, incluso, en ciertos momentos, está más relacionado a procesos de construcción de formas, corrección y definición de argumentos que están lejos del entretenimiento. Me apasiona la radio como medio, el arte (principalmente las artes visuales), la música, el tabaco de pipa y el whisky. No sé si estas pasiones pueden considerarse hobbies, pero son formas de regalarme momentos muy placenteros.

Hablando estrictamente de hobbies, durante mi infancia fui un filatelista obsesivo, que sacrificaba el sueño de las mañanas de los sábados para ir al correo a buscar las estampillas recién llegadas de impresión. Esa colección duerme en la casa de mis viejos quizá con la esperanza de que alguien la herede para continuarla, pero creo que la obtención de sellos postales en estos tiempos es un poco más compleja.

Respecto a otros gustos, siempre jugué al fútbol y cómo hincha lo sufro siguiendo, en el averno de las categorías, a Talleres de córdoba. Practiqué natación, rugby y waterpolo durante mucho tiempo. Me gustaban mucho los videojuegos, específicamente las aventuras gráficas de Lucas Arts y podría seguir enunciando actividades, pero creo que estoy embarrando un poco la categoría de hobbie.


2.- En “Los Ferrodontes y otros cuentos” (Ediciones B México, 2011) se percibe una atmósfera de fantasía, casi surrealista, y un estilo paródico, irónico, que recuerda a autores como Quiroga, Fontanarrosa y Cortázar. ¿Qué autores considerás grandes influenciencias y mentores en tu manera de narrar?

Comparto tu percepción acerca de la atmosfera de los cuentos, creo que lo paródico, lo irónico, incluso lo surrealista tiene que ver con mis intenciones (al menos en esa antología) de jugar con las perspectivas abollando puntos de vista, invirtiendo los esperable con lo inesperado.

Las influencias son muchas, algunas evidentes y otros ocultas, que descubro tiempo después. Sin dudas Borges, Cortazar, Castillo, Di Benedetto, Carver, Salinger, Quiroga, Arreola, Dostoievski, Lovecraft y Poe están entre los escritores que más admiro y que seguramente me han influenciado. De todos modos mi enumeración es injusta, y apenas ponga el punto final en esta respuesta voy a querer agregar a otros escritores que admiro y envidio, y más tarde también.  (Asimov, Berger, Rulfo, Arlt…) .

3.- Uno de mis relatos preferidos de “Los Ferrodontes y otros cuentos” fue Marketing Taurino, una desopilante historia especialmente marcada por la sutileza. Creo que la gran mayoría de los relatos de tu antología tienen esa característica en común y apuntan a un lector más bien avispado, atento y –me atrevo a agregar– no amateur. ¿Te preocupa que, quizás, tus cuentos puedan llegar a ser “inentendibles” o “demasiado complejos” para el lector casual, o que precisen de un bagaje cultural determinado para terminar de captarlos?

Creo que el cuento es un género que exige la participación activa del lector. 

Las aporías, los cabos sueltos, algunas metáforas, las referencias veladas y otros recursos son parte de las historias que un lector activo podrá apreciar e incluso disfrutar. No pienso demasiado en los distintos tipos de lector cuando escribo pero me guío por una imagen de lector arquetípico que tengo en la cabeza y que, en principio, es más inteligente que yo, por ese motivo me impongo evitar cualquier posibilidad de subestimación intencional o accidental.

Al mismo tiempo, me parece que si la aparente complejidad hace de un cuento algo inentendible, no es problema del lector (más allá del bagaje cultural). Suele ocurrir que se confunde mucho escribir difícil con escribir bien. 

Pienso que los grandes escritores, en general, logran la combinación justa de belleza, simpleza y eficiencia en sus formas.

4.- Devoré los libros de Harry Potter a medida que fueron saliendo, aun sabiendo que son lectura pasajera y que apuntan a un público infantil. Yo ya estaba en la secundaria y, sin embargo, los disfruté enormemente. ¿Tenés alguna lectura que consideres un “placer culposo”?

Soy muy prejuicioso con best sellers y libros de temporada. Es un defecto grave que me ha llevado a descubrir tarde a tipos que me creo que escriben muy bien (Stephen King, por ejemplo). Hay libros que definitivamente no leo, como los de autoayuda o derivados reptantes y me dejo llevar por el prejuicio más irracional cuando veo en las vidrieras a ese tipo de textos ocupando lugares que podría ocupar la literatura. Sin embargo no siento culpa de leer nada que me de placer, yo también leí toda la saga de Harry Potter con bastante entusiasmo, y lo hice muchos años después de haber terminado la secundaria. Debo admitir, también, que con ciertos escritores me cuesta bastante discernir cuando una obra es para el público infantil/juvenil o para adultos…por ejemplo, creo que los cuentos de Elsa Bornemann (catalogadas como literatura infantil) son obras geniales para los lectores de cualquier edad.

5.- El sueño de cualquier escritor es poder vivir exclusivamente de su literatura, pero sabemos que esto es prácticamente imposible, y particularmente en un país como el nuestro. ¿Qué pensás al respecto? ¿Cuáles pensás que son las grandes limitaciones en Argentina?

Pienso que hay que escribir. Aquellos afortunados (la enorme minoría) que viven de su literatura deben agradecer al destino y aquellos que no vivimos de la literatura aprendemos a generar tiempo y espacio para escribir. Creo que las limitaciones para vivir de la literatura no son exclusivas de Argentina. Sí hay una clara diferencia de Hispanoamérica con países anglosajones, donde cualquier obra escrita, cualquier texto publicado se paga. El trabajo del escritor tiene un valor monetario. En nuestros países es más habitual agradecer el solo hecho de que alguien nos publique gratis.

Creo que no hay que desalentar a los que escriben, en lo personal, de pibe, me afectaron mucho algunas frases de escritores a los que admiro como Abelardo Castillo o Vargas Llosa en las que aseguraban que para ser “escritor” había que dedicar todo el tiempo, la vida entera, solo a la labor de escribir (y leer). Digo que me afectaron porque siempre supe que no viviría de la literatura y por lo tanto mis días no estarían dedicados exclusivamente a escribir, pero con el tiempo lo solucioné: escribo de noche y nunca me autodenomino escritor…soy en todo caso letrador. Por otra parte, me gusta mi trabajo y mi vida familiar, que son fuentes inagotables de ideas que de noche moran mis cuadernos.

Respecto al ingreso al selecto mundo de “los vendidos”, “la vanguardia”, etc. Creo que muchas librerías/editoriales de la ciudad de Buenos Aires, junto con la UBA, funcionan como agentes canonizadores que imponen nombres y determinan a toda la literatura nacional desde un sector muy pequeño. No estoy diciendo nada nuevo, creo que el mundo editorial siempre funcionó así, el problema es que una legión de escritores anónimos quizá no pueda (o no quiera) moverse en un mundillo específico para tener publicidad, verse publicado y presente en suplementos literarios y quizá cobrar los mangos necesarios para subsistir con lo que se escribe.

6.- Hoy tenemos a disposición más de una manera de leer: clásicos libros impresos, e-books, miles de textos en Internet. ¿Qué formato de lectura elegís principalmente y por qué? De la mano de la pregunta anterior: ¿Se ha perdido hoy el hábito de la lectura? ¿O creés que los intereses han evolucionado hacia algo diferente?

En lo personal, en general leo libros impresos. 

Todavía tengo el fetiche con el objeto en papel y me resulta lo mejor para leer. Leo y he leído mucho en dispositivos electrónicos, principalmente obras difíciles de conseguir en papel. 

Es una posibilidad maravillosa. 

En lo personal, me resulta menos cómoda la lectura y escritura en computadoras o tablets ya que el sistema de “scroll” de la pantalla segmenta demasiado el texto y me resulta extraño, quizá es una locura mía, pero me parece que estoy leyendo de a dos párrafos, de a pedazos y eso me genera un constante “entrar y salir” de la lectura…se me hace más difícil mantenerme inmerso en la lectura. 

Respecto a la escritura, el primer original lo hago a mano, en cuadernitos escolares. La computadora me sirve como instancia de corrección, pero como una más dentro de varias.

No creo que se haya perdido el hábito de la lectura, se diversificaron las formas de leer. Los nuevos dispositivos generan una relación permanente con textos de todo tipo. Si hablamos de literatura, quizá ya no sea el estímulo más sorprendente, pero tengo la hipótesis que todos los nativos digitales descubren la lectura de libros en algún momento, quizá en una edad más avanzada, pero con la misma pasión que nosotros (los analógicos). El libro se vuelve algo extraordinario cuando todos los estímulos digitales y tecnológicos ya son rutina. No veo en la tecnología un elemento opuesto a la literatura.


7.- Descubrí (leyendo tu antología) que sos un autor que sabe escapar, muy eficientemente, a esos detestables “lugares comunes” con los que un escritor siempre está en constante batalla. ¿Te sale de forma más o menos natural o es el resultado de una revisión fina de tus escritos?

Los lugares comunes tienen que ver con una utilización practica del lenguaje. Me parece que la utilización de tópicos habituales tiene que ver con la comodidad, con la pereza. El lugar común es la permanencia de sentidos que por reiterados parecen verdaderos o acertados. Creo que fue Aristóteles quién planteó la necesidad de usar tópicos en el discurso, pero no creo que haya sido su intención que esos tópicos sean temas y frases repetidas desde la antigua Grecia hasta hoy…y que exploten en su máximo nivel de utilización burda en las canciones de Arjona. Seguramente si el viejo Aristóteles viviera hoy, estaría buscando al guatemalteco para darle un buen castañazo.

De todos modos, cualquiera puede caer en lugares comunes. Es difícil deconstruir lo rutinario del lenguaje y las historias para buscar la innovación. En mi caso no creo haber escapado siempre, pero como procuro que mis obras sean lo opuesto a lo habitual, el lugar común es mi herramienta de trabajo, es el objeto que deformo a martillazos de tinta para transformarlo en algo más o menos original, distinto. También es necesaria esa revisión fina que mencionas, y varias revisiones gruesas, podas, tachones, reescrituras completas e incluso abandonos de obras que no funcionan.

8.- Un escritor tiende a enamorarse de cada uno de sus textos, aunque reconozca que no es su mejor trabajo. Y es duro cuando alguien, sea crítico literario profesional o no, los destruye y los deja por el piso. ¿Te ha pasado alguna vez? ¿Qué opinás del rol del crítico para un escritor?

Me ha pasado muchísimo, me pasa y me seguirá pasando. El 98,34% de las obras que he presentado a concursos, editoriales y agencias literarias (notarás lo precisa de mi medición porcentual) han sido rechazadas, y la mayoría casi sin lectura o con apenas una hojeada. También tuve críticas “negativas” cuando se me publicaron obras ganadoras en algún concurso.

Hay que acorazar el ego, es la única alternativa, construir una armadura contra las decepciones y seguir escribiendo. Un buen método es relativizar legitimidades (“y este quién carajo es para decir esto de mi obra”), otro es sondear los rechazos editoriales y críticas recibidas por grandes escritores, pero más allá de que pueda ser doloroso, creo que la crítica, principalmente, sirve mucho. Conseguir críticas de gente que no tenga ningún compromiso con quien escribe es un hallazgo invaluable. Se pueden compartir o no opiniones, pero la lectura detallada, el análisis de una obra y la devolución en forma de crítica es un tesoro que se torna crecimiento, evolución para el autor. Y no excluyo la crítica destructiva, aquella que, aun mal intencionada, empuja a repensar lo escrito, a revisar las bases de una idea e incluso a tirar una obra a la basura. La crítica es un factor fundamental para el arte, porque genera movimiento, porque genera meta-obras al analizar otras obras, porque levanta interrogantes, porque impulsa a corroborar o refutar tesis. Creo que el arte se nutre del movimiento y la crítica es una fuente de dinámica saludable para todos.

9.- George Orwell, en un ensayo maravilloso (“Por qué escribo”, 1984), enumera los motivos por los que un escritor escribe: el egoísmo agudo, el entusiasmo estético, el impulso histórico y el propósito político. ¿Te considerás dentro de alguna de esas categorias? ¿Qué es lo que empuja esa necesidad de crear historias en vos?

Si tuviera que enmarcarme en las categorías de Orwell, me veo más cerca del egoísmo agudo y el entusiasmo estético. Es un acto egoísta y solitario, sin dudas. Escribo porque lo necesito, porque creo que es el campo en donde mejor puedo expresarme, porque es el sitio donde depositar los montículos de fantasía y obsesión que se me acumulan en la cabeza. El entusiasmo estético está presente en la búsqueda permanente de formas, en el vagabundeo por entender ese concepto ambiguo que muchos llaman estilo y en la experimentación de caminos alternativos a la autopista del lugar común del que hablamos antes.

10.- Marketing Taurino, El Encerrista, El Metro llano y Sicarios en Huelga, entre otros, son todos ejemplos de relatos absolutamente creativos y originales. ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Qué te inspira una nueva historia?

Bueno, es un enorme halago tu descripción de mis cuentos. Esta entrevista es un orgullo porque evidencia la lectura de alguna de mis obras, y no hay nada más maravilloso que ser leído. Mi proceso creativo no es muy ordenado. Todo nace de una idea germinal, que se produce por alguna asociación ridícula en medio de la somnolencia de la siesta, por la combinación de alguna escena cotidiana con algún recuerdo persistente…no sé. No sabría encontrar las fuentes de mis ideas primigenias. Una vez que la idea se me implanta en el pensamiento la anoto en alguna libretita o notas digitales del celular y desde ese momento comienza una constante búsqueda de argumentos que den forma a una historia, pueden pasar semana o meses hasta que logro cerrar una historia, y hasta llegar a ese momento me reconozco en períodos en los que me gana un humor agrio, me pongo más hosco que de costumbre y con una impaciencia que se manifiesta en gruñidos. 

Cuando por fin tengo resuelto el argumento del cuento o la novela, pido disculpas a todos los que me rodean y por fin me pongo a escribir. No sé si es un proceso creativo o el tránsito por algún tipo de enfermedad de los nervios, pero desde que se produce un idea tenue hasta que comienzo a escribir pasa mucho tiempo, y si a eso le sumamos las posteriores etapas de corrección es lógico pensar que ante la obra terminada mi primera reacción sea el desagrado, ya que me encuentro ante algo que se le ocurrió a un Mariano pasado, que ya ha cambiado y quizá aprendido más.

11.- Mariano, muchas gracias por tu tiempo. Para cerrar: ¿en qué proyectos literarios estás trabajando en este momento? ¿Hay algo más que quieras aprovechar para contarnos?

En este momento está en impresión mi novela “Catorce Nueve”, que comenzará a distribuirse en México a partir de noviembre (en Argentina podrá adquirirse por medio de Amazon y otras grandes tiendas digitales). Estoy trabajando en varias obras al mismo tiempo, dos novelas, varias antologías de cuento (una de estas cercana al género policial) y de vez en cuando escribo algún texto “inclasificable” como ser el análisis de las correcciones que realizo el editor de Raymond Carver (Gordon Lish), que quedaron expuestas con la publicación de los textos íntegros de Carver en “Principiantes”.

Fue un verdadero placer charlar de literatura con vos y no puedo dejar de agradecerte por la lectura de “Ferrodontes…”, como dije antes, todo escritor quiere ser leído y es un orgullo encontrar devoluciones como las tuyas, provenientes de la lectura y nada más.

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Cómo contactar a Mariano:

Su twitter: @mletrador

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viernes, 23 de octubre de 2015

16 consejos de escritura de Anton Chejov


Prácticamente todos los escritores con cierto renombre han sacado, en algún momento de sus vidas, los consejos que ellos mismos recomiendan a la hora de escribir. Stephen King (“Mientras escribo”), John Steinbeck, Paul Auster, Ray Bradbury (“Zen en el arte de escribir”), Margaret Atwood, Kurt Vonnegut, Mark Twain, etc.

De todos, uno de los “set de consejos” que más disfruto es el de Anton Chejov (o Chekhov), uno de los grandes maestros del relato corto y la dramaturgia. Aunque se recibió de médico (y ejerció como médico naturista) su pasión por la literatura lo llevó a acoplar ambas carreras y desarrollarlas prodigiosamente.

Aseguraba que la medicina era su esposa legal y la literatura su amante.

El ruso no sólo es el creador de lo que luego se conoció como la “Pistola de Chejov” (una de las técnicas narrativas más utilizadas y que varias veces comenté en el blog), sino que además expone 16 recomendaciones para tener en cuenta al escribir; y lo hace con una honestidad brutal y el humor que siempre caracterizó a sus escritos. 

Sin desperdicio:

***

"Consejos para escritores"
Anton Chejov

  1. Uno no termina con la nariz rota por escribir mal; al contrario, escribimos porque nos hemos roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir.
  2. Cuando escribo no tengo la impresión de que mis historias sean tristes. En cualquier caso, cuando trabajo estoy siempre de buen humor. Cuanto más alegre es mi vida, más sombríos son los relatos que escribo.
  3. Dios mío, no permitas que juzgue o hable de lo que no conozco y no comprendo.
  4. No pulir, no limar demasiado. Hay que ser desmañado y audaz. La brevedad es hermana del talento.
  5. Lo he visto todo. No obstante, ahora no se trata de lo que he visto sino de cómo lo he visto.
  6. Es extraño: ahora tengo la manía de la brevedad; nada de lo que leo, mío o ajeno, me parece lo bastante breve.
  7. Cuando escribo, confío plenamente en que el lector añadirá por su cuenta los elementos subjetivos que faltan al cuento.
  8. Es más fácil escribir de Sócrates que de una señorita o de una cocinera.
  9. Guarde el relato en un baúl un año entero y, después de ese tiempo, vuelva a leerlo. Entonces lo verá todo más claro. Escriba una novela. Escríbala durante un año entero. Después acórtela medio año y después publíquela. Un escritor, más que escribir, debe bordar sobre el papel; que el trabajo sea minucioso, elaborado.
  10. Te aconsejo: 1) ninguna descaro de carácter político, social, económico; 2) objetividad absoluta; 3) veracidad en la pintura de los personajes y de las cosas; 4) máxima concisión; 5) audacia y originalidad: rechaza todo lo convencional; 6) espontaneidad.
  11. Es difícil unir las ganas de vivir con las de escribir. No dejes correr tu pluma cuando tu cabeza está cansada.
  12. Nunca se debe mentir. El arte tiene esta grandeza particular: no tolera la mentira. Se puede mentir en el amor, en la política, en la medicina, se puede engañar a la gente e incluso a Dios, pero en el arte no se puede mentir.
  13. Nada es más fácil que describir autoridades antipáticas. Al lector le gusta, pero sólo al más insoportable, al más mediocre de los lectores. Dios te guarde de los lugares comunes. Lo mejor de todo es no describir el estado de ánimo de los personajes. Hay que tratar de que se desprenda de sus propias acciones. No publiques hasta estar seguro de que tus personajes están vivos y de que no pecas contra la realidad.
  14. Escribir para los críticos tiene tanto sentido como darle a oler flores a una persona resfriada.
  15. No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo los charlatanes y los imbéciles creen comprenderlo todo.
  16. No es la escritura en sí misma lo que me da náusea, sino el entorno literario, del que no es posible escapar y que te acompaña a todas partes, como a la tierra su atmósfera. No creo en nuestra intelligentsia, que es hipócrita, falsa, histérica, maleducada, ociosa; no le creo ni siquiera cuando sufre y se lamenta, ya que sus perseguidores proceden de sus propias entrañas. Creo en los individuos, en unas pocas personas esparcidas por todos los rincones; en ellos está la fuerza, aunque sean pocos.
     

He aquí los consejos del autor ¿Qué les parecieron? ¿Están de acuerdo con ellos?

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martes, 20 de octubre de 2015

5 motivos por los que “Dragon Ball Super” apesta

Parece ser el momento ideal para hablar de Dragon Ball Super.

Si no sabés qué es DB Super, seguramente no sos fan de Dragon Ball, no tuviste infancia y no tenés motivo para estar acá.

O por ahí sos como yo. Creciste con Gokú y sus amigos, disfrutás muchísimo Dragon Ball Z Abridged (la webserie que parodia a DBZ) y ves Dragon Ball Super semana a semana sólo para odiarla y criticarla. El domingo 11 de octubre terminó el primer arco argumental de la serie con el episodio #14. Al fin.

Finalmente vamos a poder ver algunas historias nuevas luego de la adaptación de la película del 2013 (“La batalla de los dioses”) que formó esta primera parte. Personalmente odié la película (lo dije acá en su momento). Y tampoco me viene agradando DB Super, aunque es cortito y un poco más llevadero.

Hoy estoy viendo muchas otras series de animé (Hyouka, Fate/Zero, Planetes) que son infinitamente mejores. La realidad es que la veo por inercia y por amor a la nostalgia.

(Vamos a ver si sigo durando).

Por los nombres de los episodios 15 al 20 (que ya se hicieron públicos) todo parece indicar que el arco de Freezer comenzaría en el episodio 20. Mientras tanto tendremos algo de relleno y a Gokú y Vegeta entrenando con Whis. 

► Aprovechando este cambio en el ritmo de la serie, veamos 5 motivos por los que Dragon Ball Super está (muy) lejos de lo que pudo haber sido.

#5. La desastrosa animación.

Comencemos por nombrar eso que es motivo de queja general. La animación de la serie es paupérrima y varios frames parecen hechos con Paint. Los fans se han desahogado por toda la Internet de esto y convirtieron a la serie en un chiste.

Cuando la comparo con algunos animés actuales que estoy mirando, o incluso con la serie original de los años ´80, se me cae un lagrimón. Realmente transformó a la serie en algo desprolijo y sucio. No encuentro mejor palabra para describirla que “pedorra”.

Es cierto que el sueldo promedio de un dibujante de animé en Japón es sorprendentemente bajo (menos de 1000 dólares por mes) y que trabajan durante once horas seguidas. Japón no es un país económico para vivir y el negocio está saturado. Ser dibujante en Japón es brutal.

En parte esto explica la baja calidad de animación de Super, pero no del todo. Siendo que es una franquicia tan querida por todos, y con tanto potencial, uno habría pensado que los creadores se la jugarían un poco más. Yo no puedo creer que un tipo que tiene que estar todo el día dibujando de forma detallada gane 25-40 dólares diarios. Una injusticia.

#4. La falta de tensión.

Los primeros 6 episodios, aunque en cierta forma disfrutables, fueron un gran relleno. Cuando finalmente llegó Bills, no vimos nada nuevo frente a la película del año 2013. En ese sentido: nada sorprendió en este primer arco. Sin un buen argumento, no hay tensión. Sabíamos de antemano cómo iba a terminar, y este villano nunca llegó a ser un verdadero peligro para Gokú. Las sagas de Freezer y Cell hicieron un trabajo muy correcto para mostrar cómo los villanos hacían sufrir a los protagonistas con su destrucción, pero Bills no nos dio nada de eso.

Lo que nos lleva al siguiente punto.

#3. ¿Dónde quedó la sensación de peligro?

Mientras que la falta de tensión se debió a un guión perezoso y que no podía escapar de lo ya escrito para la película, todo lo que sucedió hasta ahora estuvo falto de imaginación. Situaciones de humor burdo, personajes pintados en el fondo, episodios aburridos y superfluos, momentos predecibles. El tono de la serie se bajó muchísimo también (para acaparar a los más chiquitios) y eso llevó a que los personajes actuaran con menos seriedad que Piñón Fijo. Como si ellos fueran los encargados de entretener a una maraña de pibes de 6 o 7 años.

Entiendo que se quiera llevar la franquicia hacia una nueva generación, pero los que verdaderamente siguen y discuten la serie son los fans de la original. Y constantemente nos sentimos menospreciados.

Ya hablé sobre Dragon Ball GT en un intento de redimirlo. En GT la apuesta fue alta, las aventuras fueron nuevas y exitantes y la idea de hacer a Gokú nuevamente un niño generaba preguntas interesantes: ¿podría recuperar su forma? ¿era lo suficientemente fuerte para derrotar a nuevos villanos?

DB Super no generó esos nuevos interrogantes justamente porque no existe el riesgo, no hay peligro. Quizás el nuevo arco argumental logre corregir el rumbo, pero por ahora va directo hacia el descarrilamiento.

#2. Un guión completamente agujereado.

Si tengo que ser honesto, Dragon Ball nunca se caracterizó por tener sentido. Al carajo: el 90% de los animés no tienen sentido. Más si son de tipo shonen, con acción y aventura, es muy probable que ni siquiera aprueben en el “Departamento de la Lógica”.

En ese sentido, los agujeros de guión pueden ser perdonables cuando no lastiman a la esencia de una serie. Pero cuando se compromete el significado de eventos previos y se hiere la continuidad, ahí se convierten en un problema.

Dragon Ball Super tiene tantas inconsistencias argumentales que ya perdí la cuenta. ¿Por qué Gohan es tan debil? Lo que hicieron con el personaje es tristísimo. Freezer tampoco debería poder ni siquiera tocarle un pelo a Gokú. Hasta Piccolo debería ser capaz de derrotarlo.

Respecto a Bills: ¿por qué destruye los planetas? ¿tiene una verdadera razón? Kaio-sama comentó que él no es maligno, sino que mantiene el “balance del universo”. ¿En serio? Pero entonces, ¿por qué les da una “oportunidad culinaria” a los residentes? Y así podríamos seguir…


Afortunadamente, el opening sí está excelente.

#1. No hay innovación en los personajes.

A decir verdad, no hay innovación en nada. Akira Toriyama podría haber aprovechado DB Super para introducir nuevos personajes o agregarle dimensiones a los actuales. En su lugar, todos son unidimensionales, de papel, y hasta los más queridos (Gohan… cough… cough) perdieron su mística.

De nuevo pienso en Dragon Ball GT y en Pan, un giro de tuerca fresco y novedoso, Baby, los Dragones, Super °17. Aunque Bills y Whis son nuevos, ya habían sido introducidos previamente. Es como que la serie está constantemente insultando a los espectadores, creyendo que vamos a disfrutar viendo algo tan monótono y sin esencia como viene siendo hasta ahora.


Todo esto podría cambiar a partir de los próximos episodios. La animación puede llegar a mejorar, las historias inevitablemente van a ser nuevas y Toriyama confirmó que van a expandir el universo de Dragon Ball al visitar nuevos mundos. Sólo esta esperanza hace que siga viendo algo que representó tanto en mi infancia.

Habrá que esperar un poco más.

¿Están siguiendo “Dragon Ball Super”? Dejen sus comentarios para saber qué les viene pareciendo hasta ahora y qué opinan de la serie. ¡Hasta la próxima!

DE YAPA: Un fan redibujó el desastroso Episodio 5 de Dragon Ball Super:


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miércoles, 14 de octubre de 2015

“Invitación a un crimen” (1972), un cuento de Josh Pachter


Me crié leyendo cuentos policiales y de misterio.

En realidad, me crié viendo dibujos animados, distrayéndome con robustos juguetes que hoy son un manjar de nostalgia y divirtiéndome con los videojuegos de mi computadora 486 (que luego fue una Pentium II)

La cuestión es que tenía 10 u 11 años cuando –además  de lo que me daban obligado para leer en la escuela– me copaba leyendo cuentos de suspenso, relatos de Sherlock Holmes y de Edgar Allan Poe (gran fuente de inspiración), antologías de cuentos que encontraba en casa y revistas de Ellery Queen´s Mistery Magazine (olvidadas en el fondo de los armarios).

De grande comencé a adquirir antologías de cuentos como “Los mejores cuentos policiales” de Borges y Bioy Casares, o “La Crema del Crimen”, entre otros de nombres igualmente genéricos que encontraba en negocios de libros usados. El resultado es que hoy fui moldeado por la literatura policial (que se encuentra entre mis favoritas) y eso también fomentó mis gustos en televisión, literatura y cine.

Hoy tengo dos novelas escritas. Una (con algunos elementos de misterio) que pueden encontrar en “La Masmédula Libros” aquellos que viven en Bahía Blanca (O´ Higgins 27, planta baja), y otra (un drama con toques de policial negro) que está concursando en diversos certámenes alrededor del mundo.

¡Y, sin embargo, tengo más de 45 cuentos escritos! (Me sorprendí cuando me puse a contarlos). 

Mis tres cuentos que han ganado certámenes (“A veces vuelven”, “Castillos en el aire” e “Implacablemente suyo”) son del género misterio / policial, o por lo menos tienen “el tono”.

El hombre del 4-D”, recientemente publicado en la revista Axxón, también es un policial (mezclado con ciencia ficción).

Y la realidad es que en prácticamente todos mis cuentos hay un misterio, crimen o enigma que, sobre el final, se resuelve. Quizás no se resuelva completamente –o, más frecuentemente, la verdadera “solución” está entre líneas– pero entendemos mucho más de lo que “pasó” al finalizarlo y permite una relectura bajo un nuevo conocimiento.

Empiezo a encontrar una marca personal, un estilo, en mi escritura. (Algo simultáneamente bueno y malo).

La cuestión… (porque créanlo, hay una “cuestión” en todo esto) es que uno de esos cuentos que me inspiraron muchísimo en mi adolescencia fue “Invitación a un crimen”, de Josh Pachter. Un texto tan maravilloso, tan ingenioso y tan bien escrito que cada vez que lo recuerdo lo releo.

Recuerdo haberlo leído por primera vez en “La Crema del Crimen 2” (1999), antología compilada por el mismo autor. 

Al día de hoy, la copia en papel duro todavía forma parte de mi estantería. Fue publicado por primera vez en la edición de agosto de 1972 de la Ellery Queen´s Mistery Magazine y es el cuento más exitoso del autor. 

Él mismo comenta que fue resultado de un sueño. Un día se despertó entre sábanas con la trama completa, de principio a fin.

La historia nos introduce a Branigan, un detective que recibe por carta una literal participación a un crimen. La Sra. Abbott invitó a él, y a otros 11 distinguidos personajes relacionados con la justicia y el mundo legal, a presenciar el asesinato de su esposo. Cuando el detective llega, el tipo "próximo a ser asesinado" está moribundo en la cama, las 11 personas sentadas en sillas y ¡hay una mesa llena de posibles armas mortales!

(Tranquilos, no pienso arruinar ni el desarrollo ni el final de la historia).

LEER “Invitación a un crimen”. Lamentablemente, no pude encontrar una versión online del cuento en castellano, pero sí pueden leerlo en su idioma original (inglés) desde la página del autor => LINK.

Pachter comenta en su página web que pasó ocho meses revisándolo y finalmente lo envió a EQMM para que allí le dijeran por qué no funcionaba. Para su sorpresa, se lo compraron tal cual estaba.

Al publicarse, el relato recibió más cartas al editor que cualquier otro texto que EQMM hubiera publicado antes. La mayoría de ellas eran furiosos comunicados que se resumían a lo siguiente: “¿Qué demonios sucede en el final?”.


Aclaro que, en mi opinión, el final está bastante claro, aunque deja lugar a la ambigüedad y abre espacio para el debate. Lo más loco es que Pachter incluyó una gran cantidad de referencias autobiográficas y guiños a su propia vida pero nunca le tuvo demasiada fe a esta historia. 

Sin embargo, significó el comienzo de una interesante carrera literaria. La historia se reimprimió en una docena de lenguajes, fue llevada a radioteatro (en Bélgica, por sobre todo) y forma parte de muchísimas antologías y colecciones de relatos policiales.

La última reimpresión fue en el año 2000. El autor lo incluyó dentro de Mysterious Circumstances, un libro escolar pensado para estudiantes de primaria. Allí analiza algunos cuentos policiales bajo tres grandes temas: “¿Qué hace a un misterio?” (énfasis en Cómo definirlo), “¿Quién lo hizo?” (enfásis en la Investigación) y “¿Cómo se resuelve un misterio?” (énfasis en el Pensamiento Lógico).

Invitación a un crimen” es genial por cómo mantiene el suspenso hasta la última frase. Es un cuento muy visual donde uno puede prácticamente sumergirse en la situación junto a los personajes. Y, por sobre todo, sorprende por su alto grado de creatividad. Lo mejor es que esa creatividad se acompaña con una ejecución perfecta a nivel literario, sin palabras de más ni de menos.

Una verdadera gema literaria.

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viernes, 9 de octubre de 2015

WEBSERIES 101: el porqué de su éxito y 5 que recomiendo


De los creadores de “Anime 101: ¿Cómo comenzar a ver animé?” llega este nuevo post.

Las webseries –videos en formato de episodios y distribuidos por Internet– son parte de un nuevo medio conocido como “televisión web”. Aunque son tan antiguas como la Internet misma (las primeras datan de principios de los años ´90) sólo comenzaron a ganar popularidad creciente a partir del 2003, en gran parte gracias a la existencia de portales online como YouTube, Vimeo y Revver, que hicieron más fácil su difusión.

Hoy la propagación de cualquier tipo de contenido audiovisual es mucho más fácil y económica. Cualquiera puede hacer un capitulo piloto y éste ser visto por un gigante número de espectadores. 

Una webserie brinda una extraña sensación de libertad creativa, muchas veces imposible de hallar en la TV (y menos en el cine). Los creadores pueden ser simultáneamente el director, el productor y la cadena de televisión. Pueden llegar al público sin intermediarios y con una única limitación: el presupuesto.

¿En qué se diferencia una webserie de una serie televisiva?

La webserie no es un género, sino un medio. Un medio con un lenguaje propio, con características únicas y un publico determinado. Hablamos de un público que quizás esté viendo un “videito” en el trabajo, en el baño, mientras chatea, revisa Facebook o mira las noticias. Es un público que quiere impactarse rápidamente, que quizás deje el video antes del minuto si no lo atrapó. 

Es una audiencia que no está sentada tranquilamente en un sillón, sino frente a la computadora (la cual ofrece un sinfín de otros entretenimientos).

Además, las webseries más populares son aquellas que supieron mostrar algo diferente (o algo conocido expuesto de forma novedosa). Han innovado en la forma de contar historias, son conscientes de la inexistencia de un “marco regulador de contenidos” y de que forman parte de la Internet.

Una serie para la web convencional queda en el olvido. Lo que funciona en TV no necesariamente funciona en el medio digital. Los creadores que pudieron darse cuenta de esto han sabido generar los contenidos más originales.

¿Cuáles son las características de una webserie?

Suelen ser capítulos de corta duración (máximo de 15 minutos). Varias cuentan con un metalenguaje propio y contemporaneidad tanto en la forma como en el contenido (de nuevo aparece la auto-consciencia  de su naturaleza digital). La periodicidad es usualmente desconocida. La experimentación audiovisual es otra de sus particularidades, y son esos esbozos de creatividad los que permiten que realizadores escapen del anonimato.

Un presupuesto bajo también es una de las tendencias. Aunque eso no impide ver cosas visualmente impactactantes. La falta de medios muchas veces se aprovecha como marca de estilo.

Ajá. ¿Y… por qué son tan exitosas?

El domingo pasado se estrenó Fear The Walking Dead: Flight 462, es decir: el spin-off del spin-off.

Hoy The Walking Dead es una de las series más exitosas de la TV. Y siendo que el canal AMC ya no cuenta con sus dos titanes (Mad Men y Breaking Bad), es lógico que quieren asegurarse que The Walking Dead continúe destrozando audiciencias. El próximo domingo sale la esperadísima 6ta temporada y ya vimos el nacimiento del spin-off original (Fear the Walking Dead, una primera temporada que tuvo críticas mixtas y un éxito moderado).


Equipo ganador no se toca. ¿Por qué no llevar el formato hacia una webserie? Por eso, Internet fue el medio elegido para el tercer desprendimiento de la creación de Robert Kirkman. Van a ser 16 mini-episodios (de aproximadamente un minuto) y el primero ya está disponible.

Este boom actual de las series para Internet es el resultado de una nueva necesidad creada por nosotros, los usuarios. Queremos más, y más rápido. Queremos contenido interesante, con narrativas que sorprendan. Queremos poder ver una serie de “a cachitos”, en el colectivo, en el baño, en momentos ociosos en la oficina. También queremos series que nos hablen a nosotros, que nos interpelen.

Las webseries llevan unos cuantos años en expansión (y en evolución) y hoy están en una pendiente positiva. Hacen evolucionar el audiovisual interactivo y se alejan de los convencionalismos de la ficción televisiva. Aprovechan recursos novedosos y la libertad (formal, creativa, moral) de la que disponen.

Y a nosotros eso nos encanta…


***

Ahora sí, sin más preámbulos, les comparto 5 webseries que disfruté mucho y recomiendo. 

No están en ningún orden determinado. Aclaro que considero “webserie” a una ficción seriada producida para ser emitida por Internet. Tiene que teeer un hilo argumental que le dé sentido a la trama y, por lo menos, tres capítulos (sorry Robotech Valkyrie Project, tuve que dejarte afuera).

Eso implica, por ejemplo, que los videos de Malena Pichot y Cualca (que son buenísimos) quedan descalificados por ser más “cortos” que una serie. Algo similar sucede con Red vs Blue, Honest Trailers y Screen Junkies (soy gran fan), Dorkly (que me hace morir de risa) y College Humor, entre otros.

Otras webseries, como la impecable serie española “Con pelos en la lengua” y HBO´s “High Maintenance”, no las incluyo porque todavía las estoy mirando. También me quedó afuera, y lamentablemente, “Nightwing: the series”, que está muy buena pero la ubicaría en una Mención de Honor.

Ahí van:

Street fighter: Assassin’s Fist” (2014, Machinima, 12 episodios).

Machinima es el canal idea para los amantes de los videojuegos, y a lo largo de los años han sabido presentar material de muchísima calidad. “Mortal Kombat: Legacy” tuvo una impresionante primera temporada (aunque una segunda muy medio pelo) y recientemente presentó unos cortos precuela para la película “Justice League: Gods and Monsters” que están muy bien.


Assasin´s Fist es una webserie producida por Capcom que relata los orígenes de Ryu, Ken y Akuma. No tiene ningún tipo de desperdicio. Una narrativa impecable, efectos especiales grandiosos, inmensas escenas de acción y un buen balance adecuado entre el humor y las referencias al juego original.

Me gustó tanto que la vi solo y luego con un amigo por segunda vez. Por lejos, la mejor adaptación de Street Fighter que vi hasta ahora.

“VideoGame HighSchool” (2012-2014, RocketJump Studios, 21 episodios repartidos en 3 temporadas)

Lo que destaca a RocketJump Studios es una despliegue de efectos especiales que solo vi en este canal. Sus producciones están muy cerca del cine y la televisión. También cuentan con muchísima calidad actoral y guiones sólidos (trabajan el humor, generalmente).


VGHS es el resultado de tomar todo lo mejor que ellos saben hacer y volcarlo en una serie sobre estudiantes en un colegio de videojuegos. Si te considerás gamer, VGHS es la crème de la crème. Es a las webseries lo que Scott Pilgrim vs. The World es al cine. Quizás le critico un tono demasiado infantil (apunta a un público joven) pero, sin dudas, es una serie del carajo (perdón por la expresión).

Visualmente original e impactante, con una historia sólida que se extiende sólo lo necesario, mucho humor y mucha acción. Una historia sobre la amistad, los primeros amores, y aprender a apuntar directamente a la cabeza. Sí todavía no se convencen, solamente vean el primer episodio.

“Dragon Ball Z Abridged” (2007 - actualidad, Team FourStar, 50 episodios hasta ahora)

Los seguidores de DBZ Abridged somos una raza muy particular. Crecimos viendo DBZ y no podemos dejarlo ir. Esta serie fue el soplo de aire fresco que necesitábamos. Arrancó como un parodia de Dragon Ball Z que resumía la serie cambiando las voces y sacando los rellenos. Pero pronto se convirtió en algo más.


El trabajo de edición que hacen estos muchachos es sobresaliente, al igual que su laburo con las voces. Hoy, 50 episodios más tarde, la serie tiene identidad propia. Han sabido desprenderse de la original para crear personajes con personalidades únicas, momentos muy hilarantes y destacando todos los momentos donde DBZ fallaba (los famosos plot-holes). Hay muchísimas series “abridged” (resumidas) dando vueltas por Youtube, pero ninguna supera a ésta.

Ah, y esto mucho mejor que Dragon Ball Super. (-.-)

“Eléctrica” (2014, UN3TV, 9 episodios)

Si tuviera que colocar una webserie argentina (de las que vi hasta ahora) sería Eléctrica

Fue creada y protagonizada por Esteban Menis y el mismísimo Liniers. Es una sitcom súper absurda (al mejor estilo Modern Family y The Office) que se sitúa en una productora desastrosa. El protagonista (Menis) es un productor cheto, insoportable, creído. Lo acompaña un grupo de compañeros inútiles y un Liniers inseguro que la delira demasiado.

Me encantó “Eléctrica” y me hizo reír un montón. Tiene un humor inteligente, cínico, referencial. Se ríe de sí misma. Como gancho adicional cuenta con colaboraciones especiales de actores y músicos muy conocidos en Argentina. 

Un delirio delicioso.

En abril de este año estreno su segunda temporada, que puede verse por Vimeo.



“Bite me” (2010, Machinima, 15 episodios repartidos en 2 temporadas)

Nuevamente: Machinima.

Por último, los zombies no podían no estar presentes en las series para Internet, y Bite me es la mejor del género. Lamentablemente, la segunda temporada dejó la historia abierta y todavía no hemos tenido noticias de una continuación.


Lo que destaca de Bite Me es la calidad de la producción, sus escenas de acción, el humor (un humor que juega con el género) y un estilo audiovisual que referencia a los cómics y a los videojuegos. La serie es muy llevadera e ideal para los fans de los muertos que se levantan. Es la clásica historia de nerds que jugaron videojuegos toda su vida y ahora es el momento de demostrar todo lo que aprendieron cuando se desata el apocalipsis.

¿Qué opinan de las series web? ¿Vieron alguna de la lista? ¿Cuál otra agregarían? ¡Dejen sus comentarios! Hasta la próxima.

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