Sigo en plan de leer todas las novelas de Adolfo Bioy Casares. Primero fue la
fascinante obra “La invención de Morel”
(que
ya reseñé en este post) y luego le tocó el turno a “El
sueño de los héroes”, que también tiene mérito propio. En esta ocasión
vamos a analizar un poquito “Dormir al Sol” y algunos de los fascinantes temas
que explora.
“Dormir al
Sol” es el tipo de historia en la que las sutilezas de la trama están por
encima de sus propios giros argumentales. La narración fluye metódicamente y, a
medida que se va desarrollando, nos va abriendo cada vez más los ojos, nos
interroga, nos cuestiona.
El texto –escrito a modo de diario, en forma de
prosa y con capítulos breves– fue
publicado en 1973. Pertenece a una
etapa del autor que comenzó en 1954
con El sueño de los héroes. A partir
de ahí, sus obran fueron menos surrealistas y ahondaron más en los típicos
personajes de los años ´20 y ´30, en las costumbres de los barrios porteños de
la época y en la perspectiva más popular.
La novela es narrada por Lucho Bordenave, un relojero de barrio que vive con su mujer Diana, y con Ceferina (la empleada que cumple el rol de madre).
Luego de conocer a Standle, un domesticador de perros, éste lo convence de que Diana está enferma y debe internarse en el Instituto Frenopático de Reger Samaniego. Cuando se la devuelven, Lucho comienza a dudar de si la persona que regresó es la misma que él dejó ir en un principio.
Luego de conocer a Standle, un domesticador de perros, éste lo convence de que Diana está enferma y debe internarse en el Instituto Frenopático de Reger Samaniego. Cuando se la devuelven, Lucho comienza a dudar de si la persona que regresó es la misma que él dejó ir en un principio.
¿De qué va la historia?
Desde un primer momento, el narrador nos condiciona
para sentirnos parte de su situación desesperada, la que narra a un amigo de la
infancia (Félix Ramos) con muchísima
precisión.
“Voy
a contarle mi historia desde el principio y trataré de ser claro,
porque
necesito que usted me entienda y me crea.”
***
#SpoilerAlert. A partir de acá se revelan detalles fundamentales de la trama. Si
no leyeron la novela (o no vieron la película) y no quieren enterarse de qué
va, este sería el punto para detenerse. Ahora sí.
Seguimos.
***
Al poco tiempo de internar a su mujer, Lucho la quiere de vuelta; pero una cadena de postergaciones envuelve al protagonista en sucesos misteriosos.
Su cuñada (Adriana María) es igual a su mujer, físicamente hablando, aunque tiene color de pelo diferente. Adopta a un perro que, oportunamente, se llama también Diana. Encuentra a personas extrañas merodeando por su patio y, como si fuera poco, cada vez que insiste en que le devuelvan a su esposa, los médicos lo confunden con sus razonamientos.
Solo en las últimas páginas conocemos la verdad sobre el fantástico cambio de almas y cuerpos que Lucho termina sufriendo en carne propia. Y también sobre el final entendemos la frase que sirve de título (“Dormir al Sol”). El Dr. Samaniego le explica a Lucho los diferentes métodos para facilitar el sueño. Al parecer, el más adecuado consiste en imaginar a un perro que duerme bajo el sol sobre "una balsa que navega lentamente aguas abajo, por un río ancho y tranquilo".
Su cuñada (Adriana María) es igual a su mujer, físicamente hablando, aunque tiene color de pelo diferente. Adopta a un perro que, oportunamente, se llama también Diana. Encuentra a personas extrañas merodeando por su patio y, como si fuera poco, cada vez que insiste en que le devuelvan a su esposa, los médicos lo confunden con sus razonamientos.
Solo en las últimas páginas conocemos la verdad sobre el fantástico cambio de almas y cuerpos que Lucho termina sufriendo en carne propia. Y también sobre el final entendemos la frase que sirve de título (“Dormir al Sol”). El Dr. Samaniego le explica a Lucho los diferentes métodos para facilitar el sueño. Al parecer, el más adecuado consiste en imaginar a un perro que duerme bajo el sol sobre "una balsa que navega lentamente aguas abajo, por un río ancho y tranquilo".
Una curiosidad de la novela es que el lumbardo
utilizado le complicó a Bioy Casares
la escritura, así que le dictó el borrador a una amiga de su hija. Por otra
parte, su amiga Rosie Airas le propuso que el primer capítulo de su novela
fuera al final, lo que le pareció una excelente idea. Es el correspondiente a Félix
Ramos.
El elemento fantástico
¿En qué momento aparece el elemento fantástico en Dormir al Sol? Este es uno de los tópicos
más debatidos de la obra. Está claro que la trama fantástica se entremezcla con
los elementos realistas de la novela, otorgados por el lenguaje porteño
coloquial. ¿Pero cuando se pone en evidencia el verdadero elemento del género
fantástico?
Todorov
(en Introducción a la literatura
fantástica) postulaba que lo fantástico surge cuando en un mundo
familiar se produce un acontecimiento que no se puede explicar por las
leyes de ese mundo. A mi parecer, esto sucede recién sobre el final, cuando nos
enteramos de que Samaniego logró
intercambiar almas y cuerpos entre personas y otros seres vivientes (como los
perros).
“Lo
esencial es que logramos aislar el alma, sacarla si está enferma, curarla
fuera del cuerpo.
(…) La traspasamos a una perra de caza (…) que elegimos
por ser de índole tranquila,
y mantuvimos
el cuerpo a baja temperatura.”
Los cuerpos y las almas son separables después de
este sorprendente hallazgo médico. El problema reside en saber si el resultado
de la operación devuelve el mismo objeto que entró al sanatorio, si existe una
continuidad entre ellos. (Algo así como una alegoría al mito del Barco de Teseo.)
Sin embargo, para que lo fantástico se dé, todo el
tiempo debe existir la vacilación, la incertidumbre. El lector tiene que poder considerar
el mundo de los personajes como real y vacilar entre la explicación natural
y la sobrenatural de los acontecimientos. Esta vacilación, en efecto, es
uno de los grandes temas de la obra.
Lucho Bordenave
narra hechos tan insólitos que nosotros, como lectores, dudamos al tratar
de decidir si creerle o no. Esta indecisión está muy presente en Dormir al Sol. Algunos críticos
también consideran que Lucho es un narrador poco confiable.
Por ejemplo,
es curioso que, aun distanciado de Ramos, sea precisamente a él a quien le
envíe todo su detallado informe.
Dos lecturas de una misma obra:
creerle o no
De la mano con el pasaje anterior, tenemos el
debate de si podemos considerar verídicos los inexplicables hechos narrados por
Lucho. La novela permite leerse suponiendo que el protagonista es, en realidad,
un esquizofrénico. Hay varias pistas
que podrían indicar que el protagonista tiene síntomas de esta enfermedad.
El narrador podría ser un enfermo mental: tiene
sueños vívidos en los que habla con su perra, utiliza frases demasiado rebuscadas, es extremadamente
inseguro y tiene problemas en sus relaciones de afecto. Lo que es más, Lucho
está continuamente intentando justificar su accionar y está obsesionado por saber
que ama realmente de su mujer, su alma o su cuerpo. Su visión de Diana es fraccionada
y bien podría suceder lo mismo con su
visión del mundo.
A su vez, los dobles presentes en la novela sirven para apoyar cualquiera de estas dos lecturas. La dualidad es otro tema muy presente en la obra: alma/cuerpo, Diana/perro_Diana, Diana/AdrianaMaría, etc.
Hay críticos que consideran esencial la presencia
de estos dobles de Diana. No solo encontramos a la perra Diana (que porta el alma sustraída de la mujer del
protagonista) y a Adriana María (su hermana), sino también la Diana que regresa
“curada” es un doble, e incluso Elvira
(la esposa de Aldini) que también es
encerrada en el mismo lugar.
Los dobles en la historia tienen el rol de provocar
aún más inquietud e incertidumbre, y resaltan la constante distinción que Lucho
hace entre el alma y el cuerpo de su esposa.
El rol de
los perros
En Dormir al
sol, los perros son el medio de transporte
de las almas, pero además juegan un papel importante dentro de la historia.
La obsesión de Diana por ellos es la que la conduce finalmente al Frenopático
donde pierde su alma. Asimismo, contamos con la presencia de la perra Diana y
la obra nos hace pensar que el alma humana puede apaptarse a un sinfín de
circunstancias, incluso a la de vivir en el cuerpo desconocido de un canino.
En lo personal, me pareció loco que simultáneamente
estaba leyendo La insoportable levedad
del ser (que
reseñé acá), y ambas novelas tienen este elemento en común: la importancia
que se le da a los perros. En la novela de Milan
Kundera, de hecho, Karenin es un
personaje más que hasta tiene toda una parte dedicada a él.
Bioy Casares y Kakfa
Adolfo Bioy
Casares escribía de forma muy social, siempre comentando sus textos con
amigos. Hay un muy interesante libro que recopila entrevistas donde él habla de
su escritura (“Sobre la escritura:
conversaciones en el taller literario”, de Félix della Paolera). Ahí comenta sobre la búsqueda de la
originalidad, sobre la concentración a la hora de escribir o sobre la pérdida
de identidad al escribir. Si no lo leyeron, es un librito muy interesante.
Pero a lo que quiero llegar es que Bioy Casares no sabía que estaba
haciendo ciencia ficción cuando escribió La
invención de Morel. Y muchas veces escribió textos sin saber que las
historias ya existían en otro lugares. Asimismo, creo que Adolfo tuvo mucho
en común con Kafka a la hora de narrar, quizás hasta sin saberlo.
Kafka siempre tendió a narrar los eventos desde
afuera, mientras que los libros de Bioy son más íntimos y toman forma de
documentos dejados para que nosotros los descubramos. Dormir al Sol es una larga carta a un amigo, quizás un diario, o
quizás un documento de evidencias. Los protagonistas de Bioy son escapistas,
personajes que buscan evadir la realidad, mientras que los de Kakfa quieren
participar del mundo, pero su mala suerte o la lógica de su situación no se los
permite.
El punto en común, creo, es que los personajes de
Bioy y de Kafka son personas ordinarias, trabajadoras, de barrio, inmersas en
un contexto perturbador. Su drama consiste en luchar para aceptar la nueva
lógica que reina en sus mundos, ya sea acostumbrarse a vivir como un insecto, o
a vivir con una mujer sin alma. Ambos autores son representantes del género
surrealista en sus países (Argentina y República Checa), aunque Bioy lo dejó
más tarde para dedicarse a lo fantástico. Sin embargo, no es coincidencia que
las historias de ambos terminen siempre en catástrofes.
Pensé en Kafka
y en Bioy porque compré “Un médico rural”, y es el próximo libro
que voy a encarar. Creo que ambos habrían sido buenos amigos.
Palabras finales
Este post no
pretende ser un riguroso análisis literario ni un ensayo crítico.
Simplemente elegí tomar tres o cuatro temas de la novela que me resultaron más
interesantes para comentarlos.
Trato de aclararlo siempre porque muchos chicos de secundaria me mandan mails diciendo que “tal texto le sirvió mucho para un trabajo” y me envían otras preguntas adicionales. (Fuera de joda).
Trato de aclararlo siempre porque muchos chicos de secundaria me mandan mails diciendo que “tal texto le sirvió mucho para un trabajo” y me envían otras preguntas adicionales. (Fuera de joda).
Me encantó el final de Dormir al Sol. No conocemos el destino del narrador (se ve incapacitado
a terminar su historia porque le roban su alma), pero la parte
correspondiente a Félix Ramos nos
proporciona los datos restantes. Descubrimos qué le pasó a Bordenave aunque al
segundo narrador no le quede nada claro ni pueda afirmar si lo que leyó fue
verdadero o no. Impecable.
Sin duda, es posible desarrollar todos los puntos
que toqué y ampliarlos hasta crear una tesis con cada uno de ellos. Ese nivel
de complejidad manejaba Bioy Casares
en sus obras, y es la calidad con la que se viene manteniendo en cada novela
que leí de él.
Queda en nosotros leer la novela suponiendo que
todo lo narrado es producto de una mente esquizofrénica que mezcla la realidad
con sus alucinaciones, o un hecho tan trágico como real. ¡Hasta la próxima!
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BONUS TRACK. “Dormir al Sol” (de Bioy
Casares) en su versión cinematográfica. Todavía la debo a esta película de
Alejandro Chomski del 2012: https://youtu.be/NnvZOl15gpQ
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Peyrou) y “Los
siete locos”, una novela de Roberto
Arlt.
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