Después de comprar Batman:
Hush, el primer tomo de la nueva colección de novelas gráficas de DC de
Salvat (que
comenté en esta nota), dejé de adquirir las novelas en papel por un tema de
presupuesto (a 220$ cada una, siendo que salen cada 15 días, me pareció un poco
mucho).
Sigo disfrutando el 95% de los cómics en formato online
o descargándolos (afortunadamente se encuentra de todo en torrents). Sin
embargo –y aunque ya lo hubiera leído antes– me tenté con la versión impresa de
Batman: una muerte en la familia,
indudable clásico del Caballero Oscuro.
Una muerte en
la familia es un arco argumental de Batman que corrió durante cuatro tomos
(Batman #426-429) en 1988. No es realmente un spoiler decir que trata sobre
la muerte de Jason Todd, el segundo
Robin.
(¡Dale! Pasaron casi 30 años, hay películas al respecto (Batman: Under the Red Hood), se desliza
esa muerte en un cómic de Frank Miller y en Batman V Superman. ¡Ah, y Batman tiene a un Robin muerto en la maldita tapa de la novela!)
La particularidad de esta historia escrita por Jim Starlin es que le dio la posibilidad a los fans de
que pudieran influenciar el punto más crítico de la trama llamando a un número 1-900.
La situación fue ésta: el Joker ha
herido brutalmente a Robin con una
varilla, lo ata y lo encierra junto a una bomba que Batman no llega a detener.
Mediante el llamado, los fans podían decidir si Robin sobreviviría a la bomba o
no.
Y no, no sobrevivió.
Pero lo loco es que lo hizo por una diferencia
realmente minúscula (5.343 votos a favor de la muerte de Jason Todd contra
5.271 para su supervivencia). La insólita diferencia de 72 votos llevó a DC Comics a finalmente tomar la
decisión de dejarlo morir.
Y lo más increíble de todo es que, aparentemente,
hubo una persona en particular que llamó unas 100 veces en un lapso de 8 horas
para pedir la muerte de Robin. Este tipo fue literalmente quien asesinó
a Robin.
Lo cierto es que Una muerte en la familia no es una gran historia en sí. Tiene
momentos interesantes (llama la atención la cantidad de tiempo que el Joker
está sin la máscara, o el hecho de que la acción transcurre en gran parte en el
Oriente Medio) pero hay demasiadas casualidades y momentos deus
ex machina que arruinan un poquito
las cosas.
Puedo entender y aceptar que las tres mujeres que
podrían ser la verdadera madre de Jason
Todd estén convenientemente en el mismo huso horario, pero cuesta creer que
justo el Joker estaba yendo para el mismo lugar en el Oriente Medio y que se
cruza con no una, sino dos de las posibles madres.
Ya me referí a la suspensión de la incredulidad a la hora de contar una historia en
esta nota, por si alguien quiere repasar el concepto.
La trama es un poco floja por la
manera en la que se aborda la política internacional. Se puede contar una
historia de Batman cargada de
política (y si no, pregúntenle a Frank
Miller) pero este no es el caso. Acá se muestra a los iraníes de forma
unidimensional, y la idea de que cualquier país del mundo pueda permitir hacer
al Joker un diplomático es risible.
Por otro lado, el argumento vuelve a mostrar un
Joker que escapa de Arkham, tortura a alguien, pelea con Batman y vuelve a
escaparse fácilmente (reflejando, en esencia, la misma narrativa de esa obra
maestra de Alan Moore llamada Batman:
The Killing Joke).
Por último, Superman
de pronto no tiene manera de encontrar el cuerpo del Joker cuando cae el
helicóptero en llamas. Un helicóptero común y corriente en el océano. Superman
bien podría haber utilizado sus Súper Sentidos para encontrar al Príncipe del
Crimen. Si no lo hace es porque el guión es débil y no puede sostenerse por sí
solo.
Sin embargo, la novela gráfica tiene sus puntos
fuertes, y sería injusto no destacarlos hay varios motivos por los que se Una muerte en la familia se mantiene
icónica dentro de la saga de Batman.
Uno de ellos es, por ejemplo, esa tranquila escena
de drama en la que el Joker nota a Bruce
Wayne entre la gente y ellos simplemente se miran. Jason Todd se había
visto públicamente junto a Bruce y el Joker conocía que el joven era, en
realidad, Robin. Entonces: ¿reconoció el Joker a Bruce como Batman?
¿Descubrió, en este momento, su identidad secreta..?
Me pareció interesante también las veces en las que
Batman se pregunta si elegir un camino del utilitarismo (seguir al Joker para
detener sus planes y salvar a la mayor cantidad de personas) o el del egoísmo
puro (perseguir sus propios deseos, que son los de ayudar a Robin, su hijo
adoptivo).
Sucede en varias oportunidades a lo largo de la
historia y esa duda que él se plantea sirve para desarrollar más al personaje
del Caballero Oscuro.
Junto a The
Killing Joke, este fue el cómic que redefinió a Batman como ese ser
sumamente complejo, oscuro y afligido que hoy conocemos.
Por años DC había estado intentando reinventar a
Batman como lo había hecho con Superman
y Wonder Woman luego del evento
crossover Crisis
en tierras infinitas (el primer gran reboot que tuvo la continuidad de
superhéroes de DC). A su vez, querían quitar a Batman y al Joker de la sombra
de lo que fue la ridícula y lisérgica serie de TV de los años ´60.
Finalmente
lograron ambas cosas con este arco
argumental.
El estudio de cómics ya sabía que Jason Todd no era
tan popular y querido como el primer Robin (Dick Grayson) y buscaban una nueva forma de removerlo del rol de
compañero de Batman.
La pregunta era cómo hacerlo.
Quizás inspirados en la
pista que da Frank Miller en Batman: The Dark Knight Returns (si bien
no se considera canon), se les ocurrió esta brillante idea de un número 1-900
en el cual se pudiera votar (al costo de 50 centavos de dólar) por la vida o
muerte del segundo Robin.
► El anuncio en Batman #427 decía:
ROBIN WILL
DIE BECAUSE THE JOKER WANTS REVENGE. BUT YOU CAN PREVENT IT WITH A TELEPHONE
CALL”.
Palabras
finales
La tragedia de Jason Todd es el momento de quiebre
para Batman, una muerte que sólo fue seguida en impacto por el fallecimiento de
los padres de Bruce Wayne. Sólo por ese motivo vale la pena leer este cómic,
que dejó una huella imborrable en el superhéroe.
Una muerte en
la familia mantiene un status sagrado dentro de las historias clásicas de
Batman. Fue el momento en que él falló (y falló de forma monumental). La imagen
de Batman acunando a un sangriento y herido Robin es reconocible por cualquier
aficionado de la cultura pop.
Lamentablemente, la historia en sí no es demasiado
espectacular, se siente por momentos forzada y tiene una narrativa extraña. Es
como si el escritor Jim Starlin
hubiese querido combinar al Batman aventurero de los setenta con su versión más
oscura de los ochenta, en una mezcla que no termina de cerrar.
El cómic puede conseguirse fácilmente en la web, y
todavía debería estar disponible en puestos de kioscos y revistas.
► De regalo, el tomo 14 de Salvat trae también Batman #366, la primera aparición de Jason Todd como Robin, publicado
originalmente en diciembre de 1983. La historia es muy loca y Robin aparece
apenas en los últimos paneles asistiendo a Batman en plena batalla contra el
Joker en Guatemala.
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The Killing Joke”; “Batman:
The Dark Knight Returns, una historia de Frank Miller”; “Explorando
el primer tomo de Batman (1940)”; “Batman:
Hush, un excelente cómic de iniciación”; “Batman:
A Serious House on Serious Earth: el origen del asilo Arkham”; “Superman:
Red Son, un cómic de Mark Millar”.
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